Una encuesta del instituto Sensus indicó hoy que Luiz Inácio Lula da Silva logrará cómodamente la reelección en los comicios de este domingo en Brasil, pero los datos fueron impugnados duramente por la oposición.
El dato más caliente del sondeo es que, según esos números, Lula dejó de perder votos por el escándalo de las carpetas contra rivales electorales.
En ese marco, Lula se comparó con Cristo al señalar que también él fue traicionado por los dirigentes de su partido, algunos de ellos, viejos conocidos suyos como su asador oficial Jorge Lorenzetti, que fueron sorprendidos mientras intentaban negociar presuntos datos reservados del candidato opositor a la gobernación de San Pablo, José Serra.
“Podríamos agarrar la historia y percibir que, en una mesa de doce, uno traicionó a Jesucristo”, dijo Lula en un acto en el interior de San Pablo.
El argumento de Lula para evitar que lo roce este nuevo escándalo es que él no sabía nada de lo hacían los miembros de su comando de campaña. Según Sensus, esta estrategia le está dando resultados. Su último sondeo indica que, si las elecciones fueron hoy, Lula sacaría el 59 por ciento de los votos válidos contra el 31,8 por ciento del socialdemócrata Geraldo Alckmin.
De acuerdo con esos números, no habría necesidad de una segunda vuelta porque sacaría más que el 50 por ciento más uno.
Este fin de semana, otras dos encuestas, de Datafolha e Ibope, habían arrojado resultados menos prometedores para Lula: 54 y 52 por ciento, esté último dentro del margen de error, con lo cual se abría la posibilidad de un ballotaje o segunda vuelta.
Para Alckmin, la encuesta de Sensus es “un verdadero escándalo. Es escandalosa. No existe. Sólo hablo de cosas serias”.
Pero, el director de Sensus, Ricardo Guedes, sostuvo que “los escándalos no perforan la imagen de Lula. El tiene una suerte de blindaje popular”, en alusión a la masiva votación que el presidente recogería en los sectores populares.
*Editor de Internacionales del diario Perfil y autor de "Lula, la izquierda al diván".