La Asamblea Nacional venezolana, dominada por la oposición, está haciendo un esfuerzo concertado para destituir al presidente autocrático Nicolás Maduro, invocando medidas constitucionales con las que se nombraría a un director ejecutivo en funciones y ofreciendo una amnistía general a los funcionarios militares y gubernamentales que ayuden a derribar el régimen.
En cuestión de una semana, la oposición golpeada y dividida de Venezuela se ha unido alrededor de un legislador de 35 años de edad, Juan Guaidó, quien fue juramentado como presidente de la Asamblea hace dos semanas. Guaidó ha hablado públicamente sobre la línea de sucesión de emergencia bajo la cual podría convertirse en el líder constitucional de la nación agotada por la crisis, pero no se ha atrevido a reclamar el título.
En una oleada de acciones el martes, CNN informó que el presidente de EE.UU., Donald Trump, se prepara para reconocer a Guaidó como el verdadero líder de Venezuela mientras su Vicepresidente, Mike Pence, habló con él para ofrecerle su apoyo. Guaidó, un aliado cercano de Leopoldo López, quien cumple una condena de 14 años bajo arresto domiciliario por desafiar a Maduro en 2014, también ha hablado con un legislador hijo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y escribió un artículo de opinión en el Washington Post en el que exponía su argumento de por qué la Asamblea, el único órgano elegido democráticamente que queda, debería formar un gobierno de transición y convocar a nuevas elecciones.
"Como presidente de la Asamblea Nacional, estoy plenamente capacitado y dispuesto a asumir el cargo de presidente de manera interina para convocar elecciones libres y justas", escribió Guaidó en la columna. "Con una Asamblea Nacional unida, junto con los militares, el pueblo e incluso aquellos que aún apoyan este régimen, podemos materializar el mandato que nos confiere la Constitución".
Después de que Maduro comenzara su segundo mandato el 10 de enero, la oposición y la comunidad internacional han argumentado que su victoria fue ilegítima, ya que ocurrió mediante elecciones consideradas fraudulentas por al menos 60 países, incluidos EE.UU. y la Unión Europea. Desde que sucedió a Hugo Chávez en 2013, el país ha sido devastado por la hiperinflación y el hambre.
El martes, la Asamblea Nacional declaró formalmente ilegítimo el nuevo periodo de Maduro, y pidió un gobierno de transición y elecciones "lo antes posible". La asamblea dijo que "establecería las condiciones legales para comenzar un proceso gradual y temporal" para que Guaidó asuma la presidencia en ausencia de un líder legítimo.
Esfinge militar
Las probabilidades de éxito no están claras, y el ejército, la institución crucial de la nación, ha permanecido en silencio.
“No hay idea sobre cómo medir el apoyo militar; sin embargo, siguen siendo los intermediarios del poder para organizar una transición democrática”, escribió Siobhan Morden, jefe de estrategia de renta fija de Latinoamérica en Nomura Securities, en un informe.
El régimen de Maduro se está tomando en serio la amenaza. El domingo, la policía política detuvo brevemente a Guaidó. Aunque los funcionarios desmintieron la acción más tarde, el video del arresto se difundió rápidamente.
Política callejera
Tanto la oposición como el gobierno han convocado grandes marchas el 23 de enero como prueba de la fortaleza y la fe de sus seguidores. La fecha marca el derrocamiento de 1958 del dictador militar Marcos Pérez Jiménez. Una fuerte muestra de los opositores de Maduro podría energizar no solo a la oposición política tradicional de clase media a clase alta, sino también a los venezolanos más pobres, que son los más afectados por la crisis.
Maduro se ha negado a cambiar de rumbo, aplastando a los oponentes y sus esfuerzos por destituirlo mediante votos o fuerza. En 2017, convocó a una Asamblea Constituyente todopoderosa y virtualmente anuló la legislatura, la Asamblea Nacional, que es la única institución elegida que no está controlada por sus aliados. Las protestas, que habían cobrado más de 120 vidas, se agotaron rápidamente.
Bajo el liderazgo de Maduro, la producción de petróleo de Venezuela se ha hundido en alrededor de 1,5 millones de barriles por día, la economía se ha contraído por cinco años consecutivos y la inflación se ha disparado a 239,900 por ciento. La crisis y la represión política han llevado a casi 3 millones de venezolanos a abandonar su país de origen por tierra, mar o aire, y los militares han acumulado cada vez más poder sobre la economía como recompensa por su lealtad política.
Después de suspender la mayoría de los pagos de la deuda a fines de 2017, la mayoría de los bonos de Venezuela se negocian en el rango bajo a medio de 20 centavos, aunque en las últimas semanas se ha producido un repunte. Los bonos en dólares del país han subido un 21 por ciento este año en promedio, según JPMorgan Chase & Co., lo que representa las mejores ganancias en los mercados en desarrollo.
Con formación de ingeniero, Guaidó empezó hace más de una década a organizar manifestaciones contra Chávez, después de que el difunto líder silenciara a sus críticos negándose a renovar la licencia de transmisión del canal de televisión más popular de Venezuela. Formó una relación cercana con López, entonces alcalde de Caracas, y más tarde lo ayudó a formar el partido de la Voluntad Popular.
