POLITICA
L' Osservatore Romano

El papa Francisco llamó a combatir toda forma de esclavitud

En la edición semanal del periódico vaticano se presentan la catequesis del sumo pontífice, el plan del viaje apostólico a Marsella y su encuentro con virtual con Bill Clinton.

Papa Francisco
Papa Francisco | CEDOC

“Llamados a combatir contra toda forma de esclavitud”. Son las palabras del Papa Francisco que encabezan esta nueva edición del L' Ossevatore Romano en lengua española. Fueron pronunciadas en la catequesis que tuvo lugar en la audiencia general del miércoles 20 de septiembre. En esa oportunidad, proponiendo la actualidad del mensaje de Daniel Comboni – que fue “un apóstol lleno de celo” por las poblaciones del continente africano, el Papa recordó el contexto en que Colombo expresaba que “el más feliz de mis días será en el que pueda dar la vida por vosotros”.

Según Francisco, “lo afirmaba en un contexto caracterizado por el horror de la esclavitud, de la que era testigo. La esclavitud “cosifica” al hombre, cuyo valor se reduce al ser útil a alguien o algo. Pero Jesús, Dios hecho hombre, ha elevado la dignidad de cada ser humano y ha desenmascarado la falsedad de toda esclavitud. Comboni, a la luz de Cristo, tomó conciencia del mal de la esclavitud; entendió, además, que la esclavitud social tiene sus raíces en una esclavitud más profunda, la del corazón, la del pecado, de la cual el Señor nos libera. Como cristianos, por tanto, estamos llamados a combatir contra toda forma de esclavitud. Pero lamentablemente la esclavitud, así como el colonialismo, no es un recuerdo del pasado, lamentablemente”.

Este 22 de septiembre, el Papa Francisco dio comienzo a su viaje apostólico a Marsella. En la primera página de esta edición del periódico vaticano se describe el programa, que tendrá  una atención particular dedicada al fenómeno migratorio, tal y como observó el Papa el domingo pasado en el Ángelus, anticipando uno de los pasajes de sus 44º viaje apostólico, según citó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede

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En el  mencionado Ángelus dominical por parte del vocero papal, el Sumo Pontífice había expresado en la Plaza San Pedro “El viernes iré a Marsella para participar en la conclusión de los Rencontres Méditerranéennes, una bonita iniciativa que se desarrolla en diferentes ciudades del Mediterráneo, reuniendo responsables eclesiales y civiles para promover caminos de paz, de colaboración y de integración en torno al mare nostrum, con una atención especial al fenómeno migratorio. Esto representa una desafío no fácil, como vemos también en las crónicas de estos días, pero que debe ser afrontado juntos, en cuanto que es esencial para el futuro de todos, que solo será próspero si se construye sobre la fraternidad, poniendo en el primer puesto la dignidad humana, las personas concretas, sobre todo las más necesitadas. Mientras os pido que acompañéis este viaje con la oración, quisiera dar las gracias a las autoridades civiles y religiosas, y a cuantos están trabajando para preparar el encuentro en Marsella, ciudad rica de pueblos, llamada a ser puerto de esperanza. Desde ahora saludo a todos los habitantes, esperando encontrar a muchos queridos hermanos y hermanas”.

El Papa Francisco intervino el 18 de septiembre, por la tarde, a distancia, en la primera de las dos jornadas de trabajo del Meeting 2023 de la Clinton Global Initiative, que concluyó el día 19 en Nueva York. El evento reúne a líderes de organizaciones no gubernamentales y filantrópicas, representantes del mundo de la economía, el trabajo y las finanzas, jefes de Estado y otros funcionarios gubernamentales, activistas y representantes de la sociedad civil, para identificar e implementar soluciones efectivas a los desafíos más urgentes del mundo contemporáneo: la emergencia climática, los desequilibrios en el acceso a la atención, la promoción de un desarrollo económico justo e inclusivo.

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La intervención del Papa, precedida por las palabras introductorias de Bill Clinton, se pronunció en español. El texto completo se publica en la página novena de esta edición. El Papa Bergoglio expresó entre otras consideraciones “Es importante difundir una cultura del encuentro, una cultura del diálogo, una cultura de la escucha y de la comprensión. Es necesario compartir el parecer sobre cómo contribuir al bien común y cómo no dejar de lado a las personas más vulnerables, como los niños, que a través de la Fundación “Bambino Gesù”, están en el origen de nuestro encuentro", definió.

"Lo sabemos todos, vivimos en un cambio de época. Sólo juntos podremos salir de él mejores —juntos—. Sólo juntos podremos sanar al mundo del anonimato de la globalización de la indiferencia. Usted, señor Presidente, se ha referido a los numerosos retos de la actualidad: el cambio climático, las crisis humanitarias que afectan a migrantes y refugiados, el cuidado de los niños y tantos otros. A estos añadiría uno más, el viento de guerra que sopla en todo el mundo, alimentando —con ese espíritu de guerra— lo que he llamado muchas veces “la tercera guerra mundial a pedacitos”, que ahora nos implica a todos", continuó con su discurso.

"Es necesaria una gran y común asunción de responsabilidades. Ningún reto, ningún desafío es demasiado grande si lo afrontamos desde la conversión personal de cada uno de nosotros, desde la aportación que cada uno pueda hacer para superarlo, y desde la conciencia de formar parte de un mismo destino. Ningún reto puede ser afrontado solo, —en solitario—. Sólo juntos lo podremos hacer, como hermanas y hermanos, hijos de Dios. Por eso animo siempre a todas las mujeres y hombres de buena voluntad —y quiero hacerlo también aquí— y les digo: no se rindan —no se rindan ante las dificultades—; porque las dificultades forman parte de la vida. Y la mejor manera de afrontarlas es buscando siempre el bien común, pero nunca solos, siempre juntos", expresó.

"En las dificultades puede surgir lo mejor o lo peor de nosotros mismos. Ahí reside el reto, el desafío. Debemos combatir el egoísmo, el narcisismo y la división con la generosidad, la humildad y el diálogo; es siempre mejor la unidad que el conflicto. Es hora de encontrar el cambio hacia la paz, el cambio hacia la fraternidad. Es hora de que cesen las armas, de que volvamos al diálogo y a la diplomacia. Es hora de que cesen los designios de conquista y de agresión militar. Por eso repito: no a la guerra, —no a la guerra—. Es hora de trabajar juntos para detener la catástrofe ecológica, antes de que sea demasiado tarde. Por eso he decidido escribir un nuevo documento, diez años después de la Encíclica Laudato si’. Detengámonos mientras hay tiempo, por favor, —deténganos mientras hay tiempo—. Es también hora de afrontar juntos las emergencias migratorias, recordando que no hablamos de números, sino de personas: hombres, mujeres y niños. Cuando hablamos de migración, pensemos en los ojos de los niños que encontramos en los campos de refugiados. Es hora de pensar en los más pequeños, en los niños, en su educación, en su cuidado”, completó.