En Buenos Aires, más de 150 manifestantes desafiaron ayer un calor aplastante y se reunieron frente a la embajada estadounidense en solidaridad con la Marcha de las Mujeres en Washington.
La Marcha Solidaria de Mujeres: Edición Buenos Aires fue una de las más de 650 marchas “hermanas” que ocurrieron en todos los estados de Estados Unidos y en otros ochenta países en respuesta a la asunción de Donald Trump.
“Lo que estamos haciendo es un grito de batalla que es imposible ignorar”, dijo Rosalía Llorens, organizadora del evento y una expatriada estadounidense. “Será el presidente oficialmente, pero no me representa a mí, ni a mis creencias. No nos vamos a quedar de brazos cruzados”.
Llorens organizó la manifestación por Facebook en menos de una semana por inspiración de todas las marchas en solidaridad que vio por todo el mundo. Como no pudo asistir a la de Chicago, donde vive, contactó al comité de la de Buenos Aires.
“Eventos como este nos permiten encontrar personas con quienes compartimos ideológicamente y que quieren colaborar y luchar por las mismas cosas”, dijo a PERFIL.
La mayoría de los manifestantes eran mujeres estadounidenses, pero también había algunos argentinos y hombres en solidaridad. Más allá de los derechos de mujeres, los manifestantes hablaron de la necesidad de unirse en apoyo de todos los derechos humanos.
Para Cristina Erazo, la lucha no se limita a las mujeres. Erazo, una maestra y migrante de Ecuador, dijo que todos tenían que abogar por todas las minorías.
“Yo soy inmigrante aquí. Mi esposo fue inmigrante en Estados Unidos y en Canadá y todos los inmigrantes que no han tenido el nivel con el cual nosotros emigramos tienen el derecho a que los demás peleemos por ellos”, dijo Erazo a los manifestantes. “Hay muchas consideraciones que hay que tener con la mujer, pero creo que esto nos tiene que convocar a pensar en todos los que son diferentes”, concluyó.