“¿Se puede aprender en la guerra? ¿Te vuelves franco y el poder del hábito se establece en algún momento? ¿La guerra te vuelve duro, insensible, por encima del dolor? No. Esos son clichés egoístas. Cada día trae nuevos horrores. En el mejor de los casos, uno aprende a suprimir los sentimientos intensos por un tiempo, porque complacerlos debilitaría el instinto de supervivencia.” Con esta cita encabeza la difusión de un libro la editorial S. Hirzel Verlag (Stuttgart, Alemania), se trata de Im Schatten des Krieges. Tagebuchaufzeichnungen aus der Ukraine (A la sombra de la guerra: entradas de un diario de guerra en Ucrania), del escritor Christoph Brumme.
Esto no es la crónica de un testigo de la invasión rusa que volvió a su país. Brumme, nació en Berlín Oriental en 1962 y hoy vive en Poltava, 350 km al sureste de Kiev. Del riesgo brindó muestra en una reciente entrevista: “Poltava ha sido alcanzada por cohetes varias veces, pero no puedo decir públicamente cuán extenso es el daño. El impacto de misil más cercano fue a unos 500 metros de distancia, pero no lo vi. ¿Y por qué no puedes decir qué tan grave es el daño? Porque los enemigos podrían apuntar mejor la próxima vez. Si los rusos fallaron por poco y se hizo público que no hubo daños, podrían intentarlo de nuevo. Queremos darle la menor información posible al enemigo.” Entonces, es más que un corresponsal de guerra, es un escritor en guerra.
Éste es otro desafío para Cristoph, en su juventud vivió la decadencia socialista antes y después de la caída del Muro, como aventurero y deportista. En artículos y libros describió su recorrido como ciclista por toda Europa del Este, cubriendo más de 30 mil km. En 2009 publicó Sobre un elefante azul: 8.353 kilómetros en bicicleta desde Berlín hasta el Volga y viceversa. En 2016 se instaló en Poltava y en 2019 Schwarzkopf & Schwarzkopf publicó su 111 razones para amar Ucrania. Una declaración de amor al país más hermoso del mundo.
En nota reciente del Deutsche Welle refiere al humor ucraniano pese a la guerra, algo arraigado en el pueblo. Por ejemplo, ante la prohibición del uso de la palabra guerra para referirse a Ucrania por parte del gobierno ruso, dice que “ahora la novela de Tolstoi Guerra y paz pasó a llamarse Operación militar especial y paz”.
Su editor destaca que presagió la invasión a mediados de enero de 2022, y que su libro llega hasta el 1° de mayo, fecha de la impresión. Tal texto lo publicó en su columna habitual en el diario suizo Neue Zürcher Zeitung: “El sueño de Raskólnikov se ha hecho realidad para Putin. Se convirtió en un hombre importante en la historia simplemente por la multitud de sus crímenes. Ya a principios de la década de 1990 abogó por un modelo de Pinochet para Rusia, es decir, una dictadura militar dura y asesinatos en nombre de la patria, para salvar la unidad del país, la paz interna de Rusia.”
“Las primeras muertes, de las que al menos es políticamente responsable, ocurrieron mientras dormía en 1999, asesinatos producidos por el servicio secreto FSB. Más de trescientas personas murieron en atentados con bomba contra casas en Rusia. Afirmando que los terroristas chechenos habían cometido los crímenes, Putin lanzó la Segunda Guerra Chechena, que dejó decenas de miles de muertos. (…) En última instancia, es capaz de decidir sobre una guerra nuclear por sí mismo. Ningún organismo de control puede detenerlo, ningún público puede impedírselo. Esto es nuevo en la historia mundial. Un Dr. Strange como en la película de Stanley Kubrick, pero no solo un general, sino el comandante supremo de una potencia nuclear.”
A fines de abril cargó contra sus compatriotas por una carta pública: “El director de cine Wim Wenders, el escritor Christoph Hein o la teóloga Margot Kässmann imaginan que pueden juzgar las cuestiones militares mejor que los especialistas cuando afirman: ‘La adquisición de armas convencionales como aviones de combate y drones armados para la disuasión bajo bloques militares nucleares no tiene sentido’. Todo bajo la bomba atómica no tiene sentido si quieres capitular de todos modos, ¿verdad? ¿O deberían los soldados occidentales luchar contra los tanques enemigos con navajas suizas?.”
Y cierra el reclamo ante la falta de ayuda: “Neutralidad y pacifismo son una opción cuando dos fuerzas que encarnan el odio a las personas, la crueldad y la anarquía en la misma medida, están en guerra. Al elegir su exilio, Brecht, perseguido por los nazis, eligió la tierra de las oportunidades ilimitadas, los Estados Unidos democráticos, donde podía despotricar libre e impune contra la barbarie capitalista, en lugar de la prisión multiétnica de Stalin. Ahora, ¿por qué la gente que entiende a Putin no quiere vivir en Rusia?”.