El silencio del último pasillo del balneario más alejado de la zona norte de Pinamar es el escenario en el que Isabel “Dulce” Visconti se relaja junto a su familia y hasta disfruta de inevitables siestas luego de largas noches sin dormir por las que culpa a su marido, el ministro de Seguridad bonaerense, Alejandro Granados. La diputada nacional del Frente para la Victoria cuenta que en la habitación Granados tiene un radio policial que emite constantes alertas y, por ello, le resulta difícil conciliar el sueño. “Me enteré por la televisión de que Alejandro iba a ser ministro”, admite ante PERFIL y relata que al ver la noticia comenzó a tranquilizar a sus hijos diciendo que no era cierto, hasta que el ex intendente de Ezeiza le confirmó su pase al gabinete de Scioli.
“Me ocultó que iba a ser ministro, menos puedo saber hasta cuándo va a cumplir esta tarea”, dice Dulce sobre la posibilidad de que el viejo caudillo vuelva a gobernar el distrito. La diputada lloró cuando Granados fue nombrado ministro. Mientras recibía felicitaciones, ella pedía que le dieran el pésame.
“En nuestro distrito fuimos los primeros en poner el esfuerzo en la seguridad”, explica esta ex bailarina que a través del restaurante El Mangrullo supo estar siempre cerca del poder de turno. También chicanea al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, por copiar de Ezeiza el modelo que luego alzó como bandera de la seguridad. “El vino a ver de qué se trataba el plan de seguridad a nuestro municipio”, recuerda.
Además critica a Massa por posicionarse como pionero en el reclamo de las policías comunales. “Desde 2008 mi proyecto de policías municipales descansa en la Legislatura bonaerense”, relata. Hace unos días, el gabinete de Seguridad revisó este plan en la casa que Granados ocupa en Pinamar, con el objetivo de ser presentado en las próximas semanas. El massismo intentará adelantarse al debate y el próximo jueves se reunirá en La Plata para pedir sesiones extraordinarias para debatir la autonomía de las policías municipales.
En el balneario Mama Concert’s, la diputada kirchnerista se enoja con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien el último lunes dijo que la presidenta Cristina Kirchner pidió que se envíen más gendarmes al Conurbano con el objetivo de reforzar el traslado de policía bonaerenses al Operativo Sol de la costa atlántica. “No se quitó un solo policía del Conurbano”, replica la mujer del ministro de Seguridad, quien se comunicó con Granados ese mismo día para que saliera a responder. Sin embargo, el funcionario prefirió el silencio: “Alejandro me dijo: ‘Yo ahora estoy para trabajar, no para responder’”, dice Dulce.
Mientras su marido comanda el Operativo Sol, Dulce se instaló en Pinamar junto a sus dos hijos menores, Barbarita y Santiago. También comparte las tardes con sus sobrinos y su hermana melliza, Graciela. Ambas bailaban folclore con Los Visconti. Gracias a este grupo, Dulce conoció a Granados, dueño de El Mangrullo.