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Martín Zimmerman pasó de las drogas a las barras bravas

Es norteamericano y su madre argentina la transmitió la pasión por el fútbol. Asi surgió Puerta 7. Antes escribió Narcos y Ozark.

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Local. Martín Zimmerman, en la avant première de Puerta 7. | gza. netflix

“Latino bilingüe. Dramaturgo y guionista, cuyo trabajo abarca una variedad de estilos pero siempre aspira a una perfecta unidad de estética e historia”. Así arranca el currículum de Martín Zimmerman y en esas dos líneas resume a la perfección algunas de las características que marcan su vida. Nacido en Washington, hijo de una madre argentina que emigró a Estados Unidos cuando era adolescente y escritor de profesión, es uno de los guionistas más destacados que tiene Netflix.

Dentro de sus trabajos se encuentran series como Narcos, Ozark y, desde ayer, Puerta 7, la primera producción que lleva a cabo en el país con Dolores Fonzi y Esteban Lamothe, entre otros. Como hizo en sus trabajos previos, decidió involucrarse con personajes que hacen del delito una forma de vida. Y en Argentina encontró en el mundo de las barras bravas el espacio justo para desarrollar una historia que mezcla fútbol, política y violencia. “Nunca se sabe cómo va a tomar el público la serie. Personalmente, estoy muy emocionado por haber trabajado en Argentina y creo que cumplimos con el objetivo de mostrar la complejidad, la controversia y la popularidad del tema”, explica Martín a PERFIL y da detalles sobre su vínculo con el fútbol y con Argentina.

—Una producción así lleva mucho tiempo de trabajo. ¿Cómo estás ahora que ya se puede ver?

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—Estoy muy emocionado por el estreno y por ver cómo responde la gente a la serie.

—¿Por qué barras bravas?  

—Hace varios años leí un artículo sobre una guerra infernal de barras bravas en Argentina. Se lo mandé a mi representante y le dije que me parecía un mundo muy interesante para desarrollar una serie. Todo lo que encerraba: los códigos, la violencia, el sentido de pertenencia y la gente que lo compone, que en cierto sentido parece pertenecer a otra época. Mi representante me respondió que miraría esa serie pero que para hacerla bien había que hacerla en Argentina.

—¿Y cómo hicieron la conexión con el país?

—En esa charla mi representante dijo que Netflix podía ser un buen socio porque estaba empezando a lanzar producciones en el mundo. Eso fue hace unos tres años. Yo estaba empezando a escribir Ozark, así que aproveché esa relación para presentar la idea. Escucharon pero me dijeron que querían esperar un tiempo. Un año después, de repente, me contactaron para decirme que era el momento y así arrancó el proyecto.

—Imagino que eso te permitió venir más seguido...

—Hubo muchos viajes a Argentina. Para formar el equipo, para investigar más sobre el tema, para hablar con personas relacionadas con las barras bravas y mucho más. Tengo nueve familiares en el país, así que fue bueno para estar más cerca de ellos.

Pasiones. Martín Zimmerman tiene 34 años. Desde pequeño encontró en el fútbol un vínculo con Argentina, ese país lejano geográficamente para él pero cercano porque su madre lo tenía presente todo el tiempo. “Ella se aferra mucho a Argentina. Sigue siendo ciudadana, vota en las elecciones, lee todos los medios y me comparte noticias de todo lo que sucede”, señala el escritor a PERFIL.

—Cuando hablás se nota cierto acento argentino, ¿puede ser?

—Es que desde niño me educaron en la Escuela Argentina de Washington. Iba todos los sábados y aprendí el acento argentino, a hablar como un argentino y básicamente toda la educación que te da la escuela pública en Argentina. Eso generó un vínculo muy fuerte con el país aunque también soy estadounidense porque nací y crecí allí. Eso quizá me ha dado la sensación de tener una identidad bifurcada.

—¿Cómo aparece el fútbol en tu vida?

—Me apasiona mucho desde pequeño y, sobre todo, la selección argentina. Siempre intentaba ver los partidos de  las Eliminatorias, los mundiales, y las Cops América. Era difícil viviendo en Estados Unidos mirar la liga argentina y seguir el torneo pero había un canal que transmitía un partido a la semana y también lo veía. Soy hincha de Boca porque mi madre es hincha de Boca pero tengo familiares que son de River y de Vélez también.

—¿Mirás muchos partidos?

—Veo mucho fútbol internacional para seguir a los entrenadores y futbolistas argentinos. En los Estados Unidos es más fácil ver partidos de equipos ingleses así que hinchaba mucho por el Tottenham de  Mauricio Pochettino. Y siempre aliento a los argentinos en el plano internacional. Quiero que el Cholo Simeone tenga mucho éxito con el Atlético, y así con el resto.  

—¿La escritura también es algo que estuvo desde que eras niño?

— Sí. En el secundario formaba parte de los grupos de teatro y me fascinó desde pequeño todo el proceso de crear una historia. Ya en la universidad mis profesores de teatro me decían que tenía habilidad para la escritura y eso me incentivó para entrar a una maestría en la Facultad de Duke para continuar escribiendo. Después de un tiempo entré a la televisión porque Netflix lanzaba Narcos y necesitaba escritores bilingües. Fue un gran trabajo que me llevó a Ozark, y ese a Puerta 7. Una cosa lleva a la otra.