Esta noticia que publicó PERFIL el domingo se extendió rápidamente porque una vez más evidencia la debilidad e impunidad con que opera la Justicia en el país. Es un ejemplo paradigmático del accionar de quienes deben ser los que velan y nos garantizan a todos la vigencia y el respeto de nuestros derechos. El tratamiento que se le dio a Rodrigo Eguillor es característico de cómo no siempre la Justicia cumple su deber. Pocas semanas después de las críticas por la excarcelación de violadores y agresores/femicidas para evitar la infección con el Covid; liberados sin atender a los riesgos que se expone a la víctima y su familia, el juzgado repite esta conducta, en una forma plagada de hipocresía que es una burla a las miles de mujeres y niñas abusadas, violadas y víctimas de personajes como éste que circulan impunes a pesar de las atrocidades que realizan. Nos enteramos con perplejidad que como no se adaptaba era trasladado, primero dentro del mismo penal y después enviado a otro, en el cual logró entrar en el programa Interministerial de salud mental, –donde además de mejorar sus condiciones de alojamiento–, fue caratulado como “enfermo mental”, el pasaporte para ser excarcelado e internarse en una exclusiva clínica privada, considerada “la clínica de los famosos”. A los dos meses es dado de alta con indicación de tratamiento ambulatorio semanal y sin un diagnóstico claro, sin embargo, el tribunal decidió darle prisión domiciliaria, que realiza en la casa de su mamá en un country exclusivo. Y lo grave es que por una afección no clara, es dudoso que sea llevado a juicio aduciendo que es inimputable, a pesar de un confuso informe del Cuerpo Médico Forense. La forma cómo es tratado por la Justicia este joven nada tiene que ver con la que reciben los de sectores menos privilegiados y sin pertenencia con la familia judicial. Es una evidencia de la diferente Justicia, mientras para algunos la Justicia es blanda, para otros los revictimiza y no les deja más salidas que profundizar y perfeccionar su conducta delictiva. Además, los integrantes de ese tribunal no pensaron en la víctima, la que se enteró por los medios y vive aterrada, porque hasta ahora nadie se ocupó de cuidarla ni de escucharla, si bien es pasible de un nuevo ataque.
Al lado de esta noticia, Nadia Galán escribe sobre la cantidad de femicidios en cuarentena, hubo 67 mujeres y niñas asesinadas entre el 20 de marzo y el 11 de junio. Según el informe del Observatorio de Femicidios Adriana Marisel Zambrano de la Casa del Encuentro, el 73% ocurrió en la casa de la víctima y en el 65% los asesinos eran parejas o ex parejas. Prevenir estas muertes no es fácil, pero si revisamos cómo piden apoyo y cómo es su seguimiento podemos tener pautas. En muchos casos no existe ese pedido ni denuncia, pero en otros sí y no hubo o no fue efectivo el seguimiento. La nota refiere el femicidio de Verónica Tottis calcinada en su camioneta en una ruta en Córdoba, donde fue quemada por su pareja. La fiscal dice que había antecedentes de violencia aunque no existían denuncias, entonces: ¿por qué recién una vez asesinada lo sabemos? ¿Antes no hubo nadie en el núcleo familiar y/o social de esta mujer que pudo ayudarla, pedir auxilio por ella, aconsejarla y saber que no debía exponerse a andar sola y acompañarla? Todas éstas son preguntas que debemos hacernos antes, el seguimiento es también informar a la población sobre cuidados que deben tener ante sospechas de violencia que sufre una mujer o niña. No podemos esperar a que la mujer lo perciba y se anime a hacer la denuncia, tenemos que difundir cómo ayudarla y estar atentos aunque no se concrete la denuncia. Se han hecho muchos esfuerzos para que se tomen las denuncias y es correcto, pero no se ha hecho lo mismo para explicar qué hacer y cómo ayudar aunque no se haga la denuncia y más aún después de la denuncia. No aprendimos esta lección, por tanto no se la enfrenta, debemos empezar ya. Si los gobiernos no lo hacen, las organizaciones de mujeres tenemos que hacerlo y plantearlo al Gobierno. Esto es algo positivo que nos puede dejar la cuarentena.
La nota de Ballarino sobre las ventajas de amamantar ante el posible riesgo de contagio, porque la leche materna no contiene coronavirus y es el mejor alimento para proteger al lactante de otras enfermedades, es tranquilizadora. Esta noticia de la OMS a las madres con coronavirus permite preservar el vínculo madre e hijo en la lactancia, con los cuidados lógicos. Pero si es necesario interrumpir, se aconseja extraerse la leche asegurando el bienestar de la madre y la alimentacion del lactante ¡Algo muy importante!.