ECONOMIA
segun informe de la unfpa

Embarazo adolescente: al Estado le cuesta $ 32 mil millones anuales

Las chicas que tuvieron hijos antes de los 19 años tienen menos chances de terminar el secundario y de trabajos estables. El 36% de los hogares del país es sostenido por mujeres.

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Datos. La presentación del estudio. Solo el 38% de esa población completó estudios superiores. | Gza. UNFPA

En Argentina, las adolescentes que tuvieron un hijo tienen menos probabilidades de terminar sus estudios secundarios, se ven más afectadas por el desempleo y permanecen más tiempo en el hogar dedicadas a tareas domésticas y de cuidados.

Esos datos forman parte de la investigación “Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en Argentina”, presentada esta semana por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia de la República Argentina (ENIA), en el Ministerio de Salud de la Nación.

Esta investigación compara las trayectorias laborales y educativas de las mujeres que tuvieron una hija/o “en edad temprana” (entre 15 y 19 años) con quienes lo hicieron en “edad adulta” (entre los 20 y 29 años).

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Según los resultados, las chicas que dieron a luz en la adolescencia registran menor probabilidad de terminar estudios secundarios (solo el 38% de estas mujeres completó la educación secundaria contra el 55% de quienes la/o tuvieron después de los 20 años) y permanecen más en el hogar dedicadas a tareas domésticas y de cuidados.

Desempleo: Además, las adolescentes que tuvieron una hija/o a temprana edad se ven más afectadas por el desempleo: registran niveles de desempleo un 21,4% mayores que quienes las/os tuvieron en edad adulta.

La situación es preocupante si se tiene que en cuenta que en Argentina siete de cada diez embarazos de adolescentes de entre 15 y 19 años son no intencionales. Medida en dinero, esta problemática significa casi 32 mil millones de pesos en un año. De ese monto, la mayor parte (68%) es atribuible a la pérdida de ingresos generados por las brechas que enfrentan las mujeres que fueron madres “tempranas” en el mercado laboral: tener un hijo/a o más antes de los 20 años afecta notablemente la posibilidad de terminar sus estudios secundarios, acceder a la universidad e insertarse en el mercado de trabajo. El 32% restante corresponde a los costos que afronta el Estado tanto en términos de gastos directos en atención médica como de ingresos que deja de percibir por impuestos.

Esta inversión podría estar destinada a la prevención y sería suficiente para garantizar oferta plena, integral y gratuita de todos los métodos anticonceptivos para todas las mujeres del país que lo requirieran.

La presentación estuvo a cargo del ministro de Salud Ginés González García, la directora nacional de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud de Nación, Valeria Isla; Federico Tobar, asesor regional en insumos de salud reproductiva de la oficina para América Latina y el Caribe de Unfpa, y Mariana Isasi, oficial de enlace de ese organismo, entre otros.

Sostén. El 36% de los hogares argentinos tiene una mujer como principal sostén de hogar (PSH), una situación mucho más frecuente en los sectores más vulnerables: mientras que en el 10% más rico de la población solo uno de cada cuatro hogares tiene una mujer como PSH, en el 10% de los ingresos más bajos, ellas encabezan el 55% de los hogares. Estos hogares de menores ingresos encabezados por mujeres son frecuentemente monomarentales, compuestos por una mujer e hijas/os.

Estos datos forman parte del trabajo “8M: la autonomía económica de las mujeres va más allá del mercado laboral”, del Programa de Protección Social del Cippec, que ahonda sobre los desafíos pendientes en materia de derechos de las mujeres, particularmente en el goce de su autonomía económica. “En los sectores más pobres, donde la participación laboral de las mujeres es más baja, ellas son con mayor frecuencia quienes realizan el mayor aporte de recursos al hogar.

En cambio, en los hogares más ricos, la brecha en la participación entre varones y mujeres es casi nula, pero sí existe una diferencia de ingresos que favorece en mayor medida a los varones, según  sostiene el trabajo de Cippec.

Desigualdades en el cuidado

La tasa de empleo femenino –según la Encuesta Permanente de Hogares del Indec del tercer trimestre de 2019– es del 44%, en contraposición a la del hombre, que es del 64%. Esta disparidad en la fuerza laboral tiene múltiples factores. Uno de ellos se desprende de la cantidad de horas que la mujer ocupa en tareas no remuneradas, como el cuidado del hogar y de otras personas.

Los datos se desprenden de un estudio de la consultora Opinaia de marzo pasado, que mostró cómo la mujer es la principal responsable de la limpieza del hogar en la Argentina: las mujeres pasan un 50% más de horas realizando estas tareas.

Mientras que las mujeres declararon pasar casi 13 horas semanales en tareas domésticas, los hombres invierten 8 horas semanales. Son casi 4 horas semanales más de limpieza realizadas por mujeres en convivencia con hombres.