Un allanamiento a la última vivienda que ocupó Santiago Maldonado hasta poco antes de desaparecer, marcó el ritmo de la jornada de investigación de ayer en El Bolsón, a doce días de la desaparición del joven de 28 años en medio de un violento desalojo de Gendarmería contra la comunidad Mapuche Pu Lof. La medida se realizó en la Biblioteca del Róo, un espacio comunitario en el que Santiago ocupaba una habitación antes de ir al Lof.
“Fue una medida más de las varias que se vienen haciendo”, explicaron fuentes de la investigación a PERFIL, que agregaron que la medida no descarta para nada otras líneas de trabajo como las que apuntan a las responsabilidades de Gendarmería. “No se está descartando para nada a Gendarmería. De hecho, antes del allanamiento se fue a buscar una nueva camioneta que participó del operativo (en el que desapareció Santiago) y se levantaron rastros para luego comparar con ADN”, enumeraron. Y adelantaron en este sentido que durante los próximos días se seguirán realizando medidas en torno de la fuerza. “Se está abarcando todo”, recalcaron.
Desde el entorno de la familia de Santiago, transmitieron a PERFIL la molestia que les generó la decisión judicial, lo que se sumó a los cruces que Sergio, uno de los hermanos del joven, tuvo con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. La familia se opone a la forma en que la Justicia federal investiga el caso, al considerar que se meten en la vida de Santiago en lugar de investigar a los responsables de su desaprición.
Según reconstruyeron las fuentes consultadas, el allanamiento se produjo ayer por la tarde en El Bolsón y fue realizado por varios efectivos de Policía Federal, y estuvo supervisado por el juez del caso, Guido Otranto. “Durante la semana, la Policía hizo una investigación para saber más sobre los lugares donde había estado Santiago y ver si se podían obtener mayores datos para la causa como celulares, rastros suyos, etcétera. La familia no aportó mayores datos y la realidad es que era necesario saber dónde estuvo. Los perros rastreadores marcaron lugares por los que estuvo Santiago en la casa y eso ayudó a levantar datos de pelos y otros elementos que van a servir para los estudios de ADN que se van a hacer para comparar con las manchas encontradas en una camioneta de Gendarmería”, explicaron.
Del operativo participaron unos diez efectivos. Hubo quejas de los vecinos por la forma en que procedieron. Fuentes de la investigación explicaron que se trató de hacer del mejor modo posible y que el propio Otranto se presentó para tranquilizar a la gente que estaba en un espacio comunitario detrás.