ESPECTACULOS
Karina Olmedo-Juan Pablo Ledo

Alegrías y frustraciones de apostar por el país

Los bailarines son el segundo reparto del ballet Onieguin. Elogian la compañía donde se desarrollan y comparan con Inglaterra.

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Contentos. Los artistas agradecen que vengan compañías internacionales al Teatro Colón. | PRENSA TEATRO COLON / ARNALDO COLOMBAROLI
Hoy y el martes, el Ballet Estable del Teatro Colón recibirá a Marianela Núñez, la estrella argentina del Royal Ballet de Londres, para protagonizar Onieguin, coreografía de John Cranko, junto a su colega local, Alejandro Parente. El elenco de las otras funciones será íntegramente de bailarines del primer coliseo porteño. Karina Olmedo y Juan Pablo Ledo actuarán el lunes y el miércoles.
—¿Qué destacarían de esta obra y cómo caracterizarían a sus personajes?
OLMEDO: Tatiana, personaje muy comprometido emocionalmente, atraviesa un montón de etapas, desde su adolescencia hasta su madurez, y vive un desamor muy grande. Tiene combinaciones ligadas, que requieren de mucha coordinación entre varón y mujer. Es la propuesta más teatral de la programación de este año. Requiere, más que a bailarines, a actores, que logren que el público se olvide de que están bailando y lo atrape la historia.
LEDO: Onieguin es un hombre parco, de clase social muy alta, que rechaza a la jovencita Tatiana. Hay amor, encuentro y desencuentro. Finalmente comprende que aquella mujer a la que había rechazado era a quien había amado verdaderamente. Técnicamente tiene muchos trucos y es muy demandante en la parte física.
—A partir del contraste con Marianela Núñez, estrella en el exterior, ¿cómo analizan sus carreras desarrolladas en la Argentina?
O: Lo mejor que le puede pasar al Colón es que vengan coreógrafos y obras de nivel internacional. Es la única forma de jerarquizar. Pero yo no me puedo quejar de la carrera hermosa que he hecho en mi país. No he viajado, pero a este teatro maravilloso han llegado los mejores maestros y las grandes producciones. Tuve oportunidades de salir del país, pero elegí mi lugar, mi país, mi familia, mi hogar, mis dos hijas y un compañero de vida. No me arrepiento.
L: Si bien en el Colón el Ballet hace pocas funciones, los protagonistas bailamos una cantidad de funciones similares a las compañías grandes. Aquí, en el sur del mundo, parecería que las posibilidades son menos, pero cuando el Colón trae obras grandes demostramos nuestras ganas de aprender. Lo que sí me gustaría es que el Teatro Colón reconociera a los artistas de su casa. Hasta el año pasado, tuve un contrato anual de primer bailarín, pero ahora parece que [Darío] Lopérfido decidió sacar el título. En el programa, figuro en mi personaje, pero en el staff técnico aparezco como de cuerpo de baile. Vienen bailarines con título reconocido, pero acá en tu propia casa sentís que no te reconocen.