El aniversario del genocidio armenio significa para mí lo mismo que para todos los armenios. Es un día de conmemoración de algo que no tiene que suceder nunca más y recordar que durante cien años quienes tenían que lograr la paz no la han logrado. Este día también quiere decir que no se puede tratar a la gente como si fuera un objeto. El 24 de abril es un mensaje no únicamente para la comunidad armenia, sino para el mundo entero. Hoy se están repitiendo situaciones similares en distintos territorios.
Si se hubiera dado importancia al genocidio armenio, el sufrimiento judío hubiera sido menor. Lamentablemente, no se le dio la importancia necesaria. Por indiferencia, todo terminó en un desastre.
Si hemos esperado 500 años para que el papado reconozca que la Tierra no es el centro del universo, también podemos esperar mil años para que Turquía y el mundo reconozcan que esto fue un genocidio. En Armenia me siento muy cómodo y tenemos cientos de planes para esta república.
Ahora es tiempo para pensar en la paz, en el futuro y en la convivencia.
Nuestra línea de pensamiento siempre busca conclusiones positivas. Consideramos que, incluso en las situaciones más difíciles, vale la pena agitar la bandera de los valores de solidaridad y coraje cívico. En este espíritu, nos esforzamos por educar a nuestros hijos y a las generaciones por venir.
*Empresario argentino-armenio. Presidente de Corporación América.