POLICIA
Le dieron perpetua

El "femicida sexual" que actuaba con "violencia extrema" y fue condenado por asesinar a dos mujeres

Jonatan "El Tarta" Rivero fue sentenciado a la pena máxima, ocho años después del primer ataque. Mató a dos de sus víctimas y a una tercera la violó, pero sobrevivió.

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Jonatan Rivero fue condenado por el crimen de dos mujeres y el abuso de una tercera víctima. | Facebook Sandra Ojeda, Solplay y @periodismofeminista

"Las mató porque podía matarlas. Actuó con desprecio". Así lo calificó la fiscal que llevó a juicio a "El Tarta" por abusar y luego asesinar a dos mujeres usando "violencia extrema" y por haber violado a otra joven, que sobrevivió. Lo condenaron a perpetua, ocho años después del primer caso. 

Jonatan Rivero (34) actuó con "desprecio" y con "extrema violencia" con sus víctimas. Las mujeres que eligió para someter sexualmente y, a dos de ellas, matar estaban indefensas. Y él se aprovechó de esa condición para actuar sobre seguro. 

"Ahora sí puedo decir descansá en paz mí negra, porque tu muerte no va a quedar impune. Tuvo que matar a otra mujer para que lo dejen en cana y violar a otra mujer más, que gracias a Dios quedó con vida, pero lamentablemente mí hermana y la otra no", escribió en las redes sociales la hermana de la primera de las víctimas luego de que el tribunal fallara en contra de Rivero. 

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El Tarta fue condenado a cadena perpetua este martes por los femicidios sexuales de Sandra Ojeda (22) y de Ramona López (68). Y por la violación de otra joven, que pudo sobrevivir.

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El primero de los hechos ocurrió en 2014. Sandra era una trabajadora sexual que paraba en la intersección de las calles Blas Parera y 12 de Infantería en la ciudad de Santa Fe. Era una zona que Rivero frecuentaba. Cuatro años después, en esa misma esquina, captaría a su última víctima, la que logró sobrevivir, pero que "por temor" no declaró en el juicio en su contra.

Aquel 6 de diciembre de 2014 pasó a buscar a Sandra por esa esquina y caminaron unas diez cuadras hasta un descampado. Allí no tuvo piedad. Según se determinó en el juicio, allí la golpeó, la estranguló y prendió fuego su cuerpo. Luego denunció ante la policía que lo habían subido a un auto y obligado a tener relaciones con la víctima.

Su declaración, en ese momento, fue confusa y contradictoria. Y se mostró sorprendido ante los efectivos policiales, cuando vio el cuerpo de la víctima quemado. Luego fue detenido e imputado, pero al poco tiempo quedó libre porque la fiscalía no presentó la acusación en su contra.

El 17 de noviembre de 2018 volvió a atacar. Esta vez la víctima fatal fue Ramona López. La sorprendió en su propia casa, cuando dormía. Su presencia allí no fue casualidad. Rivero había ido esa noche a tomar unas cervezas con la hija de Ramona y otro hombre a la casa de la víctima. La joven le había comentado que su madre estaba durmiendo. Luego de un rato, los tres decidieron seguir el encuentro en otro lado, pero cuando se fueron de la propiedad el femicida sexual les dijo que mejor no los acompañaba.

Pero en realidad regresó a la propiedad en donde dormía Ramona y la sorprendió. Un vecino de la víctima declaró que vio a Rivero ingresar solo a la casa de la mujer. “Él sabía que estaba sola durmiendo, indefensa. Siendo además una persona de edad avanzada. Nos permite sostener que éste actúa claramente sobre seguro”, sostuvo la fiscal del caso Alejandra Del Río Ayala según publicó el diario Uno de Santa Fe. 

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Sandra fue la primera víctima de El Tarta Rivero.

En la escena del crimen encontraron un preservativo y una colilla de cigarrillo. Rivero abusó de la mujer y también utilizó un palo que había en la casa para someterla. “La golpeó brutalmente asesinándola y, en algún momento de todo este raid violento, fumó un cigarrillo entero", resaltó la fiscal. Un mes después, abusó sexualmente de la joven que sobrevivió. A ella también la contactó en la misma esquina en la que se juntó con Sandra. A esta tercera víctima, la amenazó con un cuchillo, la violó y le robó la plata que tenía.

En los alegatos de cierre la fiscal Del Río Ayala dijo sobre ambos femicidios: “Las mató porque podía matarlas. Actuó con desprecio, con humillación, porque no le bastó con estrangularla a Sandra, sino que además después de muerta la prendió fuego mostrando en sus acciones lo desechable que era para él ese cuerpo. Estos asesinatos son un acto de poder. El factor de riesgo en estos casos fue ser mujer”. Y siguió: “El denominador común es la violencia extrema contra mujeres vulnerables"

Además, la fiscal sostuvo que ambos homicidios fueron "femicidios sexuales". Por eso explicó que “los ataques sexuales directos o simbólicos tanto consumados como atentados, presentan características específicas en el modo de ejecución en el procedimiento femicida y también en las circunstancias que dejan rastro en la escena del hecho y en el cuerpo de la víctima. El femicida sexual tiene la característica predominante en que la mujer les resulta ser un objeto de consumo y desecho”, acusó la fiscal durante el debate.

La defensa había pedido la absolución del acusado. Pero los jueces Rosana Carrara, Sergio Carraro y Pablo Ruiz Staiger respaldaron la postura de la fiscalía y condenaron a perpetua al "femicida sexual"

"Te vas a pudrir en cana por fin vas a pagar lo que le hiciste a mi hermana", escribió la hermana de una de las víctimas fatales. "Verte de nuevo después de 8 años me hizo volver a recordar la última noche que vi a mi hermana y me acordé la última vez que ella me dijo ´Cris, ya vengo´". Pero Sandra no volvió y ocho años después de su asesinato, el responsable de ello, fue condenado.

NG/fl