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Las razones de Cristina, entre los deseos y la realidad

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Los últimos discursos y medidas del gobierno de Cristina Kirchner parecen presagiar que el oficialismo se prepara para una arremetida contra quienes han sido definidos como enemigos.
Así, la nueva –y extemporánea– embestida contra el Grupo Clarín y medios opositores parece amalgamarse a la declarada guerra contra los fondos buitre.
En la historia del kirchnersimo, los enemigos –el campo, los medios, la Justicia Federal, los fondos buitre– fueron sucediéndose en batallas secuenciales, pero hoy parece asistirse al inicio de una guerra en todos los frentes.
¿Qué se propone la Presidenta?, ¿por qué insiste en aplicar la misma escalada beligerante que le granjeó más rechazos que aceptaciones?, ¿acaso está tramando algo?
Conocer las razones del kirchnerismo suele ser un ejercicio desafiante. Aquí se bosquejan algunas posibilidades:
1. Las grandes batallas son la respuesta obligada ante el ataque de males poderosos.
 Si, efectivamente, existieran enemigos confabulados dispuestos a todo para someter a un pueblo, entonces encarar una epopeya libertaria sería un deber legítimo y necesario para un líder. Aunque suene simplista, ésta parece ser la tesis pública de la Presidenta.
2. Cuando un presidente está agotando su mandato, si no quiere perder poder anticipadamente, debe actuar como si la limitación temporal no existiese.
Es lo que suele denominarse la teoría del “pato rengo”, para significar que un poder con fecha de caducidad se torna vulnerable. Conforme a esto, Cristina estaría maximizando una estrategia confrontativa para no perder agenda.
3. Salir con poder sólido para volver con poder recargado.
Bajo esta hipótesis, Cristina aspiraría a retirarse en la plenitud de su poder, a efectos de dejar en la ciudadanía la impronta de que es la única capaz de asegurar la gobernabilidad, para así poder preparar un regreso triunfal en 2019.
4. Es preferible una derrota épica antes que una alternancia sin brillo, donde simplemente se entrega el poder a quien gane las elecciones.
Conforme a esta conjetura, ante la imposibilidad constitucional de un nuevo mandato de Cristina Kirchner, la Presidenta apuntaría a tensionar al máximo los conflictos con sus enemigos, a efectos de que en la ciudadanía sobrevuele la sensación de que intereses poderosos entorpecieron el desarrollo pleno del modelo nacional y popular, lo que maximizaría las chances de un retorno triunfal en 2019.
5. Los grandes líderes de las grandes causas deben intentar crear las condiciones que posibiliten su permanencia.
Según esta hipótesis, sin duda la más inquietante, la estrategia que perseguiría el gobierno nacional al maximizar su beligerancia radica en crear un marco situacional que justifique recurrir a un atajo jurídico tendiente a posibilitar que Cristina Kirchner pueda presentarse como candidata en 2015.
 A veces, los deseos y la realidad suelen engendrar sutiles entramados entre alternativas que no terminan de ser excluyentes.

*Director de González Valladares Consultores.