Perdió, es cierto. Pero perder así, para el argentino Diego Schwartzman seguramente sea la forma más placentera de aceptar una derrota. Así: llevando al número uno del mundo, Novak Djokovic, a un tercer set, por momentos dominando el juego y desgastando al serbio, quien terminó agotado, pero avanzó a la final del Masters de Roma tras ganar 6-3, 6-7 (2) y 6-3. Ahora, Djokovic definirá por quinta vez el torneo romanofrente al español Rafael Nadal (ver abajo).
El Peque le demandó al número uno del ranking mundial un esfuerzo de dos horas y 31 minutos, a menos de un día de recuperación después de las tres horas que el serbio empleó para eliminar a Juan Martín Del Potro en cuartos de final.
En el primer set, Djokovic estuvo fresco en los movimientos y transitó su mejor momento en el partido con golpes de buenos ángulos para abrir la defensa de un argentino sólido en la devolución desde el fondo de la cancha.
El tenista balcánico tomó su única oportunidad de quiebre, se llevó el primer parcial con autoridad y parecía encaminado a un triunfo menos trabajado de lo que resultó la segunda semifinal en la cancha central del Foro Itálico.
A partir del segundo set, Schwartzman se encontró con un rival cansado y, por consiguiente, impreciso, lo que le permitió jugar puntos más largos con margen para imponer condiciones.
El dropshot de revés fue un recurso muy eficaz que el argentino utilizó de manera recurrente. Djokovic cedió dos veces el servicio en ese set. Sin embargo, el Peque no pudo confirmar su saque en ninguna de las dos ocasiones y debió esperar hasta el tie break para igualar el marcador.
Schwartzman mantuvo su nivel y la intensidad hasta el sexto juego del último parcial, en el que Nole volvió quebrar su saque y quedó bien perfilado para la tercera victoria ante el jugador surgido en Náutico Hacoaj, a quien ya le había ganado en el US Open 2014 y Roland Garros 2017. Schwartzman, de 26 años, redondeó su mejor actuación histórica en un Masters y esta semana entrará entre los 20 mejores del ránking ATP.