El hombre camina por la vereda, va a su trabajo. De golpe, como si hubiera trastabillado, se desploma en el piso. Segundos después, una moto pasa a toda velocidad por la calle. El hombre sigue tendido en el piso. Intenta levantar la cabeza una, dos, tres veces. La secuencia en la que matan al cerrajero Daniel De Negris, en pleno microcentro porteño, fue repetida cientos de veces esta semana por los medios. No fue el único video: también circularon las imágenes del momento en que Eduardo Cevallos es atropellado por un conductor borracho en la localidad de San Martín. Ambas víctimas murieron en el acto y en cámara.
“Las imágenes pueden herir la sensibilidad”. “Contenido no apto para niños y adolescentes”. “Imágenes sensibles”. Con estas leyendas, los canales de TV y portales cumplen en avisar a su audiencia qué van a ver cada vez que difunden imágenes impactantes, que generan morbo y rating en altas dosis. Y como cada vez que ocurren casos impactantes, reaparece el debate por la responsabilidad de los medios: ¿quién controla la difusión? ¿Es posible impedir la circulación de imágenes en la era de las redes sociales? ¿Cuáles son los límites legales? ¿Qué daño pueden ocasionar a los familiares de las víctimas?
Para la analista de medios Adriana Amado, el problema no reside en el control sino en la responsabilidad de los medios. “La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es bastante precisa en la exhibición de imágenes y en la protección de la infancia, e incluso hay un Defensor del Público. Pero no pasa por quién controla; la pregunta es qué hacemos nosotros como sociedad y específicamente qué hace el periodismo para evitar estas situaciones”, explica a PERFIL.
La investigadora de la UBA pone el énfasis en el debate pendiente sobre la falta de reglas claras de cobertura para este tipo de casos. “Cuando hay un secuestro o un asesinato nos acordamos de discutir, pero después te fijás y casi ningún medio argentino tiene un código de ética, un principio de cobertura. Pero no solamente para el periodista sino también para los lectores, porque yo tengo derecho, si me gusta la prensa sensacionalista y estoy acostumbrada a ver esas imágenes, a que no sean prohibidas”, acota.
La mujer de Daniel De Negris supo que habían matado a su marido al ver el video en la televisión. El padre de Eduardo Cevallos fue sorprendido con la filmación mientras daba una entrevista en vivo. ¿Qué daño puede causarles a los familiares ver morir a su ser querido una y otra vez por TV?
Abel Fainstein, especialista en psiquiatría y magíster en psicoanálisis, explica que la exposición a este tipo de situaciones puede ser traumática y retrasar el duelo. “Para quien está en una situación de vulnerabilidad por el estrés físico y psíquico de la pérdida, ese procesamiento es imposible, y todo nuevo estímulo puede ser potencialmente traumático, obstaculizando el trabajo de duelo”, explicó a PERFIL. Y agregó que “esa insistencia que alimenta cierta curiosidad por lo trágico, determinada entre otras cosas porque nos tranquiliza ver que no nos pasa a nosotros, no es aconsejable desde el punto de vista de la salud mental y física de la población”.
Aunque sea difícil frenar la circulación de los videos por la inmediatez de las redes sociales, los familiares de la víctima pueden recurrir a la Justicia para que prohíba la publicación del material. El abogado Mauricio D'Alessandro señala que el nuevo Código Civil “protege mejor la intimidad” que el anterior. “El artículo 1.770 habla incluso de aquello que pueda mortificar a la víctima, ordena el cese inmediato de la acción que mortifica y prescribe la reparación integral”, dice. Pero advierte que “si alguien pidiera y un juez ordenara quitar el video de los medios, se podría estar afectando la libertad de prensa”.