ECONOMIA
jose uribe, ex gerente del banco CENTRAl colombiano

“Incumplimos las metas de inflación cinco años, pero se logró estabilidad”

El encargado de aplicar entre 2005 y 2016 el régimen que ahora imita Sturzenegger, asegura que lo más importante fue la tendencia a la baja.

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CAMBIO. “No éramos conscientes los colombianos del enorme daño económico y social que causaba la inflación”, dice Uribe. | Cedoc Perfil
“Me voy muy tranquilo porque Colombia tiene por primera vez en décadas estabilidad de precios, con una inflación objetivo del 3%”. Con esas palabras, en octubre del año pasado, José Darío Uribe se despidió del puesto que ocupó desde 2005 como el gerente general del Banco de la República en Colombia. Durante 2016, la inflación en el país caribeño llegó a rozar el 8%, pero durante los 90, antes de que se empezaran a implementar las metas de inflación a partir de 1999, los aumentos de precios llegaron a ser 30% por año.
—La Argentina está aplicando también las metas de inflación. ¿Es viable?
—Totalmente. En América Latina, por ejemplo, hay varios países que la han aplicado con gran éxito. Colombia, por ejemplo, con el esquema de inflación
—¿Hubo situaciones donde la meta oficial fue cuestionada?
—En Colombia, por mandato legal, se anunciaron metas cuantitativas de inflación desde 1992. En ese momento la inflación estaba cerca del 30% y el país tenía una larga historia de inflación de entre 20% y 30%, con complejos mecanismos de indexación. Las metas establecidas por la autoridad monetaria se incumplieron los primeros cinco años, en algunos años con desviación considerable, pero la inflación mostró siempre una tendencia clara a disminuir. Eso fue muy importante. El logro de la estabilidad de precios requiere esfuerzos permanentes, muchas veces complejos, pero con un enorme retorno social.
—¿Cómo manejaron el tipo de cambio y su impacto en los precios?
—Colombia tiene un sistema de tasa de cambio flexible desde septiembre de 1999. Esto significa que desde ese momento el banco central abandonó cualquier intento de defender un nivel específico de tasa de cambio. Un efecto importante de la flotación cambiaria, y del esquema de inflación objetivo en general, es que la magnitud del traslado de los movimientos de la tasa de cambio sobre la inflación disminuyó considerablemente. Otro es que las empresas comenzaron a usar coberturas cambiarias. Todo eso, a su vez, facilitó la flotación. Por supuesto, los movimientos del tipo de cambio son muy importantes y entran dentro del tipo de análisis que se hacen para tomar las decisiones de política monetaria.
—¿Cuáles fueron las consecuencias inmediatas en la actividad económica?
—Siempre he dicho que el mayor logro de la política macroeconómica colombiana en varias décadas fue conseguir la estabilidad de precios. Los colombianos no éramos conscientes del enorme daño económico y social que hacía la inflación porque ésta se mantenía relativamente estable entre el 20% y 30%. Por eso mismo no se quiso al principio aceptar los costos de corto plazo de la desinflación, pero cuando la inflación llegó a un dígito y después siguió bajando comenzaron a sentirse los enormes beneficios. Por ejemplo, las tasas de interés nominales y reales son considerablemente menores a las que teníamos cuando la inflación superaba 20%, el crédito de largo plazo se ha desarrollado, el crecimiento ha sido más estable, las negociaciones laborales se han facilitado, la sensación de orden económico ha aumentado. No es extraño entonces que hoy la sociedad colombiana sea una gran defensora de la estabilidad de precios.
—¿Cómo fue el proceso de romper la inercia inflacionaria?
—El grado de inercia de la inflación colombiana ha disminuido en relación con lo observado durante la época de inflación entre 20% y 30%, en especial por la mayor credibilidad de las metas de inflación y la flexibilidad cambiaria. La credibilidad ha hecho que en las decisiones de precios y salarios participen con más fuerza la inflación esperada y la meta de inflación del banco central. La flexibilidad cambiaria permitió abandonar el sistema de minidevaluaciones, que tomaba en cuenta la inflación pasada. Sin embargo, es necesario reconocer que Colombia tiene mecanismos de indexación, muchos de ellos definidos por leyes o decisiones de las cortes. Esos mecanismos de indexación mantienen alta la inercia inflacionaria y hace innecesariamente costosos los esfuerzos de desinflación.

Caso testigo
Los casos de Colombia, Israel y México fueron los elegidos por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, para explicar los beneficios de usar los objetivos de inflación. El caso de Colombia es un ejemplo claro, ya que en 1992, cuando se anunciaron las “metas cuantitativas de inflación”, los aumentos de precios fueron del 27%.
En 2013 la inflación había llegado a ser 2%. Entre sus comentarios, Dujovne expresó que el caso colombiano se había llevado de la misma forma como se está haciendo el argentino, aunque remarcó que la diferencia existía en que el caso del país centroamericano era distinto ya que nunca experimentó “la exuberancia de los mil y pico que tuvimos”.