OPINIóN
sociedad y sector privado

La pandemia y la activación de confianza

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A favor. Desde la pandemia la confianza en las empresas creció. | Néstor Grassi

El combate al capital esgrimido por el peronismo desde su fundación ubicó, con matices, al sector privado de la Argentina (cuyos referentes venían administrando el poder) en un lugar de oposición y de enemigo. Esta peculiaridad actuó como factor de alta incidencia y delineó el comportamiento institucional y político de las entidades que lo representan, quedando por muchos años identificados con la disputa de poder protagonizada por el PJ y los militares. A partir de la recuperación de la democracia, las entidades empresarias prefirieron adoptar un perfil bajo y hasta, según las regiones y las industrias invisible, haciendo escuchar sus intereses solo a los interlocutores de los gobiernos de turno, lo cual, de cara a la opinión general, resultó en un desdibujamiento de su rol y sus intereses, al mismo tiempo que su imagen era desvalorizada mediáticamente por prácticamente todos los gobiernos. Criticar, echar culpas a los empresarios desde la política ha sido fácil, porque la opinión pública no tiene casi nada construido en su cabeza o en su emoción acerca de ellos. Hasta acá, también parece claro que, en un contexto complejo, el empresariado en su conjunto no pudo asumirse como actor social, no supo configurar una identidad con propósito en términos prácticos o simbólicos claros para hablarle a la sociedad y a la política, y por lo tanto fue imposible generar, en su conjunto, percepción de cercanía con la población en sentido amplio. Todo lo que ha podido hacer con sus clientes y públicos cercanos desde sus productos o servicios no lo ha logrado como sector hacia la opinión pública.

Pero la pandemia lo hizo. Desde 2020, las empresas han venido ganando confianza entre la opinión pública superando el 40% de valores positivos por ese concepto, por encima en más de 20 puntos de su media histórica de los últimos diez años. Los factores que mejoraron su performance en la época del gran encierro quedaron anclados en primer lugar por su espontánea victimización, que fue intensamente ofrecida por redes y medios. Notas exponiendo a dueños de empresas, cámaras, asociaciones que describían las pérdidas y el esfuerzo por mantener la actividad y el empleo. El segundo factor radica en la demostración de adaptación a las nuevas condiciones impuestas mediante la digitalización. Esto se tradujo en consumidores y usuarios sobrellevando el aislamiento en mejores condiciones gracias a ello. La pandemia logró humanizar, acercar y poner al sector privado del lado de la gente.

Entre 2013 y 2023, las empresas fueron los actores que experimentaron el mayor crecimiento en términos de confianza entre los medidos sistemáticamente por CIO Investigación. Estos datos configuran un contexto favorable para el desarrollo de un vínculo que integre elementos que doten de identidad al sector y consolide su capital reputacional. Un estudio realizado en colaboración entre el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) y el Instituto de Investigación de la Facultad de Ciencias de la Educación y la Comunicación Social de la Universidad del Salvador a través de focus group, con representantes de empresas que codirigí, concluyó que la primera barrera a sortear es el desconocimiento que la opinión pública tiene respecto de la contribución que realiza el sector a la sociedad, y la necesidad de construir un mensaje unívoco que lo visibilice. Habrá que sacarse el casco y ya sin combate al capital, lo que queda y resulta necesario, es mostrarlo.

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*Politóloga.