CICLO DE ENTREVISTAS
Perfil Educacion

Leandro Santoro: "No corresponde suspender las PASO para 2023"

El diputado participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación Perfil. El fallido atentado contra la vicepresidenta. La causa Vialidad, la inocencia de Cristina y el enriquecimiento de Lázaro Báez. Y los discursos de odio.

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Entrevista Leandro Santoro. | Marcelo Silvestro

Leandro Santoro participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de periodismo de la Escuela de Comunicación del Grupo Perfil, en la que se refirió a la causa Vialidad y declaró que confía en la inocencia de Cristina Kirchner y cuestionó la vinculación de un sector de la justicia con el macrismo. "Hay sobradas muestras de esto con la vinculación entre el juez y el fiscal con Macri, quienes eran los que iban a jugar al paddle en Olivos, Hornos y Borinsky, determinan claramente que la política metió la cola en eso", advirtió.

El diputado nacional también habló sobre las posibilidades de suspender las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). “Me parece que no corresponde suspender las PASO para 2023, salvo que haya un acuerdo político de todas las fuerzas democráticas. Si ese acuerdo se da, yo no tendría problema., destacó Santoro en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—A partir de la asunción de Sergio Massa, ¿cree que se desdibujó el liderazgo del presidente Alberto Fernández?

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—No sé si se desdibujó, creo que lo que sucede es que se repartió la centralidad de la escena política en la Argentina. En primer lugar, porque después de iniciar el juicio de vialidad, el acoso hacia Cristina retoma parte de la centralidad del debate público con todo lo que vimos que pasó finalmente con el atentado. Y en segundo lugar porque el reemplazo de Batakis por Sergio Massa hizo que un  líder político, ocupe el ministerio más importante de un país. Ahí hay por lo menos tres figuras que, si bien integraban la coalición en los últimos cinco meses, pasaron a cumplir roles distintos. La imagen de tres figuras fuertes en el centro de la escena no es un panorama al que estemos acostumbrados a presenciar.

¿El Frente de Todos tiene posibilidad de ganar las elecciones presidenciales?

—Si, claro. Mucho más cuando veo a la oposición. Venimos de unos días donde Lilita Carrió denunció al PRO de la Provincia de Buenos Aires por vinculaciones con el narcotráfico y al PRO de la Ciudad por vinculaciones con la corrupción en la obra pública. En los últimos días Mauricio Macri hizo una definición categórica acerca de la idea de bloquear un posible encuentro político y salió a criticarlo a Horacio Rodríguez Larreta. También vimos cómo el presidente del radicalismo, Gerardo Morales, salió a criticarla a Lilita Carrió y a Mauricio Macri en simultáneo. Cuesta encontrar temas donde los distintos partidos que integran Juntos por el Cambio tengan una posición unánime. Los tienen, pero al final sucede que muchas veces votan separados. Entonces, creo que estamos frente a la descomposición del sistema de partidos políticos, donde en la elección del año que viene puede estar para cualquiera.

—¿Es hoy Massa el candidato natural del Frente de Todos?

—No, el Frente de Todos no tiene candidato natural. No está hablando de elecciones así que no, eso es una lectura equivocada. Nosotros lo que tenemos que hacer es gobernar y en todo caso el año que viene se analizarán las candidaturas. Cualquier frente que gobierna si un año antes empieza a hablar de su propia candidatura, corre el riesgo enojar a la sociedad.

—Muchos representantes del Frente de Todos se han manifestado en contra de la realización de las PASO. ¿Usted qué opina?

Me parece que no corresponde suspender las PASO para 2023, salvo que haya un acuerdo político de todas las fuerzas democráticas. Si ese acuerdo se da, yo no tendría problema. De lo contrario, me parece que también sería muy nocivo para la convivencia democrática, como pasaba con la ley de regulación de los discursos del odio. Porque un sector de la sociedad y del sistema político podría sentir que eso se hace para cercenar una libertad o para modificar las reglas del juego para inclinar la cancha en este caso. Si eso sucede, me parece que no sería gratis para la Argentina, mucho menos en este momento.

—¿Le hace ruido la vinculación de los abogados de los actuales detenidos por el atentado a la vicepresidenta con diputados del PRO?

Sí, me hace ruido. La verdad es que a mí me sorprendió, al principio me imaginé que se trataba de un lobo solitario, de una persona que probablemente no estaba en sus cabales y había tomado la decisión de intervenir en la historia de esa manera. Lo que pasa es que con el correr de los días me fui dando cuenta, como todos, que en realidad no era uno, sino que eran varios. No eran solamente productores de copitos de azúcar, sino que hacían inteligencia, tenían línea de financiamiento, y después aparece esto que obviamente me preocupa. No creo tampoco que haya que ser categórico en este momento con la definición acerca de si está bien o está mal que los abogados tengan otros clientes, porque a priori me parece una injusticia condenar a cualquiera persona por el abogado que elige, o al abogado por el cliente que decide defender. Pero es para revisar, porque cuando tiene pata de león, cola de león y melena de león, y tal vez estemos enfrente de un león.

—¿Qué opinión posee de la causa Vialidad?

—Obviamente, confío en la inocencia de Cristina, lo que pasa es que para hablar de la causa hay que ser abogado. Uno para fundar opinión sobre el expediente tiene que haberlo leído. Yo tengo la opinión de un militante político que interpreta hechos políticos y que, obviamente, se da cuenta de que alrededor del juicio hay factores que van más allá de lo judicial. Creo que hay sobradas muestras de esto con la vinculación entre el juez y el fiscal con Macri, quienes eran los que iban a jugar al paddle en Olivos, Hornos y Borinsky, determinan claramente que la política metió la cola en eso. Para hablar del expediente, tendría que haber decidido estudiar derecho y yo decidí estudiar ciencia política.

¿Desconfía del enriquecimiento de Lázaro Báez?

—No en particular de Lázaro Báez. En general, los empresarios que están vinculados a la obra pública suelen estar sospechados de convivencia con el poder político. Entonces como ciudadano, me parece que todos tienen que dar cuenta frente a la justicia sobre su patrimonio independientemente de la cercanía que tengan con tal o cual dirigente, cosa que no sucede en nuestro país.

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Usted hizo referencia al diálogo que tendría que tener Cristina Kirchner con Mauricio Macri. ¿Por qué no con Horacio Rodríguez Larreta?

—Si, también Larreta, hubiese sido deseable que el ex presidente la llame a Cristina después del atentado, desde el punto de vista humano. Y desde el punto de vista político, me parece que era lo que correspondía. Eso hubiese ayudado muchísimo a distender las relaciones políticas, un gesto humano a veces abre una puerta. En el caso de Larreta, nosotros le reclamamos como fuerza política al principio de la pandemia por carta, una reunión con toda la mesa del Frente de Todos y no nos contestó.

¿Cree que hay alguna posibilidad de que Macri y Cristina dialoguen?

—Creo que es tan necesario como difícil, así que habrá que ver. Hoy esa posibilidad parece difícil y lejana, pero me parece que sería importante que suceda.

—¿Está de acuerdo con la idea de regular los discursos de odio en los medios?

—Si se alcanzara un consenso importante en la sociedad, como pasó en Alemania, sí. Lo que no puede pasar es que en el intento de evitar los discursos de odio se genere más odio o más sospecha. Es como todo, depende de cómo se hagan las cosas. Cabe aclarar de todas formas, que no hay ningún proyecto para regular ese tipo de cosas.

—¿Qué opina sobre la figura emergente de Javier Milei?

—Me parece que es el síntoma de una sociedad que reclama un cambio profundo, que está inserto también en un contexto global donde la aparición de la ultra derecha interpela ese malestar, a diferencia de lo que pasaba en otros momentos históricos donde era la izquierda la que mejor lo representaba. Pero no le asigno demasiada trascendencia, me parece que su influencia puede ser determinante sobre el PRO, radicalizando su posición, más que en la posibilidad de una construir un movimiento libertario con posibilidades reales de ganar.

—¿Ve alguna  responsabilidad en  el discurso de Milei con lo que pasó en el intento de magnicidio a la vicepresidenta?

—Me parece que la línea discursiva que él trata genera mucha violencia. Decirle a Horacio Rodríguez Larreta que lo quiere humillar y pasarlo por encima como una cucaracha con una silla de ruedas, no es gratis, acusar a cualquiera de cualquier cosa no es gratis. Agredir a la gente solamente porque piensa distinto, independientemente de qué sector sea, porque la verdad tengo que reconocerle que es bastante ecuánime sea por izquierda y por derecha, agrede y descalifica todo. Pero no necesariamente la culpa es de él, porque podés ver esto como un fenómeno global. O sea, pareciera ser que en los últimos seis años un sector de la derecha encontró que de esta forma se hace política y se gana votos, así que lo interpreto también inserto dentro de esa trama.

—Desde el oficialismo hay voces que descalifican a periodistas o a los fiscales y jueces que llevan adelante la causa Vialidad. ¿Eso también se inscribe en los discursos de odio?

—No. El odio está definido como un sentimiento humano, lo que busca es dañar o perjudicar al otro negando su posibilidad de existencia. Una cosa es la bronca, una cosa es una respuesta categórica, hasta inclusive una cosa puede ser el insulto. Otra cosa es el odio. Me parece que calificar cualquier acción disruptiva como odio es banalizarlo. Así que no, no pienso eso.

—Agradecemos su participación en la Escuela de Comunicación de Perfil Educación y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final.

—El periodista tiene que incomodar, tiene que indagar, pero no sé si tiene que tomar partido por una posición ideológica. En todo caso si lo hace, lo tiene que hacer cuando lo interioriza. El vacío del sistema político de nuestro país llevó a que muchas veces el periodismo ocupe un lugar que no le corresponde y lo hizo entre otras cosas porque el sistema político dejó de funcionar como debería funcionar. Hay que buscar la manera para recuperar cierta racionalidad en la exposición y en la circulación de las ideas. Si uno tiene la sensación de que más importante que lo que está diciendo es la búsqueda del impacto a través de recorte caprichoso de una trama discursiva en búsqueda de un título, la democracia pierde vigor. Porque entonces uno se sienta con un cassette, y si el entrevistado hace eso, el lector va a tener una visión muy recortada de la realidad. Para tratar de construir un diálogo franco se necesita fair play.

Por María Asta, Matías Cacheiro y Francisco Martín
Estudiante de Periodismo Perfil Educación
Escuela de Comunicación