"Lo que está sucediendo en Jujuy es cultural y estructural. Puede haber un error de diagnóstico por parte de la oposición si es que cree que el problema es el kirchnerismo" planteó, a modo de tesis, Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (101.9) del miércoles 21 de junio del 2023.
Desde 1975, la sociedad argentina viene empobreciéndose, algo que conlleva a un evidente discurso contestatario y cargado de bronca, expresado desde los años 90' a través de piquetes organizados por partidos de izquierda.
Algo similar sucede en Jujuy, donde la mayoría de los sectores que se están manifestando corresponden a partidos trotskistas. La hipótesis de Juntos por el Cambio, que habla del kirchnerismo como la causa principal de los problemas argentinos, es un error. El kirchnerismo es la consecuencia de la explosión de 2001 y 2002, momento en el que se termina de consumir el fracaso nacional que arrancó en 1975.
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Una sociedad que se empobrece en cada generación no puede no tener una actitud reactiva y de descreimiento, que se puede expresar con ideas trotskistas, como sucede en Jujuy, pero también con ideas libertarias, como pasa en el conurbano con los adeptos a Javier Milei.
El laboratorio de lo que se viene
En un spot político que divulgó recientemente Gerardo Morales se jactaba de haber terminado con los piquetes y los cortes de ruta con un sólo artículo de la nueva Constitución. En el video, el gobernador jujeño aseguraba haber hecho en su territorio "lo que nadie pudo hacer en Argentina", algo que justifica la teoría de que la provincia norteña es una especie de laboratorio de Juntos por el Cambio de cara a un posible gobierno nacional a partir de diciembre.
La protesta social en las calles también podría considerarse una respuesta a la propuesta de la oposición, más allá de la crítica a determinados artículos de la nueva Constitución jujeña respecto al trato de las manifestaciones. No está de más recordar que el código penal ya preveía un accionar disuasivo frente a las protestas, por lo que los discutidos artículos podrían considerarse más simbólicos y declamativos que estructurales.
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En los últimos días, Modo Fontevecchia ha sido un espacio en el que se pudieron escuchar las opiniones de los referentes más importantes de cada sector implicado en el conflicto de Jujuy.
Milagro Sala aprovechó la entrevista para criticar la actitud del gobierno frente a las protestas: "No te podés manifestar porque, si lo hacés, vas a ser un delincuente", aseguró quien, al igual que el "Perro" Santillán y Alejandro Vilca, referentes de la protesta social, comenzó su participación política a partir del sindicalismo estatal.
La líder de la organización Túpac Amaru reconoció que el enojo de la sociedad jujeña es previo a la nueva constitución y recordó la cantidad de ingresos que tiene la provincia por estos días: "Jujuy hoy tiene litio, petróleo, tres empresas mineras, tres ingenios de azúcar y producción de cannabis con envíos a Estados Unidos y manejada por el hijo de Gerardo Morales. De todos los grandes emprendimientos, no queda un peso para los jujeños. La plata queda para los amigos de Morales y no se ve en salud, educación y viviendas dignas".
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Carlos "El Perro" Santillán fue otro de los entrevistados de Modo Fontevecchia en estos días, criticó el crecimiento patrimonial de Milagro Sala y aseguró que "Morales se creyó el rey de Jujuy y empezó a avanzar en una metodología represiva".
El histórico líder sindical explicó que uno de los primeros reclamos de este conflicto estuvo relacionado con el bajo salario docente, luego se sumaron el resto de los trabajadores estatales y, a partir de ese momento, empezó a plantearse la reforma de la Constitución.
Ayer fue el turno de Gerardo Morales, quien en su charla con Jorge Fontevecchia responsabilizó al oficialismo nacional: "No van a seguir gobernando y pretenden el conflicto, la violencia. La peor represión es la que generan con tanto pobre que hay en la Argentina".
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El gobernador le pidió a Wado de Pedro que se responsabilice en liberar las rutas cortadas y utilizó la idea de Jujuy como "laboratorio" pero, en este caso, para referirse al kirchnerismo que se prueba como oposición durante el próximo gobierno.
Otro de los importantes actores implicados en el conflicto que habló en Modo Fontevecchia fue Horacio Pietragalla. El secretario de Derechos Humanos estuvo presente en la provincia y aseguró que "Juntos por el Cambio tiene la represión como forma de construcción política".
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Ayer por la tarde, la oposición buscó dejar las diferencias a un lado y ofreció una conferencia de prensa con la presencia de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, quien aseguró que el gobierno nacional está promoviendo la violencia: "No pueden frenar el cambio con los votos, entonces lo hacen a través de la fuerza". La ex ministra de Seguridad declaró en sintonía con el jefe de Gobierno porteño y habló de un "modus operandi" del kirchnerismo.
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La respuesta al planteo de los líderes de la oposición se puede encontrar en antecedentes no tan lejanos de trágicas manifestaciones, como la que se produjo en Neuquén y terminó con la represión policial que asesinó al docente Carlos Fuentealba y posteriormente generó la renuncia del gobernador Sobisch.
También se podría citar el enfrentamiento de grupos de izquierda con facciones sindicales peronistas que provocaron el homicidio de Mariano Ferreyra o ir más atrás en el tiempo y recordar el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, en una manifestación donde el kirchnerismo todavía no existía tal como lo conocemos.
Alfredo Cornejo, quien presidió el partido radical previo a Gerardo Morales, reconocía en un reportaje con Periodismo Puro que el problema de la sociedad argentina era cultural y producto del fracaso económico y que, a medida que la sociedad pueda encontrar un camino de desarrollo que devenga en un nuevo empoderamiento de la clase política.
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El cambio cultural va a requerir eficacia por parte de los gobiernos para convencer a la parte de la sociedad más empobrecida. Así como la decadencia económica, generadora de la cultura del reclamo, lleva cinco décadas, seguramente este cambio también conlleve un largo proceso.
Uno de los testimonios más representativos del conflicto lo dio una madre que apoyaba la reforma de Gerardo Morales pero cambió de opinión al ver que su hijo, con problemas de autismo, fue golpeado por la policía: "Los canas vinieron a sacarlo de la casa con un palo y le reventaron la cabeza". El desgarrador testimonio de la mujer fue acompañado de un pedido de renuncia para el gobernador y el recuerdo de su apoyo en las últimas elecciones.
Los tristes y violentos antecedentes de la represión en Argentina
Para cualquier gobernante, el exceso en la represión supone un importante riesgo para la estabilidad de su mandato y la historia argentina tiene numerosos ejemplos para graficarlo. El más cercano en el tiempo corresponde al 15 de diciembre de 2017, cuando se produjo un largo y violento enfrentamiento entre la policía y los manifestantes que protestaban por la reforma previsional. La represión culminó con una gran cantidad de heridos, entre ellos dirigentes políticos que también se habían sumado a la protesta.
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Los citados ejemplos en las represiones en Neuquén, el Puente Pueyrredón y el Congreso de la Nación, tienen su mayor antecedente en las trágicas jornadas de diciembre de 2001: "Las Madres fuimos a la plaza con un documento que rechazaba el estado de sitio y vimos que a una piba embarazada la agarraron de los pelos. Llegamos, enfrentamos a la policía y nos fuimos agrupando para que no nos llevaran de a una. Luego nos golpearon duramente, fuimos al hospital y volvimos a Plaza de Mayo para hacer la tradicional ronda de los jueves".
l crudo testimonio pertenece a Hebe de Bonafini quien recordó las tristes imágenes de los jóvenes asesinados en las calles.
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Varios años atrás, Argentina vivió otro de sus tristes capítulos de sangrientas represiones con el histórico Cordobazo. En aquellas jornadas de 1969, los manifestantes correspondían a sindicatos de los sectores metalúrgicos y la industria automotriz que protestaban por las políticas de ajuste y represión impulsadas por el gobierno de facto encabezado por Juan Carlos Onganía.
Los antecedentes también marcan que las manifestaciones pueden alcanzar magnitudes que se tornan incontrolables. De cara a lo que se viene, vale la pena recordar la advertencia que le hizo Juan Grabois a Alberto Fernández por un salario mínimo que saque de la línea de la indigencia a los trabajadores con menores ingresos: "Estamos dispuestos a dejar la sangre en la calle para que no siga habiendo hambre en la Argentina".
ADP JL
