Un nuevo escándalo que vincula a la Iglesia con los abusos sexuales se desató en Chile. El líder provincial jesuita, Cristián del Campo, confirmó que la Compañía de Jesús comprobó la verosimilitud de los abusos denunciados en contra del sacerdote Renato Poblete, tras la investigación liderada por el abogado laico Waldo Bown.
La orden católica dio a conocer los resultados de la investigación al fallecido cura, quien actuó de "manera reiterada, grave y sistemática", según el informe. Se constató la situación de 22 mujeres que sufrieron experiencias de abuso sexual, incluidas cuatro menores de edad y agregó que Poblete "mantuvo seis relaciones estables por algún período".
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"Esta investigación comenzó tras la denuncia de la señora Marcela Aranda y posteriormente recibió el testimonio de 21 mujeres más que sufrieron alguna experiencia de abuso sexual por parte de Renato Poblete, hechos ocurridos entre los años 1960 y 2008", explicó del Campo. Añadió además que dentro de las víctimas "existen cuatro personas que eran menores de 18 años cuando ocurrieron los hechos denunciados"
"Dieciséis (casos) se refieren a abusos sexuales de mujeres mayores de edad, consistentes en un abordaje sexual inesperado y violento, en que intempestivamente se intenta besar y tocar a la víctima", precisó. Del Campo planteó que "entre 1960 y 2008, Renato Poblete mantuvo seis relaciones estables en un periodo de tiempo (y) el investigador estima la existencia de aspectos abusivos en al menos cinco de ellas"
Los jesuitas confirmaron que en el caso de Aranda, que dio origen a esta investigación, todos los hechos descritos fueron "considerados plausibles y su relato creíble. En el caso de los abusos sexuales, estos han podido ser corroborados con otras evidencias, tales como patrones comunes de conducta del acusado y testigos que confirmaron la relación que existió entre la víctima y el indagado".
En el caso de los tres abortos denunciados el investigador consideró que "en al menos uno de ellos habría antecedentes que corroboran la participación" de Poblete, dijeron los jesuitas
Del Campo agregó que "respecto de la denuncia de violaciones grupales, la investigación no conoció de otros casos de abusos o violaciones de carácter grupal ni encontró antecedentes que los pudieran corroborar". "Dada la gravedad de esta denuncia, el testimonio de la señora Marcela Aranda ha sido considerado plausible y creíble en su integridad y el hecho de que en su declaración ella señala que estos hechos podrían considerar a otras personas, personas vivas, presentaremos estos antecedentes a la brevedad al Ministerio Público", sentenció.
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La Compañía de Jesús puntualizó que "esta investigación ha demostrado de manera contundente que Poblete Barth abusó de manera reiterada, grave y sistemática, amparado en el poder que le otorgaba su condición de sacerdote, en el dinero que manejó de manera personal y en el prestigio que su labor apostólica le otorgó durante sus años como sacerdote".
"Las conductas de abuso de poder… y otros delitos se sostuvieron en una suerte de doble vida amparado en su imagen pública de persona de bien", afirmaron.
"Los testimonios de las víctimas recolectados en el proceso de investigación dan cuenta de la dinámica establecida por Renato Poblete Barth, una dinámica de violencia, de abuso de poder y emocional a las víctimas y a sus familias". (Ello facilitó) "su obrar y el silencio tanto de víctimas como de otras personas", sostuvo Cristián del Campo. Poblete se focalizaba "en personas con vulnerabilidad económica o emocional", precisó la orden jesuita.
"Somos conscientes de este grave daño y por eso, tal como lo han solicitado algunas víctimas, honraremos nuestro compromiso de confidencialidad con ellos. En nuestro país son los tribunales los llamados a dictar justicia y establecer responsabilidades", finalizó Cristian del Campo.
La investigación liderada por Bown no acreditó la "existencia de encubrimiento", aunque el rol del sacerdote Juan Ochagavía se calificó como "negligente" al no realizar un seguimiento a las denuncias que recibió. La presente investigación "no acreditó la existencia de encubrimiento, sin desconocer que corresponde al Ministerio Público determinar su existencia",señaló
"Algunos jesuitas recibieron algún tipo de información, rumores o comentarios de terceros, lo que implicaría una responsabilidad ética en su actuar", concluyó el provincial. El padre Renato Poblete falleció en febrero de 2010 luego de haberse desempeñado por años como capellán (director) del Hogar de Cristo, una de las instituciones benéficas más grades de Chile.
ANSA/EA