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Cristina Kirchner, el gabinete y su preocupación por el rumbo económico

La carta de la vicepresidenta encendió los chats y las especulaciones dentro del Gobierno. ¿Beliz y Losardo en la mira? El dólar y los empresarios.

Cristina Kirchner y Alberto Fernández.
Cristina Kirchner y Alberto Fernández. | AFP

“Los que digan qué piensa Cristina, especulan”, dice una de las personas más cercanas a la vicepresidenta que mantiene la reserva tanto como ella. En las últimas horas, el oficialismo trató de interpretar la carta con la que Cristina Kirchner rompió el silencio.

Más allá de las definiciones que dejó, tras la difusión del texto los mensajes de whatsapp -sobre todo en la coalición de gobierno- se multiplicaron con muchas preguntas:

  • ¿A qué funcionarios apunta? 
  • ¿Es un apoyo al Presidente o se desentiende de la gestión de Alberto Fernández?
  • ¿Está dispuesta a dialogar con todos los sectores o con sus críticas a los empresarios y a la gestión de Mauricio Macri se vuelve un impedimento para el consenso?.

Los comentarios pasaron de chat en chat entre dirigentes a los principales despachos del Gabinete. Algunos se apuraron en retuitear la carta sin haber llegado a leer los últimos párrafos. No importa lo que diga, lo que importa es mostrar que hay unidad y coincidencias con cada una de sus palabras.

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Desde el inicio de la gestión, muchos funcionarios de Fernández se sienten en la mira de Cristina. Se les pone nombre y siempre aparecen Santiago Cafiero, Gustavo Beliz, Vilma Ibarra, Marcela Losardo y Matías Kulfas, entre otros. Paradójicamente, estos dirigentes son más mencionados desde distintas oficinas de la Casa Rosada que desde el Senado. Las internas en el “albertismo” también existen.

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En la intimidad del kirchnerismo se sorprenden por algunos nombres que circulan. Nunca lanzaron críticas al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que se difunden con la misma fuerza que cuestionamientos a otros como Losardo y Beliz a donde sí apuntan.

“Nadie sabe a quién hace referencia Cristina, solo ella”, dice alguien que comparte varias horas con la vicepresidenta. El 10 de diciembre, la ex mandataria aceptó que el gabinete lo integren dirigentes que ella nunca hubiese elegido.

Pero ahora, más que un problema de nombres, le preocupa la gestión, falta de respuesta y el rumbo económico. “A ella no le puede gustar alguien pero el que definió y define es Beto”, agrega este dirigente. Después que Cristina escribiera que hay “funcionarios y funcionarias que no funcionan”, en su entorno, nadie responde sobre quiénes son éstos.

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Las quejas por la falta de gestión son compartidas por Fernández. El propio Cafiero les pidió más acción, pero el Presidente se niega a hacer cambios. Si los hiciera, los primeros que figuran en la lista no son los que la ex jefa de Estado mira con desconfianza por haber tenido un pasado de fuertes diferencias. Si fuera por eso, Sergio Massa no podría haberse convertido en el principal aliado de su hijo Máximo.

Un año y medio atrás, al elegir a Alberto Fernández como candidato Presidencial, la ex presidenta estaba convencida de que su nombre en la boleta no alcanzaba para ganar. Con el amplio triunfo electoral esa certeza se transformó en una incógnita. Más allá de que podría haber encabezado la fórmula y ganado, creyó que para la etapa actual en la que se requieren consensos (y aún no había asomado la pandemia) su figura tampoco hubiese ayudado.

A un año de las elecciones, con su cuarta carta en la gestión y a su modo, espera que ahora con Alberto alcance. Se corre de la toma de decisiones, dice que el Presidente es quien manda y pide diálogo mientras vuelve al silencio. La Vicepresidenta ya dijo todo lo que tenía para decir.

RA/MC