De este modo, la UCR recuperó el gobierno de la principal ciudad provincial tras 16 años, aunque el postulante asumirá con el menor caudal de votos desde el retorno de la democracia. La cifra de votantes fue de 721.356 cordobeses, mientras que registrados como electores habilitados figuraban 992.313.
"No les puedo explicar lo contento que estoy", dijo Mestre en el balcón de la sede partidaria, luego de recibir la felicitación del gobernador peronista Juan Schiaretti y su vice Héctor Campana, quien además fue el candidato de Unión por Córdoba, tercero en los resultados finales.
Escrutadas el 99,01 por ciento de las mesas, Mestre logró el 35,65 por ciento de los votos, mientras que en segundo lugar, con 27,63 por ciento, se ubicó Olga Riutort, que se presentó como referente del peronismo disidente, esta vez bajo el nombre de Fuerza de la Gente, y aseguró contar con el apoyo de la Casa Rosada. Campana, por su parte, consiguió el 21,31 por ciento de los sufragios, en tanto que Esteban Dómina, candidato del juecista Frente Cívico, apenas logró el 7,77 por ciento de las adhesiones.
Emocionado en su discurso, Mestre prometió "llevar adelante la recuperación de Córdoba", una ciudad de la que dijo que "se encuentran en una situación complicada". El futuro sucesor de Daniel Giacomino recordó a su padre Ramón, quien fue intendente de Córdoba entre 1983 y 1991 y que, según dijo, "seguramente está aquí" acompañándolo. Mestre se comprometió a trabajar en coordinación con el gobernador electo José Manuel de la Sota, quien por medio de la red social Twitter le envió una felicitación.
En el balcón de la casa radical, Mestre estuvo acompañado por los dirigentes Mario Negri y Oscar Aguad, aunque también estuvo en Córdoba el candidato presidencial por Udeso, Ricardo Alfonsín. El último triunfo radical en Córdoba capital fue hace 16 años, cuando Rubén Martín obtuvo la reelección. Luego lo sucedieron Germán Kammerath (Unión por Córdoba), Luis Juez (Frente Cívico) y el actual intendente Giacomino, quien se distanció de su antecesor.
En declaraciones a la prensa, Juez admitió que su partido no tuvo "una buena performance electoral", aunque se negó a considerarla una derrota porque "las derrotas son (para) aquéllos que no se levantan más".
