ELOBSERVADOR

El Estado presente y selectivo

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—A raíz de los linchamientos de los últimos meses, el medio político refirió a “la ausencia del Estado”.
—Hablar de “ausencia del Estado,” en un país en el que la tasa de encarcelamiento crece de manera sideral, en donde los desalojos ordenados por el Poder Judicial se han multiplicado, en el que hay una diversidad de planes asistenciales para los más pobres, es, creo, una ciega simplificación. El Estado, en su faz punitiva por ejemplo, no está ausente sino que, como demostramos con María Fernanda Berti, en La violencia en los márgenes, tiene una presencia contradictoria, intermitente y selectiva. El mismo Estado que reprime la criminalidad es el que está produciéndola en más de un sentido. Así que, por un acto de sinceridad tanto política como sociológica, habría que hablar de las distintas modalidades en las que aparece lo estatal, a veces como un puño de hierro, otras veces clandestinamente, otras veces, como un tentáculo invisible como cuando construye su dominación haciendo esperar largas horas a los más desposeídos por una magra ayuda.