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Bernardo Kliksberg: “Argentina es el país que más se produjo el proceso de nueva pobreza”

El economista participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de la Escuela de Comunicación. El aumento de la desigualdad y la caída de la clase media. Las diferencias sociales que aumentaron con la pandemia.

Entrevista Bernardo Kliksberg 20210812
Entrevista Bernardo Kliksberg | Captura de pantalla

Bernardo Kliksberg participó de una conferencia de prensa virtual organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación en la que advirtió sobre los problemas sociales que atraviesa la economía argentina en las últimas décadas. “Argentina es como un laboratorio que uno debería ver por qué en tiempos tan rápidos, pasando por oscilaciones muy fuertes, las clases media se quedaron atrás”, sostuvo.

El consultor y asesor de organismos internacionales también se refirió a los impuestos para las grandes empresas y analizó la desigualdad, comparando la situación de países nórdicos con los latinoamericanos. “Actualmente, 105 personas en el mundo tienen 550.000 millones de dólares y América Latina tiene el 20% de la población en situación de inseguridad alimentaria”, dijo Kliksberg en el Ciclo de Entrevistas, a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—En sus trabajos, usted habla de la economía con esperanza. ¿Podría profundizar ese concepto?

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La economía con esperanza es pensar y creer que esto va a cambiar. Hay países que han derrotado a la pobreza. En América Latina hay países que tienen cifras más bajas que las cifras promedio de la región en su conjunto. Se puede enfrentar la pobreza, pero los tiempos dependerán de las coaliciones de los sectores claves de la sociedad, de lo que se establezcan en esas coaliciones y de lo que suceda en el contexto global. No podemos hacer análisis sin tener en cuenta los contextos globales. Es decir, coaliciones con una expresión nacional propia pero teniendo en cuenta, por ejemplo, lo que dijo en estos días las Naciones Unidas respecto de que se nos están acabando los años pues el cambio climático se ha anticipado en diez años a los pronósticos que estaban trazados.

—¿Cuánto tiempo le demandará a Argentina revertir las altas tasas de pobreza?

—La pobreza y su aumento no es un solo problema argentino, estamos en un mundo que está en una encrucijada. Estamos atravesando lo que llamo la tormenta perfecta porque está traspasado por cinco grandes problemas comunes en todo el planta y con repercusiones muy fuertes en América Latina y Argentina. Según el Foro de Davos, la lista está encabezada por el cambio climático; en segundo lugar están las grandes desigualdades; en tercer término tenemos la pobreza, esto no es en orden de jerarquía; y por último la gran discriminación de géneros, que abarca la mitad de la humanidad. Todos los temas los atraviesa la pandemia que se instaló en los grandes déficits que tenía el género humano. América Latina tiene la tercera parte de las víctimas de la pandemia a nivel mundial, es la región más desigual de todo el planeta y con cifras de pobreza muy altas. La pandemia se instaló en estas zonas y agravó todo. Una cosa es la pobreza antes de la pandemia y otra después de la pandemia. Argentina está instalada dentro de un mundo que tiene todas estas coordenadas y le afectan pero además tiene sus propios problemas no resueltos muy significativos.

—Desde hace al menos cinco décadas, la pobreza en Argentina ha crecido exponencialmente. Es paradójico en un país que había hecho de su clase media un rasgo distintivo. ¿Cómo explica este fenómeno?

—Yo diría que la pobreza ha crecido muchísimo. Suscribo totalmente su afirmación y su interpretación de la realidad, pero hay un signo característico de la Argentina: es donde más ha crecido el proceso de la clase media que se quedó sin plataforma de apoyo. Argentina es el país quw más se produjo el proceso de nueva pobreza, de nuevos pobres, el nuevo pobrismo. Y esto es nefasto, pues era el gran motor de progreso de los países. Los países que tienen logros más firmes, los que más se han acercado al ideal, tienen una inmensa clase media estable como es el caso de los países nórdicos y alguno de los países europeos. Argentina es como un laboratorio que uno debería ver por qué en tiempos tan rápidos pasando por oscilaciones muy fuertes, las clases media se quedaron atrás. Cuando hablo de clase media estoy hablando de actores centrales de la sociedad argentina, absolutamente, fundamentales: ¿Por qué están atravesando esta situación? ¿Qué fallas hubo? ¿Qué hicieron para que un país que tenía una clase media muy pujante hoy tiene una legión de nuevos pobres o borderline y que están a punto de caer en la pobreza? Son preguntas complejas que no han sido respondidas y que yo no puedo responder.

Bernardo Kliksberg en el Ciclo de Entrevista

—Los dirigentes del peronismo suelen hablar en representación de los sectores más pobres de la sociedad. ¿Cuál es su visión respecto de la responsabilidad del peronismo en los niveles de pobreza en la Argentina?

—Estoy hace una gran cantidad de años asesorando a las Naciones Unidas, en Nueva York y mi aporte diferencial no es en base a los procesos internos de la Argentina. No estoy en la Argentina. Hasta sería un poco petulante hablar sobre el país. Sigo con pasión lo que sucede en Argentina pero no estoy en condiciones de formular juicios científicos, algo que sí puedo responder respecto a las macrotendencias globales y los impactos en las diversas áreas sociales. Yo trato, humildemente, de aportar desde las ciencias sociales en cuestiones más generales. 

—¿Qué opina sobre el impuesto global a las ganancias y sobre la renta básica universal?

—Son dos de las propuestas de la agenda más avanzada que se está manejando a nivel global. Recordemos que hace mucho tiempo la actual secretaria del tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, viene empujando la idea del impuesto especial a las multinacionales. Las multinacionales aceptan que es válido que están pagando una cifra ínfima respecto de los ciudadanos promedio, desde Estados Unidos hasta Argentina. El mundo no estaba preparado para fenómenos de concentración tan importantes como significa el desarrollo de las grandes multinacionales tecnológicas. El proyecto Tobin, perteneciente al ganador del Premio Nobel James Tobin, tiene una tradición muy importante y ha sido adoptado como una de las estrategias principales del gobierno Biden. Ya ha logrado la adhesión de más de ciento cincuenta países, aunque la mecánica de implementación va a ser muy compleja. Respecto a la renta básica, un pensador muy significativo como es Yuval Noah Harari propone ese mecanismo. La propuesta también la impulsa el Papa Francisco y muchos gobiernos de Europa. Son dos vías que hay que explorar. En el camino va a haber dificultades muy importantes, pero son dos vías que hay que explorar.

—¿Cómo imagina el mundo pospandemia?

—Cuando yo hablo de un mundo pospandemia me refiero a que vamos a poder hablar de pospandemia cuando haya viabilidad en que va a haber pospandemia. La situación, ahora, es que tenemos cuatro millones de muertos en el mundo y la cifra sigue subiendo a pesar de tener las vacunas. Científicamente está demostrado que utilizando la vacunación y todas las políticas complementarias de salud hay éxito. Sin embargo, resulta que hay otros llamados de la OMS y de actores que muestran que mientras en Estados Unidos el 50% de la población tiene la doble vacuna y en Europa las cifras son aún mayores, en África él área más pobre del planeta, solo el 1,3% de la población tiene la vacuna. Entonces, ¿cómo se pasa de la situación actual? Todos corremos peligro porque no nos olvidemos eso: mientras no se alcance una pospandemia real la enfermedad puede trasladarse de un lugar al otro para reproducirse.

—El Papa Francisco a través de la encíclica Fratelli Tutti hace un llamado sobre la desigualdad ¿Qué referentes reconocidos sostienen un mensaje comprometido para resolver esta problemática?

Los países que presentan menos desigualdades son Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia e Islandia. En todas las tablas importantes que tiene el sistema de las Naciones Unidas, desde el desarrollo humano hasta la baja criminalidad y la alta educació, los países nórdicos tienen excelentes resultados y también muestran gran resultado en la lucha contra la pandemia. ¿Qué países tienen la imagen inversa? Brasil es un país cada vez más desigual, no es el único pero es uno de los peores. La desigualdad no es un invitado más, es un dato central. Actualmente, 105 personas en el mundo tienen 550.000 millones de dólares y América Latina tiene el 20% de la población en situación de inseguridad alimentaria. Entonces, la desigualdad sola no soluciona el problema pero claramente es central en todo análisis del problema y tenemos que preguntarnos cómo hicieron los nórdicos para solucionarla. No hay ninguna magia: no hay ninguna revolución. No creo en la violencia de ningún tipo, solo creo en la democracia activa, en la ciudadanía, en la sociedad civil.

—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas de Perfil Educación y lo invitamos a realizar un comentario final para cerrar el reportaje.

—Muchas gracias por las preguntas. Muchas gracias por la invitación. El comentario es que estoy lleno de esperanzas porque creo que el género humano tiene reservas: ética, capital social, una serie de fuerzas que en la práctica se hacen valer. Creo que a nivel mundial hay muchas sociedades civiles movilizadas, creo que el motor de cambio es la sociedad civil y trabajo todos los días con voluntarios, emprendedores social y el porcentaje va creciendo significativamente. En eso, América Latina está bien ubicada porque las mediciones de capital social subieron y la idea misma de bienestar común tiene raíces muy sólidas en la mayor parte de los países de América Latina. Entonces frente a una humanidad que quiere un mundo para todos, no para unos pocos, frente a un peso creciente de una sociedad civil movilizada destaco particularmente dos sectores: los jóvenes y las mujeres como actores sociales fundamentales. De los 18 países más exitosos en la lucha contra la pandemia por lo menos seis están conducidos actualmente por primeras ministras mujeres. Los jóvenes y las mujeres empoderadas deben tener la posibilidad plena de desarrollar su potencial productivo.

Por Guillermina Rizzo, Luis Aparicio y Luciano Caliva
Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación

Escuela de Comunicación