La Corte Suprema de Estados Unidos respondió a Donald Trump con un golpe, se negó a permitir que el presidente comenzara a rechazar automáticamente las solicitudes de asilo de personas que cruzan ilegalmente la frontera mexicana.
La orden de los jueces, en una votación de 5-4, con el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, de parte de la mayoría, dejó en vigor la decisión de un tribunal inferior que prohíbe temporalmente al presidente cambiar las reglas para aquellas personas que solicitan asilo después de ingresar al país desde México. Los jueces Clarence Thomas, Samuel Alito, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh disintieron.
Aunque la lucha legal no ha terminado, el rechazo de la Corte Suprema a la solicitud de Trump de bloquear la orden, es evidencia del escepticismo sobre el caso legal del gobierno.
La controvertida política de Trump, diseñada para ser aplicada durante 90 días, requeriría efectivamente realizar todas las solicitudes de asilo en los puertos de entrada oficiales. La administración planea por separado comenzar a exigir a los solicitantes de asilo que esperen en México mientras se procesan sus casos.
La solicitud de estancia de la administración Trump fue parte de un agresivo esfuerzo para atraer a la Corte Suprema hacia peleas legales sobre algunas de las iniciativas más controvertidas del presidente.
La ley federal de inmigración dicta que las personas pueden solicitar asilo "ya sea que lleguen o no a un puerto designado de llegada" e "independientemente de la condición de dicho extranjero".