Ni Tita Merello, con su frase “nena, hacete el Papanicolaou”, ni el propio George Papanicolaou, que nada sabía sobre el virus del papiloma humano (VPH), se hubieran imaginado que algún día el PAP dejaría de ser la opción número uno a la hora de detectar y prevenir el cáncer de cuello de útero. Sin embargo, ese día llegó. Hoy los hospitales de Jujuy utilizan un test de captura híbrida para la detección del VPH como prueba de tamizaje primario gracias a su comodidad y mayor eficacia. La experiencia llegará este año a Misiones, Tucumán, Catamarca y Neuquén, y promete extenderse a todo el territorio nacional.
“En Jujuy, las mujeres mayores de 29 años que asisten a un hospital público acceden al test que identifica la presencia del ADN de 13 de los 17 genotipos oncogénicos de VPH. Una vez cumplida esa instancia, sólo en el caso que dé positivo se lee el PAP para identificar las lesiones. Por último, de ser necesario contamos con la colposcopia y la biopsia para confirmar el diagnóstico. Este esquema es importante porque en la mayoría de los casos el VPH se revierte solo, sin ningún tipo de intervención ni tratamiento. De hecho, se sabe que la probabilidad de haber estado en contacto con el virus es del 80%”, explicó a PERFIL Silvina Arrossi, coordinadora científica del Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cervicouterino (Pnpcc).
Debido a los buenos resultados de esta experiencia, el Pnpcc, el Ministerio de Salud jujeño y la Agencia Internacional de Investigaciones sobre Cáncer de la OMS lanzaron la segunda etapa, el Proyecto de Evaluación de la Modalidad Autotoma (EMA) del Test de VPH: con sólo un cepillito, cada mujer puede extraerse en la intimidad de su casa y sin ningún tipo de ayuda médica células vaginales para que sean estudiadas. “La autotoma posibilita la detección de lesiones precancerosas en mujeres mayores de 29 años que por diversas cuestiones no acceden al sistema de salud”, destacó Saúl Flores, ministro de Salud de Jujuy, provincia seleccionada para el proyecto por tener una de las mayores tasas de mortalidad por cáncer cervicouterino del país (10,5 por cien mil).
Beneficios. “La captura híbrida tiene una sensibilidad del 90% frente a las lesiones precancerosas que produce el VPH, mientras que el PAP sólo detecta anormalidades en las células, y lo hace en el 60% de los casos. Es decir que el test es más agudo”, sostuvo Silvio Tatti, profesor de Ginecología de la UBA/Hospital de Clínicas y presidente de la Federación Internacional de Colposcopia.
El test de captura híbrida –que en Argentina comercializa el laboratorio Qiagen– no es la única tecnología disponible y aprobada por la Anmat. También existen pruebas para el diagnóstico molecular del VPH de los laboratorios Roche, Biomerieux y Orange Solution, disponibles en el ámbito privado. Para su realización, se necesita la indicación y la derivación de un ginecólogo.
“La diferencia entre el test molecular y el de captura híbrida –utilizado en Jujuy– es la tecnología (cámara de PCR y luminométrica, respectivamente) y la facilidad de realización. Por otro lado, se puede acceder a la captura híbrida en el ámbito público, a través de las prepagas, y en poco tiempo en la ciudad de Buenos Aires en el caso de los pacientes inmunodeprimidos”, dijo Tatti.
En la provincia de Santa Fe se está realizando un estudio con la prueba de detección molecular Cobas del laboratorio Roche. En la primera etapa, los investigadores comprobaron que el 55% de las pacientes que dieron positivo –de las cuales el 86% tenía PAPs negativos– estaban infectadas con tipos de VPH de alto riesgo, siendo el 16 el más frecuente.
“Pese a que los PAPs son muy útiles para diagnosticar patología celular, la biología molecular nos permite detectar el virus entre seis y ocho años antes de que genere lesiones celulares, algunas de las cuales son irreversibles”, expuso Alejandro Ridley, integrante de la investigación que lleva adelante el Centro de Diagnóstico Médico de Alta Complejidad.
“La experiencia de otros países del mundo es muy positiva respecto del test como método de pesquisa primario. Su mayor sensibilidad nos permite detectar antes la enfermedad, algo realmente importante para la salud de las mujeres; pero además, evitar un gran número de falsos negativos e incrementar la certeza”, dijo por su parte Myriam Perrotta, miembro de la comisión directiva de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires y jefa de Ginecología Oncológica del Hospital Italiano.
“Desde el punto de vista de la detección, es vital que los tests puedan estar disponibles para toda la población en poco tiempo. Si bien el test no va a reemplazar al PAP, el tradicional estudio tendrá un rol más de diagnóstico que de detección”, concluyó.