El jueves en el bar Pizza Cero, a metros del ACA de Libertador frente al Rosedal de Palermo, una suerte de búnker para Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de Gobierno invitó a dialogar a Patricia Bullrich. Sigilosamente comenzaron a desandar el camino de un acuerdo para evitar una PASO en la Ciudad de Buenos Aires y que haya una lista de unidad en el territorio donde nació el PRO y gobierna desde hace 14 años.
La presidenta del PRO está dispuesta a declinar su participación como candidata a diputada nacional, a pesar de que Larreta le ofreció ir tercera en la boleta detrás de María Eugenia Vidal, quien encabezaría la boleta de diputados por la Ciudad. Sin embargo, el acuerdo se empantanó cuando surgieron rumores, incluso difundidos en medios de comunicación, de que la ex ministra de Seguridad se había bajado.
A destiempo, la filtración enojó a Bullrich y también a Larreta, quien se esperanzó con anunciar hoy que finalmente no habría PASO en la Ciudad.
También se mostró desconcertada Vidal, a quien le llegaban Whatsapp consultándola por su candidatura en una lista de unidad. El jefe de Gobierno no le había expresado nada.
“Está muy encaminado, pero no está cerrado aún”, confiaban en la tarde noche de ayer a PERFIL en el entorno del jefe de Gobierno. “No renuncio a acompañar a cada argentino para que cumpla sus sueños”, se limitó a tuitear Bullrich. Pasó parte de su tarde respondiendo chats consultándole por su apartamiento de la boleta.
De todos modos, en las próximas horas podría haber novedades y la novela de las internas en la Ciudad podría llegar a su fin.
Uno de los interlocutores, que se ocupó de “ablandar” a la presidenta del PRO fue el secretario general porteño, Fernando Straface, quien en las negociaciones previas le ofreció que continúe con su armado nacional en el PRO e incluso el propio Larreta la empodere para que sea una de las precandidatas a presidente en 2023.
A Bullrich no la desespera ser candidata a diputada nacional. Cree que hay que “poner todo en la cancha” en estas elecciones, siempre con una mirada general: afirma que el futuro del país estará en juego en estas elecciones.
Originalmente contó con el apoyo de Mauricio Macri, quien no solo la eligió para presidir el PRO sino que se ocupó de elogiarla cada vez que pudo en reuniones reservadas y también en público. “Se ganó ser candidata”, comentaba el ex presidente ante sus interlocutores antes de irse a España el domingo pasado. Y agregaba: “Tiene el cuero duro como yo, cuando la critican, se agranda”.
Sin embargo, cuando la semana anterior se reunió a solas con Larreta en su casa en Acassuso no pudo convencer al jefe comunal de que sostenga a Bullrich como primera candidata.
Así, la ex ministra de Seguridad medita la mejor forma de no competir. Ella, al igual que Larreta y la propia Vidal, creen que una PASO porteña le haría “daño” al espacio, en particular al PRO.
Por su lado, tampoco la de-sespera ser candidata a Vidal, quien incluso ha dejado trascender que el espacio parlamentario no es su ámbito ideal cuando toda su carrera fue en el Ejecutivo salvo seis meses como legisladora porteña entre diciembre de 2007 y junio de 2008.
La ex gobernadora desembarcaría en la Ciudad nuevamente, donde nació, fue ministra de Desarrollo Social y vicejefa, en consonancia con los deseos de Larreta. El binomio, más que una sociedad, se mueve desde diciembre de 2019 como un solo frente inquebrantable. “Somos lo mismo”, se ha cansado de repetir el jefe de Gobierno.
La postulación de Vidal, quien está pensando en las presidenciales de 2023 como anclaje final, implicará también la llegada al Gobierno porteño de una serie de funcionarios de su confianza, que trabajarán con el binomio. Serán los vidalistas-larretistas del gabinete.
Entre ellos, los jóvenes Emmanuel Ferrario y Milagros Maylin y, aún a confirmar, la llegada de Gustavo Ferrari al área de Justicia. Ferrari ya es asesor del jefe comunal desde que dejó la función pública como ministro del mismo área en territorio bonaerense.
Por su parte, aunque no quiere saber nada con un cargo público, Federico Salvai, ex jefe de Gabinete bonaerense, será un colaborador clave al lado de Vidal en campaña. Salvai ganó dos de tres elecciones con ella al frente: 2015 y 2017 están en su haber. También la ex vicejefa se mueve con el prestigioso publicista Juan Manuel “Papón” Ricciarelli y el consultor Hernán Stella.
Paralelamente, la ex gobernadora le pidió a Cristian Ritondo, jefe del bloque del PRO, que se ocupe de la contención de buena parte de sus diputado y senadores provinciales bonaerenses. Muchos de ellos con escasa experiencia política. Ritondo ya empezó a recorrer todas las secciones electorales como uno de los armadores de la campaña de Diego Santilli a diputado nacional. Ambos son amigos hace más de 25 años y militaron juntos en la Juventud Peronista porteña. Por ello, ambos ya plantean apoyar al otro en 2023 como gobernador si mide más.
Como sea, la novela de la Ciudad podría estar llegando a su fin. Un dato clave: el jueves por la tarde, de manera coordinada, apareció un ha-shtag en Twitter que parecía extemporáneo: #NoTeBajesPato. Fue a pocas horas de la reunión en Pizza Cero. Una de las herencias que le quedó a la presidenta del PRO es el manejo partidario de las redes sociales que armó Marcos Peña cuando tenía poder. Y si de algo sabe Bullrich es de administrar poder.