Por primera vez, el Papa recibió a las víctimas de la mafia en el Vaticano

AFP/DPA
Desde El Vaticano
Por primera vez, el Papa recibió ayer a familiares de víctimas de la mafia italiana. Francisco encabezó una vigilia celebrada en el templo romano de San Gregorio VII en la que rezó junto a 700 familiares y envió un claro mensaje a los criminales: “Siento que no puedo acabar el discurso sin dirigir una palabra al gran protagonista ausente de hoy: los hombres y mujeres mafiosos. Por favor, cambien de vida. ¡Conviértanse! ¡Dejen de hacer el mal! Esta vida no les dará alegría ni felicidad”.
Los asistentes fueron en representación de más de 15 mil personas que perdieron a seres queridos por la violencia mafiosa en Italia. Al arribar a la iglesia, Jorge Mario Bergoglio saludó y estrechó las manos de decenas de los presentes que lo abrazaban emocionados. “El poder y el dinero que ahora muchos tienen por negocios sucios son poder y dinero ensangrentados –sostuvo Francisco durante la misa–. Ese poder ensangrentado no se puede tomar para la otra vida. Arrepiéntanse, aún hay tiempo para evitar terminar en el infierno, que es lo que les espera si siguen en ese camino”.
El encuentro tuvo lugar horas antes de la 19ª edición del Día de la Memoria y el Compromiso, patrocinado por la Fundación Libera y otras asociaciones civiles. En Italia, cada 21 de marzo –el primer día de la primavera– se recuerda en todo el país a las víctimas inocentes de la mafia, y cada año desde 1996 la manifestación principal se celebra en una ciudad diferente. Fue la primera vez que un papa participó del acto.
Libera es una asociación volcada a la lucha contra las mafias italianas: la Cosa Nostra, originaria de Sicilia, la ’Ndrangheta, de Calabria, y la Camorra, de Campania. La ONG se ha especializado, entre otras actividades, en la reconversión de bienes confiscados a estas organizaciones. La delegación de los familiares presentes ayer estuvo encabezada por Rosaria Costa, viuda de Vito Schifani, miembro de la escolta del juez Giovanni Falcone y su esposa Frances Morvillo, quien también murió asesinada en una masacre el 23 de mayo de 1992.
El año pasado, con motivo de la beatificación en Palermo del obispo Giuseppe Puglisi, asesinado por una banda mafiosa, el Papa ya había dejado entrever su firme postura contra las mafias. “Es él quien ganó, y con él, Cristo”, declaró entonces, en referencia a la lucha de Puglisi por sustraer a los jóvenes palermitanos de la influencia de la mafia Cosa Nostra.
El Vaticano y su banco, el IOR, han recibido en el pasado fondos de dinero sucio procedente de la mafia y han aprovechado inversiones inmobiliarias dudosas. Al día de hoy, las investigaciones siguen tratando de aclarar los vínculos entre un puñado de prelados y la criminalidad italiana.
El fiscal adjunto de la región de Calabria, Nicola Gratteri, declaró en noviembre al diario Il Fatto Quatidiano que “los jefes mafiosos no dudarían en hacer una zancadilla” al papa Francisco si pudieran, porque “está desmantelado los centros del poder económico en el Vaticano”. El vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi, trató luego de neutralizar los rumores alarmistas afirmando que el pequeño Estado estaba “extremadamente tranquilo” al respecto