Ya lo había hecho ante la ex fiscal Viviana Fein, pero según reveló a PERFIL su abogado Alfredo Olivan, ahora quería ampliar su testimonio sobre las llamadas que realizó Luis Miño, uno de los custodios de Nisman, a ocho teléfonos de una cuenta a su nombre. A la vez, el sargento retirado deseaba ampliar información sobre el funcionamiento del Exxel Group, para el que trabajaba como custodia. Allí había dado sus primeros pasos cuidando las espaldas del titular de la empresa, Juan Navarro, quien alcanzó el estrellato empresario en los 90 con la compra agresiva de empresas, adquirió parte del Grupo Yabrán y fue vinculado a servicios de inteligencia internacionales.
El nombre de Goncalves Pereira fue uno de los primeros que salieron a la luz en los cruces telefónicos realizados por la División de Fraudes Bancarios de la Policía Federal en la investigación por la muerte de Nisman. Los llamados telefónicos que había realizado Luis Miño, custodio del fiscal, llevaron a cuentas asignadas a Eugenio Ecke, director de seguridad del Exxel Group, que integran también las firmas Vesuvio y PCDA SA, de Cristian Assan.
El primer llamado lo hizo Miño, el custodio de Nisman, a su hermano Carlos. Ambos trabajan para Exxel Group. Incluso, se presentó a su puesto de trabajo en la empresa al día siguiente de la muerte de Nisman. Goncalves Pereira también había declarado que Assan le había pedido que se hiciera cargo de las líneas telefónicas que luego aparecieron en los cruces.
Assan es titular de International General Services SA, empresa del Exxel Group contratada por los Kirchner para realizar diez vuelos entre 2008 y 2009.
Goncalves Pereira también podría haber llevado luz sobre otra conexión: Ecke es socio de Fabían Picón, titular de Palermo Pack, la empresa que le había prestado el Audi Q5 a Nisman. El director de seguridad del Exxel Group y Navarro, a la vez, fueron investigados por el ex fiscal en la causa de escuchas ilegales en las que fue sobreseído el presidente Mauricio Macri.
La querella pide ahora profundizar los entrecruzamientos.
Los últimos tres días antes de su muerte, el ex sargento se mostraba inquieto. “Al principio, tenía miedo de ser un chivo expiatorio pero en los últimos meses lo vi muy asustado; tenía miedo que lo mataran”, describió Olivan a PERFIL. El desenlace trágico ocurrió el 8 de septiembre, luego de un enfrentamiento con piratas del asfalto en la zona oeste del Conurbano. El ex policía custodiaba un semirremolque del grupo de Navarro cargado con prendas de Lacoste cuando fue atacado. Fue trasladado estable al Hospital Churruca con herida de arma de fuego en el rostro, el brazo derecho y el omóplato izquierdo. Pero no resistió y murió.
Lanusse: “Se trabajó para la impunidad”
Pablo Lanusse, abogado defensor de Sara Garfunkel, madre Alberto Nisman, sostuvo que “durante más de un año, y sobre todo cuando intervino en la causa la fiscal (Viviana) Fein, se trabajó para la impunidad en este magnicidio, que es la muerte política más brutal de la historia argentina desde el retorno de la democracia en 1983”.
Lanusse consideró que “cuando murió el fiscal Nisman hubo zona liberada, y por lo tanto se cometió un delito de Estado, se quiso garantizar la impunidad con operaciones canallescas, y ya es hora de saber el cómo y el porqué de este hecho brutal”. Además, ratificó sus dichos en relación a que “el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner está manchado con sangre por el homicidio del fiscal Nisman, y ésta es una de las causas que desvela a la ex Presidenta”.