El director del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel, Manuel Trajtenberg, dialogó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), y enfatizó que "pensar que se cura la inflación sin dolor es como ir al curandero". También afirmó que la gente "no cree que los gobiernos puedan solucionar eso" y que "no es un asunto partidario".
¿Es consciente de la importancia que tiene su palabra en Argentina?
Lo más importante es tratar de ayudar, en base a la experiencia de Israel. Hay que tener en cuenta que la inflación es una creación humana, no de la naturaleza. Así como se creó, se puede solucionar. Tener fe en eso es una parte importante del remedio. La inflación es una de las enfermedades económicas más graves que una sociedad puede sufrir. Es arbitraria, pega más a los que menos tienen. Hace daño a la economía real y crea una redistribución de la riqueza que es completamente arbitraria. La experiencia mundial marca que se puede solucionar.
Para solucionar el problema de la inflación, ¿hay que reconocer primero que nosotros la generamos y podemos curarla?
Exacto. Una de las cosas que mantiene a la inflación y la empeora es cuando la gente tiene expectativas de que va a seguir porque no cree que los gobiernos puedan solucionar eso. Esa creencia alimenta la inflación porque la gente quiere gastar el dinero rápido, con la expectativa de que los precios van a subir. Hay que convencer a todos de que se puede solucionar. Han ocurrido cosas terribles en la historia que fueron anticipadas por la alta inflación. Eso se puede desbocar muy rápido en una hiperinflación. Por eso hay que tener la conciencia de que esta enfermedad hay que curarla y que se puede lograr.
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¿Es posible solucionar la inflación sin que haya un ajuste fiscal?
Me llama mucho la atención que todavía exista una discusión así, porque la evidencia empírica es total y no puede haber discusión. Cuando la inflación llega al nivel que tiene hoy Argentina, no hay vuelta que darle. Se tiene que pegar un golpe fiscal que corte el presupuesto, también en la política monetaria, y mantenerlo durante el tiempo que sea suficiente para que sea creíble. No existe otra posibilidad en el corto plazo.
De ninguna manera el crecimiento económico puede levantar cabeza mientras se está en un proceso inflacionario de esa naturaleza. Pensar que la inflación se cura sin dolor es como ir al curandero. Está estudiado en la economía y tenés que cortar la enfermedad en la raíz. También necesitás un mínimo acuerdo nacional en dos niveles: político y sectorial. Después de dar el golpe viene la parte de controlar que no se escapen los precios, los salarios y el gasto gubernamental.
Se necesitan reformas institucionales para que la disciplina fiscal sea permanente y no cambiante. Esos son los elementos para aplicar, pero se tienen que dar todos y se los debe explicar a la sociedad.
Siempre se cuenta la importancia que tuvo el acuerdo político en Israel para bajar la inflación. Ese acuerdo entre oficialismo y oposición, ¿es uno de los pilares que mencionás?
Absolutamente. Tiene que darse un acuerdo político nacional y que todos entiendan que no es un asunto partidario. Cuando te enfrentás con una enfermedad de esta naturaleza, todos los políticos se tienen que movilizar por la causa común. Se entiende que estos arreglos no van a durar para siempre ni tienen que ser así. pero sí hasta el momento de estabilizar las cosas. Hay que tomarlo como una guerra y dejar de lado las cuestiones individuales para lograr el bien común. Sin eso no va a funcionar.
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Después de cuarenta años de aquel plan, vemos que en Israel ya no se ponen de acuerdo y los gobiernos duran poco. ¿Cómo se puede explicar eso?
Siempre Israel tuvo situaciones de amenazas externas, pero las discusiones internas frente al peligro exterior fueron muy graves. Cuando pasó lo de la inflación el país se unió, fue increíble. Fue por la agresión interna de la inflación y eso sirve como ejemplo. En eso están todos unidos hasta la actualidad, no se discute ese tema.
JL PAR