Una anécdota reciente pinta a la perfección la relación del sindicalista bancario, Juan José Zanola, con el Gobierno. Ocurrió hace algunos meses, luego de que la entonces ministra de Salud, Graciela Ocaña, se negara a recibirlo en su despacho. Zanola levantó el teléfono y habló con el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el de Trabajo, Carlos Tomada. A pesar de su negativa y resignada, Ocaña debió recibirlo, ambos ministros se lo impusieron.
Ocaña fue, sin dudas, la enemiga pública de Zanola dentro de la gestión CFK, pero no la única. Es que en sus 27 años en la cúspide sindical, el titular de La Bancaria supo cosechar una turbulenta relación con ministros clave de las diferentes presidencias, desde los gritos con Domingo Cavallo en el menemismo hasta el encuentro por "orden de arriba" con la Hormiguita, en la era K.
A los gritos con Cavallo. El propio Zanola contó en una vieja entrevista cómo eran sus "poco amistosos" encuentros con el entonces ministro de Economía de Menem. " Yo a veces no digo que gritaba más que él, pero gritábamos parejitos", recordó el sindicalista a la Fundación Joven 2000.
Los gritos iban subiendo de tono hasta que alguno de los dos bajaba los decibeles. La pelea "a grito pelado" con el superministro menemista era por el manejo de la obra social bancaria: el economista pretendía quitarle el 2 por ciento de los intereses y comisiones de las transacciones bancarias que recibía la obra social; Zanola se oponía.
Zonola describió uno de esos álgidos cruces verbales con Cavallo. "Una vez me dice: 'Por qué no le prendés fuego al Policlínico'. Y yo le dije: 'Conmigo adentro o conmigo afuera'", relató el bancario, que nunca renegó de su amistad con Menem y hasta llegó a manifestar que él fue el primero que colaboró para que el riojano llegara a la Rosada.
Oligarquía sindical. En el Gobierno de la Alianza, Zanola tuvo en PatriciaBullrich, ministra de Trabajo, a su principal enemiga. "Había una elección y no quería que se presenten lista opositoras, encontraba todo tipo de problemas, echaba delegados de las listas, no les permitía tener padrones, tenía mecanismos de distintos tipo para impedir que hubiera minorías y lista opositoras", contó a Perfil.com la actual diputada de la Coalición Cívica-ARI.
Bautizada por esos días como La Piba, por su dura postura frente a la CGT y los Gordos, Bullrich marcó que la "libertad sindical" sacaba de quicio a los sindicalistas y que señaló que Zanola nunca iba solo a verla. "Siempre venían en grupo, junto con Daer", que era el titular de la Central Obrera. La época de elecciones internas, según comentó Bullrich, alteraba al bancario. "Quería prorrogar mandatos sin elecciones, siempre con mecanismos pocos transparentes".
Para la diputada, Zanola forma parte de una "oligarquía sindical" que se ha enriquecido a costa del Estado: "Nosotros creemos que hay modus operandi en el sindicalismo; se ve en el nivel de vida de dirigentes manejos de dinero de la política, en las empresas asociadas que han manejado obras sociales".
Enemigos K. En el 2005 Juan José Zanola, el sindicalista amigo del poder, abrazó para siempre al kirchnerismo, con el que al principio había cultivado algunas diferencias. Fue durante unas elecciones en las que el esposo de la ex ministra de Economía, Felisa Micelli, Ricardo Pacha Velasco, intentó pelear la conducción de La Bancaria, desde su puesto de asesor del Banco Nación.
La misión había sido encomendada desde el propio Gobierno, pero Zanola selló un acuerdo con Julio De Vido, desde entonces su principal interlocutor en el poder, y Velasco fue nombrado en el directorio de Enargas, logrando que la lista que apadrinaba triunfe una vez más en las elecciones internas del gremio. Del tema no se habló más.
Luego llegó su máxima enemiga y una de las denunciantes en la causa que investiga la "mafia de los medicamentes": Graciela Ocaña. "Ella no tenía relación con Zanola, él solo hablaba con De Vido y Tomada", relató a Perfil.com una fuente que formaba parte del equipo de trabajo de la Hormiguita.
Cuando no quiso recibirlo para hablar de un fideicomiso, el bancario "se hizo recibir" mediante una audiencia concitada por De Vido y Tomada. "Quería que Graciela le diga siempre que 'sí', y ella no aprobó el fideicomiso; su reacción fue agria, se nota que no es un hombre acostumbrado a que le digan que no".
(*) De la redacción de Perfil.com