Estados Unidos aprobó la venta de equipos militares a Taiwán el lunes, con lo cual enfureció a China mientras aumentan las tensiones entre las dos economías más grandes del mundo. Taiwán recibió con agrado el paquete, que según estimaciones del Pentágono vale US$330 millones y fue propuesto por su Gobierno el año pasado. Incluye piezas de repuesto para los cazas de defensa F-16, C-130 y modelos de combate locales. Se trata de la oferta separada más pequeña que se hace a la isla autogobernada desde que el presidente George W. Bush aprobó la venta de misiles antibuques por US$125 millones en 2007, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso.
“Este enfoque para las ventas militares que aborda caso por caso podría ser más eficiente que prácticas anteriores de grandes paquetes”, dijo Chen Chung-chi, portavoz del Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán. “Esperamos que en el futuro se puedan discutir las adquisiciones militares caso por caso a fin de aumentar la eficiencia”.
La venta podría dañar aún más las relaciones entre EE.UU. y China, que se han deteriorado porque el uso de aranceles por parte del presidente Donald Trump aviva el temor a una competencia de largo plazo por el poder global entre los dos países. El Gobierno chino ya canceló una planeada ronda de negociaciones comerciales bilaterales con EE.UU. y los países se impusieron una nueva tanda de aranceles uno al otro el lunes.
La relación de Trump con Taiwán es un tema caliente para China desde que el mandatario estadounidense aceptó una llamada telefónica de la presidenta Tsai Ing-wen para felicitarlo tras ser electo y le preguntó por qué EE.UU. reconoce a Pekín en vez de Taipéi, la política que sostiene las relaciones entre China y EE.UU.
"Castigados por la historia"
Desde entonces, EE.UU. aprobó ventas armamentísticas a Taiwán por US$1.300 millones y Trump ha sancionado leyes para alentar a altos funcionarios estadounidenses a visitar la isla, lo que podría elevar su estatus diplomático. Además, EE.UU. acordó suministrar tecnología para el programa de construcción de submarinos de Taiwán. En un discurso pronunciado ante el Parlamento chino en marzo, el presidente Xi Jinping advirtió que los esfuerzos para ampliar las divisiones con Taiwán serían “castigados por la historia”.
El Gobierno ordenó a todas las aerolíneas que dejaran de referirse a Taiwán y las antiguas colonias de Hong Kong y Macao como países, lo cual la Casa Blanca describió como “tonterías orwellianas”: “Una fuerte autodefensa ayudará al pueblo taiwanés a tener más confianza cuando enfrente riesgos más graves para la seguridad”, dijo Alex Huang, portavoz de la presidenta. Si la isla aumenta sus capacidades, esto ayudaría a garantizar “la paz y la estabilidad a lo largo del estrecho y en la región”, agregó.