Aunque en estas semanas de crisis económica pocos se atreven a poner el tema sobre la mesa, la salida política para Mauricio Macri, pensando en 2019, sigue siendo la misma: ir por la reelección. A pesar de una abrupta caída en todas las encuestas, la falta de un liderazgo fuerte opositor lo sigue colocando al tope de las preferencias.
Sin embargo, hay quienes en el oficialismo ponen un manto de duda sobre las posibilidades que le quedarán al jefe de Estado tras el ajuste. En particular, mirando al peronismo. Lo alertó Rogelio Frigerio, el ministro del Interior, en su alocución ante más de 200 funcionarios en el gabinete ampliado en el CCK: dijo que el peronismo se estaba reunificando y que podría terminar con un candidato de consenso.
Esto mismo observa Emilio Monzó, titular de la Cámara de Diputados, quien fue el armador político dilecto de Macri en 2015, y hoy regresado a la mesa política. “Si el PJ no kirchnerista va con un candidato a buscar 25 puntos, se mete en el ballottage con Mauricio y ahí es una tómbola”, les dijo a varios funcionarios.
Este es el escenario en el cual los últimos diez días volvió a lanzarse el rumor de que María Eugenia Vidal podría ser la alternativa, “el plan V”, como lo denominó la revista Noticias, si es que a Macri no le alcanza, en particular tras el ajuste y el acuerdo con el FMI. Vidal no quiere saber nada, ni siquiera escuchar esta hipótesis. No se imagina por fuera de los deseos del Presidente. Su historia política la avala: fue ministra de Desarrollo Social en 2008, vicejefa porteña en 2011 y candidata, forzosa, a gobernadora bonaerense desde fines de 2013. Salvo el área social, no buscó ninguno de los cargos anteriores. Hoy fue la impulsora de los cambios en las “mesas” y la reincorporación de Monzó a la “mesa política” y a los radicales dado el escenario en el cual su suerte está atada a la de Macri.
Estrategia. De todas maneras, en la Casa Rosada es difícil encontrar un funcionario que no dé por sentado que el Presidente buscará la reelección el año próximo. Por ello, el cronograma de timbreos, a los que regresó Macri la semana pasada, y la actividad, de menor a mayor, de la sede del PRO en la calle Balcarce bajo el manto del senador Humberto Schiavoni y el vicepresidente de la Legislatura, Francisco Quintana.
Por las dudas, el asesor en materia de redes sociales del Gobierno, y experto en la materia como consultor, Julián Gallo, quien trabaja con Peña desde la Ciudad, ya lanzó un nuevo logo con números romanos que remiten a una campaña electoral: MMXIX.
En las primeras horas de 2015, los asesores de Macri habían lanzado un logo con la leyenda 2015 (MMXV). La diferencia es que aquella vez llevaba los colores del PRO, amarillo y negro, y el nuevo logo está plasmado en celeste y blanco. Los colores del justicialismo, los mismos que eligió el kirchnerismo.
