COLUMNISTAS
MODELO sin filtro

Paolo Rocca en Aerolíneas y Federico Andahazi en la City

El empresario y el escritor, emblemas de la nueva época

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Las caras del momento. El empresario y el escritor, emblemas de la nueva época. | Cedoc Perfil

Si alguna vez manejaste un auto, sabés que tenés más chances de chocar después de varios años al volante que cuando recién te dieron el carnet de conducir. Porque los palos te los pegás cuando te relajás y dejás que te traicione la confianza.
Desde las elecciones, el Gobierno está poniendo cuarta y está tentado de bajar la ventanilla y poner el codito canchero afuera, mientras relojea el chat del celular en la falda. Si llega a destino o termina en modo publicidad-Luchemos-por-la-Vida, se definirá por la habilidad y la prudencia que muestre para tirar los cambios. Hay riesgo de que sienta que llegó la hora de pistear.

Filosofía Techint. Justamente en el camino tendrá un desafío con pilotos, pero de aviones, que manejan otras velocidades. El conflicto por la paritaria en Aerolíneas Argentinas amenaza con extenderse todo el verano no sólo porque de un lado piden 26% y del otro ofrecen sólo la inflación aduciendo que el año pasado dieron un 42%, sino también porque la compañía estatal entró en una lógica de austeridad propia de una compañía como Techint. El titular de la aerolínea, Mario Dell’Acqua, de hecho, así lo explica: “Yo lo que hago es cuidarle la plata al dueño, como lo hacía en Techint, salvo que acá los dueños somos todos”. Dell’Acqua ya no es el cara-de-susto que llegó pisando huevo hace un año. Ahora no ahorra detalles sobre cómo llegará al “subsidio cero” en un par de años. “El despacho que tenía Mariano Recalde (último titular de Aerolíneas con CFK) lo dividí en cuatro y ahora el mío quedó similar al de Paolo Rocca”, revela el ex director de proyectos en el holding siderúrgico que asumió hace un año tras el raje de Isela Costantini. “Yo vengo de Techint, una empresa austera”, repite y asegura que no le preocupa llegar al comienzo de la temporada en conflicto con los gremios. Se vuelve a apoyar en la filosofía de su ex empleador: “Roberto Rocca decía ‘hay que cuidar los centavos, porque los dólares se cuidan solos’”.

Queríamos tanto a Fink. Mientras tanto, en la gira por Nueva York el Gobierno paseó el auto tuneado ante la platea más fierrera, la de los inversores financieros. El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, señaló en un evento del Consejo de las Américas que “something amazing is happenning in Argentina”, al subrayar que “por primera vez desde 1907” bajan a la vez el gasto, el déficit, el impuesto inflacionario, la tasa de inflación y también hay crecimiento. Además, dijo que hay una nueva forma de gastar del Estado que se ve con, les dijo, “the Metrobus of La Matanza” y la ganancia de productividad que conlleva.

Estaban como chanchos con su anfitrión, que era nada menos que Laurence Fink, el presidente de BlackRock, el mayor gestor de fondos del mundo, del ala de Wall Street que sigue eufórica con la moda Macri para hacer plata de la plata en la región. “Gracias por darles más confianza a los inversores, gracias por su visión y gracias por sus sueños”, lo despidió a Sturzenegger. El entusiasmo de Fink, que ya había armado un foro sobre el país en 2016 e instrumentó un índice para invertir en activos argentinos, refleja que hay larga vida al festival tasas-altas y dólar-bajo en la Argentina. Lindo pibe Fink: en una entrevista con el diario español El País en 2015 había dicho: “Los ajustes son dolorosos, pero hay que hacerlos”.

Cebados. Por suerte, para poner un poco de calma ante tanta confianza desenfrenada en el mundo financiero, la City convoca a escritores moderados como Federico Andahazi, una especie de Fernando Iglesias culto que, a puro TN, cala hondo en la formación de opinión de los hombres de negocios. “Esta es la última oportunidad que tenemos como país, si nos caemos, no nos levantamos más, Venezuela está ahí cerca”. Lo escuchaban el jueves unos cien inversores en La Mansion del hotel Four Seasons, en la celebración del 20 aniversario de Compass Group, un administrador de inversiones por $ 12 mil millones en la Argentina, que representa en la región, entre otros, a colosos como BlackRock. “Nosotros tenemos un líder moderno, que escucha”, completó. Cuando cerró su charla, hubo aplausos, y después un brindis.