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Los ministros Faurie y Sica anticiparon en Perfil la interpelación en Diputados

La "letra chica" del acuerdo en el Mercosur y la Unión Europea, en la palabra de los funcionarios protagonistas del tratado.

Jorge Faurie, en la entrevista con Jorge Fontevecchia.
Jorge Faurie, en la entrevista con Jorge Fontevecchia. | Sergio Piemonte

—Les voy a hacer algunas preguntas que preparó el editor de Economía de PERFIL, Jairo Straccia, imaginando una eventual interpelación de ustedes en Diputados. ¿Por qué la Unión Europea informó tramos del acuerdo que acá no se difundieron?

F: Todo lo acordado es público. Ellos estaban en su casa. Y por eso pudieron difundirlo el mismo viernes que firmamos. Nosotros llegamos el lunes pasado y recién estamos armando los documentos. En el documento de fin de la semana pasada, ya hay una difusión de los elementos sustanciales como para tener una idea. Allí está lo de las compras, lo de los actores de servicio. Europa tenía la imprenta más cerca para difundir sus temas. Ese es el único cambio.

S: La comunidad europea está centralizada. Y sacó rápidamente el documento. En cambio, nosotros, si queríamos sacar un documento, aunque tenemos la presidencia del Mercosur, teníamos primero que consensuarlo con los otros países. Cada país comunica con su propio estilo.

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—¿Argentina cede una herramienta de política al comprometerse a no usar licencias no automáticas?

S: No, para nada. Si nosotros queremos una economía más abierta, más integrada, más competitiva, las licencias automáticas son instrumentos de una gran discrecionalidad. Seguimos teniendo instrumentos hoy como para poder fortalecer nuestro mercado interno a partir de distintas leyes. También tenemos los instrumentos de defensa comercial. La licencia automática obstruye y genera más un sistema defensivo de comercio que no contribuye a los mayores procesos de integración.

—¿Lo mismo con el compromiso de no imponer retenciones?

F: Hemos fijado el nivel de las retenciones con un límite de hasta el 14%.

S: Eso sucede con la cadena de soja. A nadie le gustan las retenciones, para nosotros es el peor impuesto. Tuvimos que acudir a las retenciones solo por la crisis que tuvimos el año pasado. Esas retenciones se extinguen en 2020. Y en el caso del complejo sojero se consolida en el nivel del 14%. A partir de ahí no pueden aumentar. Igual, dejamos una especie de cláusula de salvaguarda para los cuatro países, para un caso de algún desequilibrio macro, o algún evento que pudiera poner en peligro la estabilidad.

F:  Existe toda una previsión de mecanismos de salvaguarda para que un sector que estuviera afectado pueda interrumpir la rebaja arancelaria y hacer un estudio de la situación, aplicar las medidas por dos años, renovar por otros dos. También hay un consejo dentro del acuerdo que monitoreará situaciones eventuales de desequilibrios puntuales en algún sector.

"En la negociación las cámaras sectoriales fueron consultadas y ejercieron más presión que la UIA." (S)

—El Gobierno dice que se respetará el “compre nacional”, pero las empresas estatales no podrán hacer compras salvo por criterios comerciales. ¿Es correcta la interpretación?

S: Es así. Pero el “compre nacional” sigue siendo determinante para los beneficios de las pequeñas y medianas empresas. Mantuvimos lo que es la legislación nacional. Y en el caso de contrataciones más grandes, hay criterios claros en términos de subcontratación de proveedores nacionales. Se garantizan los mecanismos de preferencias. Lo mismo sucede en sectores sensibles, como es el caso de textiles, equipamiento médico, y las obras públicas. Hemos hecho excepciones en temas sensibles, a nivel federal.

Jorge Faurie y Dante Sica, en Editorial Perfil.
Impresion de boletas en la imprenta PERFIL. “No solo estábamos cerrados respecto a Estados Unidos o a la Unión Europea: también lo estábamos respecto a Uruguay”. (F) “La implementación comercial tardará hasta 2021. Pero el impacto político del acuerdo ya se ve hoy”. (S)  (Foto: Sergio Piemonte)

—También se abre la participación en licitaciones de construcción y se cita especialmente el rubro de autopistas con peajes: ¿se busca limitar la corrupción? Y en el caso de los peajes, ¿se busca ampliar la participación de firmas con las actuales?

S: Argentina, como muchos países, marcha hacia un cambio en la forma en que se hacía la obra pública. En general se tomaban recursos corrientes. Se hacía un proceso licitatorio, se presentaban ofertas, se construía y se pagaba, precisamente, con los recursos corrientes. Nosotros avanzamos hacia un proceso por el que toda la obra pública se realice a través de financiamiento de largo plazo, ya sea por organismos multilaterales tomados por el Gobierno o financiamiento privado que surja de las propias empresas. Con un umbral de cinco años, se abrió también un umbral de igualdad de condiciones a las empresas europeas. Eso nos va a dar más competencia, mucho más acceso desde el punto de vista al financiamiento. Argentina es un país que tiene necesidades insatisfechas en materia de infraestructura productiva. Así se nos va a ampliar el campo de construcción. Y seguramente también se generará un escenario de mayor transparencia. Pero esto aparece como un factor adicional, a partir del cambio del modelo de negocios.

—El kirchnerismo hizo en 2013 un modelo de simulación de cómo modificaría la economía del acuerdo con la Unión Europea. El resultado es que habría más dólares pero menos empleo. ¿Puede resultar así?

S: Los modelos de simulación pueden resultar muy estáticos. En general toman variables econométricas que se basan en el pasado. Y los acuerdos cambian la dinámica, desde el punto de vista de la construcción y reestructuración económica. Nosotros en los trabajos que hicimos con Cancillería lo vemos distinto: lo pensamos en relación con el apalancamiento al PBI. En las primeras aproximaciones que hemos hecho, nosotros vemos que a la tasa de crecimiento tendencial de mediano plazo, o de largo plazo, el impacto del acuerdo debería estar entre un 10% a un 20% sobre esa tasa. Si vos pensabas crecer al 3% en los próximos años, esto debería poder por lo menos llevarte a un nivel de por lo menos el 3,5%. O sea, aportaría al crecimiento del PBI. Y después está el impacto sobre el nivel de inversiones, tal como te comenté antes.

F: Cuando empezó todo el proceso de integración con Brasil y surge el Mercosur, los modelos estáticos que hacían indicaban que la industria argentina quedaría destruida plenamente por la brasileña. Treinta años después, el principal mercado de la República Argentina es Brasil. Especialmente para los sectores industriales y agroalimentarios,

—El acuerdo incluyó rubros sensibles. El textil que en la Argentina ocupa 190 mil personas, entre hilanderías y confección, los de autopartes, que son 200 mil empleos. ¿Lo que el acuerdo agregará de crecimiento en producto bruto puede no ser igual sobre el empleo?

S: Son muy buenos los ejemplos que pusiste. En el caso textil, hace seis años hubo un acuerdo entre todas las cámaras empresariales del sector. Eso está aún plasmado en la oferta que le hicimos a la Unión Europea. Es lo que nos pidieron, el acuerdo privado. Ahí hemos cumplido las demandas del sector. En el caso de las autopartes, pusimos las demandas en términos de desgravación, entre el octavo y el decimoquinto año. Pusimos atención a nuestro gran polo exportador de autopartes, que es el de las cajas de cambios y que está recién en proceso de gravación a partir del decimosegundo año. Nosotros vemos que va a tener impacto positivo en el empleo. Si uno mira el sector industrial, observa que ahí no está la mayor generación de empleo, dado que tendemos a reemplazar músculo por cerebro. Nosotros vemos el aumento del empleo en sectores como alimentos o servicios. Quizás, sí, mejore la calidad del trabajo industrial, pero no aumente tanto el empleo. No tiene que ver tanto con el acuerdo como con la renovación tecnológica.

—Europa se comprometió a revisar subsidios a la agricultura. ¿Cómo se imaginan que se resolverán los conflictos que surjan en este aspecto?

S: Es un tema que conversamos en la Organización Mundial de Comercio. Hicimos presión para conseguir mayor apertura de cuotas. Pero es un tema que se sigue discutiendo.

F: La propia Unión Europea discute en su interior. Para subsidiar hay que tener recursos. Y ya no están tan disponibles como en el pasado.

 S: En la famosa caja ámbar verde que tenían, había montos de 38 mil millones de euros. Ahora, en algunas cajas que reparten subsidios no se superan los 5 mil millones de euros.

 —Macri dijo que la Unión Europea se comprometió a financiar la reconversión de empresas. ¿Está escrito esto? ¿Cómo sería?

F: Es una parte complementaria que estamos discutiendo con la Unión Europea. Es algo que introdujeron ellos aquí en Buenos Aires, en diciembre del 17, cuando empezamos a mostrar los sectores de mucha sensibilidad que queríamos proteger. Allí nos plantearon la posibilidad de extender un mecanismo similar al que tienen ellos de fondos estructurales para diseñar un plan conjunto para contemplar esta recapacitación o recualificación, sobre todo de sectores sensibles en el ámbito de las pymes.

—¿Cuándo creen que quedará aprobado el acuerdo?

 F: Va a tener un tiempo de discusión que nos va a llevar hasta 2021 para que esté en marcha. Uruguay y nosotros nos enfrentamos a un proceso electoral. Va a haber una discusión que empieza en dos, tres meses a nivel parlamentario. Lo mismo sucede en todos los países. También en los de la Unión Europea. No hay que olvidar que toda la parte económico-comercial es una facultad delegada a la comisión. Y la comisión lo tiene que hacer aprobar por el Parlamento Europeo. Así, no dará vueltas por los 28 parlamentos. La parte política sí tendrá que ir por cada parlamento. Todo esto genera un horizonte de entre año y medio y dos años. Lo más probable es que el inicio sea en la primera parte de 2021.

"En la Argentina, las cámaras empresariales tuvieron la actitud de ver el partido desde afuera." (S)

S: Todo eso es desde el punto de vista del comercio. Pero el acuerdo ya tiene impacto ahora, porque todos tenemos que empezar a pensar en términos de la apertura y la llegada a ese acuerdo, tenemos que pensar en términos de lo que hay que hacer para mejorar la competitividad.

F: Miguel Acevedo dijo: “Tendríamos que haber empezado a trabajar ayer”. Y ese trabajo se reflejará en el dinamismo de la economía.

S: Se va a notar especialmente el año que viene, después que pase y se confirme el resultado electoral de la continuidad de nuestro gobierno. Lo vamos a ver en términos de inversiones.

—¿Los actores económicos descuentan la aprobación?

S: Sí. Descuentan la aprobación.

—¿Existe algún caso que no se haya aprobado?

F: No, salvo cosas puntuales. En el acuerdo con Canadá hubo una situación con el estado de Valona en Bélgica, pero nada que haya cambiado el perfil de la cuenta.

La entrevista completa: "Si hubiéramos entrado al ALCA, Vaca Muerta ya sería una realidad"