El emergente de la ultraderecha internacional y el rol de Milei
Hace poco más de un mes, el diario Perfil anticipaba las claves de un fenómeno emergente como lo es la búsqueda de visibilidad y inserción en el mundo de hoy de la internacional de ultraderecha que se manifiesta, cada vez con más enjundia, en cuanto espacio logre arrebatar a demócratas y republicanos.
Javier Milei junto a Donald Trump en Estados Unidos |
NA
¿Cómo se explica la súbita presencia y el abrazo fraterno entre Donald Trump y el presidente Javier Milei, convertido en el nuevo protegido de los ultraconservadores en el marco de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC)?
El encuentro entre ambos apenas duró un minuto y medio. Fue cuando Trump bajó del escenario tras su discurso y todavía se escuchaba la canción YMCA, de Village People, de fondo. Hubo abrazo, foto y elogio al presidente argentino, de quienTrump dijo: “Está haciendo un buen trabajo y hará grande a la Argentina nuevamente (MAGA)”. En la entrevista con Jorge Fontevecchia, el periodista, investigador, historiador y ensayista George Monbiot, habitual columnista del diario británico The Guardian, sostuvo que tanto Milei como Patricia Bullrich son vistos por estos militantes de los ultraconservadores como una imitación de las políticas inglesas nacidas con Margaret Thatcher.
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Monbiot asegura que un consorcio de “think tanks” neoliberales, financiado por multimillonarios y corporaciones multinacionales llamado Red Atlas, intenta instaurar, mediante líderes que logran hilar un relato de restitución del orden ante el caos, comoDonald Trump, Jair Bolsonaro, Liz Truss y ahora Javier Milei, a lo largo y ancho del planeta, medidas neoliberales de desregulaciones estatales y económicas, ajuste y privatizaciones, que terminan dañando a las clases medias y pobres en favor de los intereses económicos de los más poderosos. Denuncia también que el protocolo de seguridad de Patricia Bullrich es una copia del inglés criminalizando las protestas pacíficas y erosionando las democracias. Por último explica su perspectiva acerca de que “muchos de quienes ascienden a posiciones de gran poder económico o político tienen trastornos de personalidad, particularmente narcisismo o psicopatía”.
