Las consultoras privadas retocaron sus cálculos y ahora proyectan una caída mayor del PBI para este año que rondará entre 11,5% y 15%, tras conocerse que la actividad económica se derrumbó en abril un 26,4% interanual debido al golpe que le asestó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, y por el impacto que tuvo el retorno a una cuarentena más estricta en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Aunque en gran parte del resto del país se mantiene una mayor flexibilización del confinamiento, la zona del AMBA genera entre el 40% y el 60% del PBI, y hará sentir ese peso en los números. Esos pronósticos asumen que durante agosto se relajará la cuarentena en la región.
El mayor desplome se evidenciará en el segundo trimestre con una retracción que oscilará entre 19,5% y 25% interanual, según las distintas previsiones.
Los economistas Guido Lorenzo, de LCG, y Fausto Spotorno, de Estudio Ferreres, explicaron que esta cuarentena reforzada “frena” la recuperación que se daba a partir de mayo por una mayor apertura de actividades. Fernando Marull, de FMyA, aclaró que “frenó la recuperación de normalización, no una recuperación de rebote económico”. Y graficó con un ejemplo: “la producción de la industria automotriz fue 0 en abril, en mayo fue de 4 mil autos que te da un aumento mensual significativo, pero en realidad no es nada, cuando normalmente se fabrican 30 mil autos mensuales”.
Según las estimaciones, la economía en mayo repuntó de entre 5% (LCG)y 9,2% (Ferreres) con respecto a abril, en junio se mantuvo casi igual (entre 0% y 0,8%), pero en julio caería otra vez en la medición mensual, y luego volvería a mostrar signos positivos en la comparación contra el mes previo, si se relaja el confinamiento. En la comparación interanual, dice Sportono, se registrarán caídas mensuales hasta fin de año.
Lorenzo vislumbra que recién en diciembre el nivel de actividad volvería a ser el mismo que había en marzo, previo a la pandemia.
Para Spotorno, “a diferencia de lo que quiere imponer el presidente Alberto Fernández, lo que pega es la cuarentena más que nada, hay un efecto de la pandemia en exportaciones industriales a Brasil, o en lo que es turismo, pero no lo suficiente para hacer este desastre en la actividad económica, esto es la cuarentena, que impacta en el comercio, en la industria, en servicios como hoteles, restaurantes, teatros, cines”.
Recuperación. Frente a este escenario, el diagnóstico de los economistas consultados por PERFIL es que, en términos económicos, la crisis actual es “más profunda” que la de fines de 2001-2002, y advierten que la salida será “más difícil” y la recuperación “más lenta” que en aquella oportunidad. En 2002, la economía terminó con una caída de 10,9%, pero empezó a crecer al año siguiente y en forma sostenida hasta el 2007.
En cambio, Spotorno señala que “puede haber un rebote estadístico fuerte en 2021, pero no vas a tener ese proceso de cuatro o cinco años como tuviste después de 2002”.
Al respecto, Matías Rajnerman, de Ecolatina, planteó que “los pilares de la recuperación de 2002, hoy no están: el contexto internacional, cambiario, inflacionario y fiscal que fueron activos (ayudaban) en 2002, complican en 2020”.
En el área fiscal, comparó que “la economía sale de la crisis de 2001 sin tener que pagar intereses porque la deuda estaba en default, había superávit primario y financiero, mientras que en 2020 tendremos un déficit primario de al menos 6% del PBI y encima el próximo año es electoral”.
En el frente cambiario, contrastó que en 2002, luego de la devaluación, “había un tipo de cambio real, competitivo y estable, mientras que hoy hay varios tipos de cambio, hay tensiones con la brecha”.
Otro aspecto que marcó que juega en contra en la comparación, es que “entre 1998-2001 hubo deflación, en 2002 la inflación fue alta pero se concentró en la primera parte del año por el salto cambiario, y luego cedió, eso implicaba una economía donde era más fácil ajustar por salario, hoy estamos en un escenario de alta inflación, con tensiones en los precios”.
Otro contexto. Lorenzo acotó que en 2002 “la crisis fue por un shock de nuestra economía, pero el mundo no estaba en la situación actual donde todos están golpeados, y ayudó al país a salir más rápido, vía exportaciones a China, que crecía a tasas de dos digitos y ahora lo hace al 1%, a Brasil, con tu tipo de cambio competitivo, y en un contexto donde aumentaba el precio de las materias primas”.
Spotorno apuntó como otro factor negativo que hoy hay “una presión tributaria más alta que va a impedir recuperar rápido”.
Con respecto a la anterior recesión habría desempleo y una red más amplia de contención
En la comparación de cómo quedará la economía pospandemia en 2020 en relación con lo que ocurrió a la salida de la crisis de 2001, los economistas coincidieron en que el desempleo será menor esta vez. Marull indicó que la desocupación promedio en 2002 fue de 20%. En cambio, los economistas prevén para este año una tasa de desempleo de entre 13% y 15%. Lorenzo consideró que “ahora tenés una red de contención un poco más amplia, el plan ATP trata de mantener el mercado laboral”. No obstante, planteó que “en 2002 hubo muchos despidos, pero cuando la economía reactivó rápido las empresas tuvieron que salir a contratar empleados; ahora las compañías no se deshacen de trabajadores tan rápido, pero cuando recupere la actividad se manejarán con el plantel que ya tienen, no saldrán a contratar”.
Asimismo, Rajnerman señaló que “entre 2018 y 2019, el poder adquisitivo perdió un 20% y retrocederá otro 5% adicional este año, esta reducción del costo laboral ‘ayudó’ a que el desempleo no se disparara, aunque no evitó una fuerte precarización del mercado de trabajo”.
Empresas. Víctor Beker, del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, sostuvo que la meta para la pospandemia deberá ser “preservar fuentes de trabajo y compañías viables” lo que requerirá la implementación de “una suerte de hospital de empresas” que articule el apoyo público-privado.
“Las manufacturas de origen industrial experimentaron una caída del 26% en el primer cuatrimestre de 2020, mientras que las de combustibles y energía lo hicieron en un 21%. Revertir dichas caídas debería ser otra meta prioritaria”. Además, aseguró que la reapertura de muchas de las empresas, tras la cuarentena, dependerá de un paquete de medidas que posibilite su viabilidad económica”. Entre ellas, incluyó el proyecto de moratoria fiscal, la refinanciación a mediano plazo de la deuda bancaria acumulada, acceso al crédito bancario a tasas razonables, y evaluar reformas del régimen legal empresarial.