Jorge Sapag, ex gobernador de Neuquén, habló en Modo Fontevecchia en Radio Perfil (FM 101.9) y destacó la importancia que tienen las reservas de gas y petróleo en Vaca Muerta para poder generar divisas y riquezas para el país. “Neuquén es una potencia gasífera en el mundo”, subrayó y remarcó que se requiere de una “mirada federal”.
¿Cuánto del potencial que se le asigna a Vaca Muerta de gas es fantasía, cuánto es realidad, cuánto es realizable en poco tiempo, y si, finalmente, el petróleo tradicional no termina siendo también otra gran oportunidad que Argentina tiene?
En Vaca Muerta hemos trabajado muchísimo estos últimos 10 años para ponerla en marcha y me considero un gobernador que ha tenido la responsabilidad de tener que estar tomando decisiones para el desarrollo no convencional. Vaca Muerta es una formación geológica y no es la única en la provincia de Neuquén. Está presente en todo el norte de la provincia, en la zona de la meseta patagónica, y tiene 130 millones de años. Esa roca generó un fondo de mar que se retiró hacia el pacífico y dejó una formación en arcillas muy importantes con gas y petróleo que es considerada una de las mejores geologías del mundo.
Gracias a la curva del conocimiento, la tecnología aportada por 20 empresas trabajando en Neuquén, que son nacionales e internacionales, hemos propiciado la radicación de estas inversiones en los últimos nueve años. Neuquén está con récord en los últimos 20 años de producción de petróleo y gas. Si no se produce más es por falta de ductos que obedecen también a la falta de planificación y a la falta de fe que se tuvo en esta formación no convencional que nos ha llevado el horizonte de reservas en el 2013, que en ese momento estaban a 5 años, a 25, 30 años.
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Eso en cuanto a las reservas contabilizadas en los balances de las empresas. Pero también hay recursos inferidos, que son para 200, 300 años porque la Agencia Internacional de Energía nos ha calificado como la segunda reserva del mundo en gas no convencional, y la cuarta reserva de petróleo en el mundo en petróleo no convencional. Tenemos una geología maravillosa en el subsuelo, trabajadores y empresarios con una gran tecnología sobre el suelo, los niveles de productividad y de rendimiento de los pozos son excepcionales.
Todo se extrae con técnicas de hidrofractura que, por supuesto, se desarrollan cuidando el medioambiente. Utilizamos este gas y petróleo que nos dio la naturaleza como buque insignia para llegar a un puerto destino de las energías limpias. Entendemos que la transición del planeta es hacia las energías limpias como por ejemplo la del agua. Nosotros abastecemos el 22% de la energía hidroeléctrica en el país. El año que viene vencen las concesiones hidroeléctricas sobre el Río Limay y el Río Neuquén. Eso abrirá un debate sobre el federalismo y sobre el uso del agua. Cómo provincia energética, teniendo en cuenta que la energía es uno de los resortes básicos para la soberanía de un país, tenemos en Neuquén una posibilidad enorme.
Vaca Muerta es una realidad y si no se desarrolla rápidamente es por problemas macroeconómicos, sobre el suelo y sobre las decisiones del gobierno nacional porque hay inversiones. Tenemos que planificar y ser prácticos y sin ideologías para lograr la energía barata que necesitamos. Esto nos va a permitir lograr divisas, no vamos a resolver el país sin eso y sostener la industria.
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El gas, ¿es una oportunidad que va a generar mayor cantidad de recursos económicos que el petróleo? En Vaca Muerta, ¿hay más petróleo que gas? ¿Cuánto vale la riqueza, aunque sea en sentido potencial?
Tenemos más gas porque hay otros horizontes además de Vaca Muerta. Tenemos Los Moyes a mil metros más abajo con arenas compactas con gas. Neuquén es una potencia gasífera en el mundo. En cuanto a petróleo somos la cuarta reserva del mundo. En cantidad, para 200 o 300 años, alcanza. Va a quedar mucho en el subsuelo. Cuando dentro de 20 o 30 años, el petróleo será reemplazado en el mundo y, al gas, tal vez le quede un poco más, entre 40, 50 años. Esas riquezas nos tienen que servir para generar energías limpias.
JL PAR