“A Sergio Massa lo echamos nosotros, no lo pudimos contener”, dijo Martín Insaurralde. Esa fue la frase que el hasta ahora diputado del Frente para la Victoria eligió para adelantarle a dirigentes oficialistas que su pase al Frente Renovador se dará porque a él tampoco lo supieron incluir. Por ello, recordó el destrato que sufrió cuando lo dejaron afuera de la conducción del Partido Justicialista, criticó el protagonismo de La Cámpora, y se reprochó su propia votación, sin poder discutir, a la Ley de abastecimiento. El sciolismo, encabezados por la ministra de Gobierno, Cristina Alvarez Rodríguez, y el secretario General, Martín Ferré, junto a una decena de intendentes del Frente para la Victoria, escucharon a Insaurralde el último jueves al mediodía en un subsuelo de un restaurante de Puerto Madero. El almuerzo había sido organizado por los funcionarios del gobernador bonaerense Daniel Scioli, quienes a pesar de las pistas que el diputado dio, no pierden el optimismo para que se mantenga en el espacio. Fue un intento más de retenerlo y exigirle definiciones, sobre todo porque Scioli pidió tener certezas de que se mantendrá en el Frente para la Victoria antes de concurrir al casamiento del intendente de Lomas de Zamora con uso de licencia con la modelo Jesica Cirio. “Yo voté la Ley de abastecimiento y en mi municipio cinco concejales de agrupaciones kirchneristas me votan en contra”; “Los diputados de Neuquén votaban porque habían arreglado por hidrocarburos, y los de nuestra provincia levantan la mano sin siquiera defender ningún proyecto provincial”; “Los dirigentes del PJ son culpables del avance de La Cámpora”; “No pueden hacer obras hídricas sin los fondos y siguen teniendo el fondo congelado, es una vergüenza”; “La única manera de pensar una provincia es que los intendentes reciban fondos de la coparticipación en forma directa”, fueron las quejas que puso el jueves Insaurralde sobre la mesa. Las mismas que hará públicas una vez que oficialice su pase al Frente Renovador.
