Bullrich refuerza su alianza con Macri, arma su mesa radical y toma licencia en el PRO
La precandidata busca aprovechar la pelea del expresidente con Larreta para que termine apoyándola. Ayer dejó la presidencia del partido amarillo y su lugar lo ocupará Federico Angelini, del riñón macrista.
En carrera. Bullrich en Tucumán con López Murphy y los candidatos de JxC Sánchez y Alfaro. |
prensa Bullrich
Aunque no espera que Mauricio Macri se pronuncie en el corto plazo de manera explícita a su favor, Patricia Bullrich confía en que, tarde o temprano, el conflicto que abrió Horacio Rodríguez Larreta desoyendo al expresidente con las elecciones concurrentes termine beneficiándola.
En un movimiento político coordinado, salió a criticar al jefe de Gobierno el lunes pasado y luego decidió bajar su altísimo perfil en los medios de comunicación para dejar el ring de una pelea interna. Con todo, en paralelo, tuvo dos reuniones a solas con Macri en las últimas tres semanas. La última en un club de tenis, donde repasaron el trabajo político en las provincias y analizaron la estrategia electoral.
En este marco, la precandidata presidencial sumó como vocera y para colaborar con cuestiones de discurso a Laura Alonso, macrista fiel y extitular de la Oficina Anticorrupción. Una real “halcona”. Su primera acción bullrichista fue concreta: cuestionó la futura licitación que realizará el Gobierno de la Ciudad para el voto electrónico.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Además, la primera quincena de mayo planea tomar una decisión sobre quién será su candidato a gobernador bonaerense, mientras crece la presión de los intendentes del PRO para que haya un candidato único y no perder en sus territorios. Es un problema serio para el partido: Bullrich asegura que está ocho puntos arriba de Larreta en la interna.
Mientras tanto, aún tampoco tiene decidido quién será su vice. Sabe que será un radical y, aunque se enfrió la chance de que sea el cordobés Rodrigo de Loredo (quien se debate entre ir por la intendencia de la capital y ser candidato a vicegobernador de Luis Juez), el tema se planteará en el flamante Grupo Vendimia, que nació en Mendoza. En él se encuentran los radicales Alfredo Cornejo, el vice que no fue porque decidió volver a competir por la gobernación mendocina, el senador Luis Naidenoff y Losada, y los gobernadores Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Mendoza) entre otros. También buscará consenso con el titular de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad, quien espera cómo resuelve su interna el PRO.
Quien intentó ser candidato a vice de Bullrich fue el ahora alicaído Miguel Pichetto, quien sigue rezongando por la “bajada” de Macri. La exministra no quiere una figura como él. Varios de los colaboradores bullrichistas lo ven como “la vieja política” y creen que no le aportaría un solo voto.
Paralelamente, la semana que viene estará en el Llao Llao hablando con el círculo rojo de empresarios en una cumbre cerrada. Allí insistirá con sus conceptos de cambio rotundo, rápido, y con dar peleas a fondo.
Por otra parte, en las próximas semanas volverá a actividades proselitistas en la Ciudad. Habrá fotos con Jorge Macri –quien viene de una durísima charla con Larreta el lunes pasado– para fines de abril y también sola.
Otro vínculo aceitado y que aún se mantiene vivo es con Javier Milei. Bullrich confía entre sus íntimos que nunca lo va a atacar, que se imagina una relación parlamentaria clave si le toca acceder a la Casa Rosada pero que no ve ninguna chance de un acuerdo electoral antes de las PASO. Hace pocos días llamó al economista para intentar alcanzar un entendimiento provincial en San Juan para procurar ganarle al PJ. “De ninguna manera voy a estar con los radicales, solo me llevo bien con vos y con Mauricio”, escuchó del otro lado del teléfono con la vehemencia que suele opinar Milei de la UCR.
Con todo, la exministra de Seguridad comunicó ayer una decisión estratégica: decidió tomar licencia de la presidencia del PRO y dejó el control partidario en manos del diputado por Santa Fe Federico Angelini, un hombre de Macri que ya viene trabajando con ella en el armado político en el interior. Es más: Angelini se encamina a ser candidato a vicegobernador de Santa Fe detrás de Carolina Losada, la senadora radical que anunciaría su voluntad de competir este mes.
Angelini intenta bajar los niveles bélicos dentro del PRO y buscará reunirse en el corto plazo con Larreta y sus colaboradores, y también con María Eugenia Vidal. La idea que tiene el diputado es, además, ayudar a ordenar las provincias donde el PRO aún tiene problemas. Entre otras, Mendoza, Chaco, Salta y Tierra del Fuego. Tratar de conformar un Juntos por el Cambio con la menor conflictividad posible es la máxima que repite el santafesino.
En este contexto, el equipo bullrichista viene consolidándose. El jefe de campaña es el legislador Juan Pablo Arenaza, quien trabaja con ella desde hace más de 25 años, y para el armado y las recorridas se sumaron Hernán Lombardi, Sebastián García de Luca (para la Provincia) y el propio Angelini. A este trío se le suman Federico Pinedo y Alberto Fohrig, con los equipos técnicos, más otros dirigentes como el diputado y economista Luciano Laspina y, desde hace un mes, Ricardo López Murphy, con quien tiene una larga historia política. También están el dirigente Damián Arabia –quien la acompaña a sol y sombra– y el también histórico jefe de prensa Carlos Cortés, de los más leales a la exministra de Seguridad desde hace, al menos, veinte años.
