“Soñar con vestir a su majestad doña Letizia era un capítulo de mi historia casi irreal”, escribió Gabriel Lage hace unos días en su cuenta de Instagram. Y es que, de más está decirlo, para un diseñador –sobre todo para quien está geográficamente lejos de ciertos personajes– que una figura relevante mediáticamente vista una creación que lleva su firma es un logro que previamente llevó un extenso camino recorrido. Y además, casi siempre, es la mejor campaña de publicidad que si se cuantificaran las réplicas de la imagen del personaje con ese diseño, sería más que costosa de solventar. En una cena de gala en el Palacio Real madrileño ofrecida al jeque Tamim Bin Hamad Al Thani, emir de Qatar y a la jequesa Jawaher bin Hamad bin Suhaim, Letizia llevó un vestido de alta costura del argentino Gabriel Lage que según la descripción del mismo era “con escote bote, mangas con destacada terminación en campana y falda con suave evasé, realizado en base de tul con hilos formando dibujos arabescos en color champagne rosado, iluminados con imprimé laminado platino y con bordado en cristales”. Esta es la primera vez que Letizia lleva un diseño de Lage pero no la primera que se cruzó con un modelo de él. Cuando Juliana Awada era primera dama, en ese mismo salón y en una similar cena de gala, ella llevó un vestido del diseñador argentino. “Es un orgullo que luzca un vestido de trabajo artesanal argentino (…). Contarlo en muchas de las entrevistas que me han realizado solamente ponía en palabras aquella ilusión. Hoy el sueño se materializó y no puedo más que estar sumamente honrado y agradecido. Ofrendo a mi padre, un sastre español que me inculcó la pasión por la moda y trabajar con amor en este arte, este conmovedor momento”, prosiguió Lage en un sentido posteo. “Agradezco muy especialmente a España, donde me siento como en mi casa, y a todas las maravillosas mujeres que en Argentina me siguen, las haya vestido o no”.
ADN. Gabriel Lage tiene un especial vínculo con España, su padre fue un sastre nacido en Lugo (Galicia), que emigró a la Argentina en los años 60, y fue quien le inculcó el amor por el arte de la costura y la moda, y quien le enseñó la importancia y el mérito que tiene en una prenda el trabajo hecho a mano. Y de hecho en España, con esfuerzo y trabajo colaborativo, logró tener clientas y mantiene su objetivo de tener un atelier allí también y trabajar “a dos orillas”. Es decir, entre Madrid y Buenos. Además por la temporalidad de sus creaciones y el tipo de confección y terminado, sus colecciones Gabriel Lage se presentaron en pasarelas de París, Milán, Madrid, Vancouver o Nueva York. Como dijo a Vanitatis, a él también le gustaría vestir a Máxima pero es “el diseñador argentino Benito Fernández, a quien quiero y respeto, quien la viste desde hace muchos años y lo hace espléndidamente, además de ser su amigo”.