Tal como se esfumaron las chances de conseguir una entrada para alentar desde adentro del Maracaná, los paquetes de pasajes aéreos y alojamiento que costaban unos cien mil pesos también se agotaron. Todos quieren estar en la gran final, por eso que los argentinos viajaron por aire, auto, micro, combi o como fuera para estar en Río. El éxodo fue imparable. En Retiro había movimiento por demás ya que, sin importar las cuarenta horas que implica el viaje, salió lleno el jueves por la noche el último micro hacia Brasil. Ese bus llegará a destino unas horas antes de comienzo del partido.
Desde Plataforma 10 informaron que las ventas de pasajes de ómnibus a Río de Janeiro, desde el miércoles pasado, se incrementaron 82% respecto de la semana anterior. El valor es de $ 2.300 por persona. En total se agregaron 11 servicios, 10 nocturnos para el jueves y uno matinal ayer, aumentando 8 veces la capacidad de transporte. A su vez, las consultas a la página web aumentaron más del 51%, con un pico de tránsito el pasado jueves.
También están los que decidieron dejar todo y salir a la ruta. “Trabajo de visitador médico. Llamé a mis jefes y les pedí días sin goce de sueldo. Pasé a buscar a un amigo y salimos directo al Maracaná”, dice con euforia Adrián Corrales, que partió desde Vicente López y espera llegar el sábado a Río. Otro es el caso de Maximiliano Mosquera (23), que salió con tres amigos desde Merlo. “La poca plata que ahorré este año la llevo para disfrutar. Es un regalo que me hago”, cuenta.
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En la zona de la frontera, en el Paso de los Libres, se habilitaron playas de estacionamiento adicionales para evitar que se registren largas colas y garantizar que no se entorpezca el tránsito. Cada viajante debía hacer el trámite personal y se observaron largas filas de fanáticos que no dejaban de corear “Brasil, decime qué se siente”.
