ECONOMIA
vencieron los contratos

Licitan concesiones clave durante la campaña

Trenes interurbanos, el subte, el Puerto de Buenos Aires y la estación de micros de Retiro suman negocios por más de US$ 5 mil millones. Participan empresas de procesados en la causa de los cuadernos. Se definen antes de fin de año.

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Postergados. Las quejas por mal servicio son un punto en común entre la terminal de Retiro, el Urquiza y el subte. | cedoc

Aunque Mauricio Macri dará pelea por la reelección, un segundo mandato es un tema incierto. Sin embargo, su administración define sobre fines de este año nuevas concesiones en áreas estratégicas de transporte, como ferrocarriles y el puerto de Buenos Aires. Fuera de la esfera nacional, el foco está puesto sobre la dilatada definición del subterráneo en la Ciudad de Buenos Aires, hoy en manos de Metrovías a fuerza de prórrogas anuales.

Transporte convocó a la licitación internacional para la concesión, operación, mantenimiento y obras de mejoras en las líneas de trenes metropolitanas Belgrano Norte y Urquiza, con la operación por los próximos 15 años. El Belgrano Norte, concesionado a Ferrovías, de Gabriel Romero, transporta 95 mil pasajeros diarios y une Pilar en el noroeste bonaerense, con Retiro. Romero forma parte del “club de los arrepentidos” de los cuadernos y reconoció haber pagado coimas por US$ 600 mil.

 El Urquiza, con cabecera en General Lemos, San Miguel, llega a Federico Lacroze, en Chacarita. La concesión es de Metrovías (Grupo Roggio). Transporta a diario unos 75 mil pasajeros. Las concesiones datan de mediados de los 90 y fueron extendidas para preparar esta licitación.

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La licitación apunta a recortar el gasto del Estado en cubrir gastos de operación. Para este año se estimó un rojo del sistema ferroviario de $ 29 mil millones, a cargo del Tesoro.

Bajo tierra. Cuando Macri ganó la presidencia en 2015, el plazo de concesión para Metrovías en el subte estaba a punto de terminar. Pese a que su sucesor, Horacio Rodríguez Larreta, es uno de sus más estrechos colaboradores, el cambio de equipos en la Ciudad fue la justificación para prolongar el servicio en manos del Grupo Roggio. Su ex titular, Aldo Roggio (renunció a la presidencia después de quedar como “imputado colaborador” en la causa), es uno de los empresarios que están siendo investigados en el marco de la causa de los cuadernos pero también es candidato a quedarse con la nueva concesión del “metro” porteño por los próximos 15 años. Todavía no se conocen las ofertas económicas para la operación de este servicio, aunque en el sector estiman que representarán unos US$ 2 mil millones. En la pelea también está Helport, de Corporación América, que también tiene a Hugo Eurnekian, sobrino de Eduardo, en la causa que fue elevada a juicio oral esta semana. La tercera empresa en la pelea es la operadora del metro de París, RAPT.

Foco de denuncias por abandono e inseguridad, la terminal de ómnibus de Retiro es otra de las áreas que salieron a licitación. En este caso, el Ministerio de Transporte, que dirige Guillermo Dietrich, calculó la inversión en $ 1.000 millones.

La concesión de la terminal la tiene, desde hace 25 años, TEBA, de Néstor Otero, un empresario que también fue acusado por el pago de coimas y detenido por orden del juez Claudio Bonadio, aunque después fue excarcelado.  

El proyecto, de Nación y Ciudad, prevé que las 12 hectáreas de superficie renueven las boleterías y accesos, baños y servicios para los pasajeros.

“El nuevo código de planeamiento de la Ciudad da lugar al establecimiento de nuevos comercios o locales comerciales minoristas y permite alojamientos hoteleros”, indicó el ministerio.

Un plan de US$ 1.500 millones para la terminal portuaria

Buena parte del comercio exterior argentino pasa por el Puerto de Buenos Aires, una plaza que incluso es eje de históricos reclamos por sus ingresos. El mes pasado, el Gobierno abrió la licitación para operar esta terminal por los próximos cincuenta años. Las ofertas se conocerán a principios de octubre.

El plan de modernización, que arranca con un monto de US$ 760 millones que solo incluye las obras por los próximos diez años, fue presentado en diciembre del año pasado. Allí, se estimó que la inversión total debería rondar los US$ 1.500 millones. El nombre de Nicolás Caputo, el amigo del alma de Mauricio Macri, está asociado a esta obra. Bajo su rol de cónsul en Singapur, fue sindicado para atraer inversores y una firma de ese país ya se presentó como interesada. Se trata de la Singapur Investment Corporation, un fondo soberano que tiene un bajo nivel de inversión en América Latina.

En la elaboración del plan también trabajaron con el Puerto de Rotterdam. La concesión se extendió hasta mayo de 2020 para unificar la operatoria de las tres terminales actuales que se busca fusionar en una operación.

A raíz del anuncio, los gremios advirtieron que esa unificación, junto con la incorporación de nueva tecnología, puede poner en riesgo unos 3 mil puestos de trabajo. Para que la licitación avance, se incluyó en los pliegos una cláusula que impide despedir trabajadores por un plazo de veinte meses posteriores al otorgamiento de la concesión.

Promesa. “La renovación de la infraestructura portuaria duplicará la capacidad actual de carga y contará con un diseño flexible, adaptable a las necesidades del mercado de una manera más competitiva y sustentable”, según la explicación de Transporte. En la línea del Paseo del Bajo porteño, aseguran que “el proyecto generará nuevos espacios verdes y recreativos para la comunidad”.