La crisis política, económica y social que se está produciendo en Venezuela desde hace unos años, se ha precipitado de tal manera que llevó al país a una ruina que tomaría largo tiempo en revertirse.
La sociedad venezolana está conviviendo con un alto nivel de violencia, una escasez de recursos para el consumo básico y una serie de conflictos políticos que generan un enfrentamiento que ha dejado a más de cien muertos y ha precipitado a la sociedad venezolana a una situación de emergencia social, económica y política.
Esta situación que se ha agravado aún más, con la sustitución de la Asamblea Nacional ampliamente opositora por el Tribunal Supremo electoral,totalmente encolumnado al gobierno y el establecimiento de la Asamblea Nacional Constituyente, a partir de la votación del domingo 30 de julio de 2017, desencadenó una serie de acontecimientos extremadamente violentos en la vida cotidiana del pueblo venezolano.
La profundidad de la crisis económica y política, sumada a la violencia social cotidiana, problema endémico, y la agudización de la criminalidad, incentivado por algunos sectores enfrentados al gobierno, que enfrenta a la sociedad venezolana, genera una gran angustia en su población, actuando como un factor importante a la hora de pensar en alternativas para salir de esta situación. La migración aparece como una alternativa frente a este deterioro de las condiciones de vida.
Por diferencias ideológicas, por falta de campo de trabajo, por imposibilidad del sistema de permitir un mayor desarrollo vinculado a los avances de la ciencia o al perfeccionamiento vocacional, muchos hombres y mujeres calificados se marchan de su país de origen.
Esta situación se ve reflejada en una gran cantidad de profesionales venezolanos que están migrando actualmente producto de las imposibilidades que les plantea el sistema actual que rige en su país.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para el 2015 habían salido de Venezuela 606.281 personas, mientras que el Banco Mundial sitúa esta cifra en 655.400 a través de su iniciativa Knomad.
Ante este escenario, en los últimos tres años (hasta septiembre de 2017), se estima, desde diferentes medios, que han salido de ese país, más de 900 mil venezolanos, lo cual implica que se ha más que duplicado la población que vivía en el exterior, hasta el año 2014.
La población de Venezuela es de aproximadamente 32 millones de habitantes. Se calculaba para el 2017 que había 1,6 millones de residentes en el extranjero, lo cual implicaba que alrededor de un 5% de la población vivía en el exterior para ese año. De acuerdo a un comunicado conjunto entre la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Acnur para 2018 la cifra de residentes venezolanos en el exterior aumento a 3,4 millones de personas.
En América Latina, Brasil, Colombia, Panamá, son actualmente los países con mayor población venezolana migrante. Por su parte, la Argentina es uno de los países no limítrofe de Latinoamérica que ha recepcionado a una población que ha triplicado en los dos últimos años a los residentes históricos que vivían en el país hasta el 2015.
Es importante tener en cuenta que participaron del Plebiscito del 16 de julio de 2017 unos 28.122 venezolanos mayores de 18 años en diferentes puntos de la Argentina, si a este número se le agregan los menores de esa edad, los que no pudieron participar y los que han llegado a la fecha, podríamos estimar que actualmente en la Argentina residen más de 40 mil venezolanos.
A partir de esta movilización poblacional, la Untref, a través del Instituto de Políticas de Migraciones y Asilo (IPMA), realizó una investigación sobre las características socioeconómicas de estos inmigrantes, que han llegado al país entre 2016 y 2017, triplicando la población venezolana que habitaba la Argentina hasta el 2015. Es importante destacar que la escalada vertiginosa de la problemática interna en Venezuela ocasionó que las cifras migratorias aumenten de forma constante y sostenida.
El objetivo de este estudio fue caracterizar la situación socioeconómica de los venezolanos recién llegados, para proponer una serie de recomendaciones que le permitan al país lograr una mayor integración de esta población migrante aprovechando sus calificaciones y conocimientos, permitiendo, de esta manera, que dicha población, logre un buen nivel de adaptación a nuestra sociedad.
Para lograr este objetivo, se realizó una encuesta representativa al azar en Mendoza, Córdoba, Rosario, Neuquén, La Plata y Ciudad de Buenos Aires a 1.200 venezolanos que participaron del plebiscito sobre la Asamblea Constituyente El Pueblo Decide.
Los resultados de esta investigación han dado una información significativa sobre dónde residen, qué actividades realizan, cómo llegaron, edad, sexo, nivel educativo, relaciones personales y niveles de satisfacción con nuestro país, entre otros.
Resultados generales de la investigación
A los migrantes se los identifica como un “grupo vulnerable” por sus condiciones socioeconómicas, por su imposibilidad de participación política, o por la condición de inferioridad educativa y cultural a las que son sometidos a partir de las representaciones sociales de la población receptora, la que ni siquiera, en general, llega a conocer cuáles fueron las causas que produjeron la migración.
La inmigración a la Argentina desde Venezuela especialmente, tiene características socioculturales que permiten una adaptación e integración muy dinámica y rápida, sobre todo por su disponibilidad a trabajar y estudiar sin mayores inconvenientes, aceptando las reglas y normas que se les presentan en la Argentina, como país receptor.
En este sentido, es importante tener en cuenta que, esta inmigración, se ha ido incrementando, intentando incorporarse al mercado laboral argentino, como consecuencia de las ventajas comparativas que el país, ofrece, en relación a lo que está sucediendo en su país de origen y por la posibilidad de incorporarse a un mercado laboral que ofrece en la rama de actividad servicios, una importante capacidad receptiva para estos inmigrantes, sobre todo los jóvenes, con muy buena predisposición al trabajo. Además, el alto nivel educativo que presentan los venezolanos en general, les permite paulatina y progresivamente incorporarse a otras ramas de actividad afín a sus capacidades y profesiones.
En los últimos años, gracias al trabajo que vienen realizando las diferentes comunidades migratorias a través de la propuesta de integración cultural con respeto a la alteridad, la sociedad Argentina está tomando una mayor conciencia de la riqueza que aportan los movimientos migratorios. Para comprender la situación social, económica y cultural por la que atraviesa un migrante, primero se debe identificar los tipos de migrantes teniendo en cuenta la siguiente clasificación: condición social, económica, política y cultural en su país de origen. Las mismas se pueden vincular entre sí. Un migrante de clase media, que ha vendido o rentado sus propiedades, con una educación media, tiene más posibilidades de integrarse económicamente en un país receptor, que un profesional que no tiene ahorros y no tiene red, o un trabajador no calificado que migra por la pauperización de su condición socioeconómica. Los migrantes venezolanos, como se ha podido observar en este estudio, pertenecen a sectores medios y medios altos calificados y altamente calificados en su gran mayoría, cuentan con una red de connacionales establecida en el país, lo que permite deducir que su incorporación a la sociedad argentina puede ser mucho más dinámica que otras comunidades migratorias.
Pero de lo que sí no cabe duda, es que todos los migrantes, más allá de su condición socioeconómica, política o cultural, producen una serie de cambios o transformaciones, en la sociedad de recepción. El impacto sociocultural en la vida cotidiana, las costumbres, tradiciones, en esferas como la gastronomía, la música, la danza, el teatro, la religiosidad, son tan importantes que pueden influir en cambios dentro del imaginario existente.
Aunque su identidad mantenga fuertes lazos con su país de origen, con sus afectos y raíces, la búsqueda de mejorar su calidad de vida es su objetivo principal, sin dejar de tener en cuenta, que todo migrante, o una gran parte, siempre piensa en el retorno.
Al mismo tiempo se puede afirmar que, con la integración de los trabajadores migrantes, se crean nuevos puestos de trabajo, se incrementan los niveles de consumo y en numerosas ocasiones, contribuye a mejorar la productividad de la economía. No cabe duda que alrededor de las comunidades de migrantes se crea una vasta red de servicios que emplea tanto a nativos como a migrantes. La migración venezolana, por su formación, está supliendo faltantes de mano de obra calificada que hace falta en el país.
Los migrantes que están integrados al mercado del trabajo representan un beneficio ya que tributan al sistema de seguridad social del país y contribuyen sobre todo a través del pago de impuestos, aportando más de lo que podrían consumir en educación o salud.
Los inmigrantes venezolanos son en su mayoría personas jóvenes que gozan de buena salud y están en sus años más productivos. Por ende, en promedio, no usan beneficios del sistema social, sobre todo salud y pensiones que son los servicios más costosos. Si bien un porcentaje de los migrantes tienen familia o están convocando a sus familiares para su reunificación y por ello ocupan recursos del Estado destinados a educación y salud de sus hijos, la gran mayoría llegan solos, por lo que no requieren estos servicios. Esto los transforma en contribuyentes netos.
Además, se debe tener en cuenta que la migración venezolana se incorpora al país a través de redes sociales ya establecidas que cuentan con inmigrantes con mayor tiempo de residencia. Estas brindan información y ayuda para insertarse en el mercado de trabajo, conseguir una vivienda, un subsidio, salud, educación y son una fuerte de contención psicosocial y cultural del migrante y de su familia.
Debido a la concentración en las zonas urbanas, los inmigrantes cobran una mayor visibilidad, que pueden producir reacciones xenófobas y discriminatorias por parte de la población nativa. Como se puede apreciar en este estudio, no es el caso de los migrantes venezolanos que manifiestan un alto grado de satisfacción con los argentinos.
Las premisas de la actual política migratoria de la República Argentina establecen que hay derechos que resultan fundamentales para el hombre por su calidad de ser humano y no por su lugar de nacimiento y que la regularidad migratoria es condición indispensable para que el migrante pueda insertarse plenamente en la sociedad de recepción, lo cual ha permitido y permite una incorporación de esta comunidad migratoria con pleno derecho.
En los últimos meses de 2017 se incrementó la población venezolana en el país (según un estudio realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se estima que la cantidad de venezolanos en Argentina para finales de 2017 era de 57.127) debido a la creciente migración desde Venezuela hacia diferentes regiones del mundo y a que,más allá de las residencias otorgadas por criterios ordinarios (relación laboral, reunificación familiar, etc.), el país aplica a los ciudadanos venezolanos el Acuerdo de Residencia para los Nacionales de los Estados Partes y Asociados del Mercosur*. Mediante la Disposición DNMº594/2018, se extienden los plazos para la presentación de documentación requerida (ej., certificado de antecedentes penales). (Tendencias Migratorias Nacionales en América del Sur. OIM, Regional América del Sur, febrero 2018). Ya para finales de 2018, principios de 2019, la cantidad de venezolanos que han llegado a la Argentina se estima en alrededor de 130 mil, según fuentes de la Organización Internacional para las migraciones.
Las principales conclusiones que pueden extraerse de la muestra analizada son las siguientes:
Se trata de individuos que en su mayoría han venido a la Argentina en los últimos 3 años.
El promedio de edad ronda los 33 años, y una buena proporción ha venido en condición de soltero/a.
El mayor motivo de residencia en la Argentina se corresponde a cuestiones laborales, seguido del estudio.
Al analizar los motivos por los que vinieron al país, de acuerdo al sexo de los entrevistados, se observa una mayor proporción de hombres que declararon venir por trabajo en comparación con las mujeres.
Quienes tenían hasta 25 años al momento de contestar la encuesta, mencionaron motivos vinculados al estudio en una proporción mayor que el resto de los rangos de edades analizados.
Se observa una mayor proporción de hombres que declararon estar exclusivamente trabajando en Argentina, en relación a las mujeres.
El tiempo que llevan viviendo en Argentina aumenta a medida que aumenta la edad de los entrevistados.
Quienes estudian por lo general, lo hacen en carreras universitarias de grado, encontrándose muy satisfechos con el programa curricular y la institución.
No se observa que los entrevistados hayan encontrado mayores dificultades para ingresar al ámbito académico.
Entre quienes están estudiando y de acuerdo al sexo, se observa un porcentaje mayor de hombres que se encuentran estudiando carreras de grado universitario en relación a las mujeres. Estas últimas concentraron más cantidad de menciones en la categoría secundario/terciario que los hombres.
La mayoría de los que trabajan actualmente consiguieron su empleo en menos de seis meses.
Entre quienes declararon estar exclusivamente trabajando en la Argentina, la mayoría consideró que su trabajo actual sumaba experiencia profesional.
Prácticamente la mitad de quienes declararon exclusivamente trabajar se encuentra en su puesto actual hace menos de seis meses.
En cuanto a la remuneración por sexo, se observa una diferencia en la paga a favor de los hombres en relación a las mujeres. Poco más de un tercio de los entrevistados utiliza servicios de salud públicos.
Las situaciones de discriminación dentro de su estadía rondaron el 20%, siendo los jóvenes de hasta 25 años un poco más vulnerables a este tipo de situaciones.
Los círculos de gente con la que conviven son en su mayoría compuestos por venezolanos.
Sin embargo, se observa una mayor integración de venezolanos y argentinos y de otras nacionalidades a medida que aumentan los años de los entrevistados y entre quienes dijeron trabajar y estudiar de forma simultánea.
En términos generales la percepción y la experiencia de ser extranjero en Argentina resultaron altamente satisfactorias/positivas.
A partir de este estudio, se puede afirmar que las migraciones desde Venezuela son una constante que se ha incrementado a partir de 2015 y que se mantiene y mantendrá mientras la situación política y económica de aquel país no se modifique. Los migrantes venezolanos, por lo que se ha visto en este estudio, cuentan con una alta predisposición a integrarse a la sociedad incorporando sus conocimientos, calificaciones, fuerza de trabajo y ese sabor y su sentido del humor que les ha dado su cultura, que los hace al mismo tiempo, tan particulares y tan atractivos.