El Gobierno mejorará en los próximos días el ingreso de las distribuidoras de gas. Descartada –en plena curva de ingreso a la recta final de las elecciones de octubre– la posibilidad de aumentar las tarifas residenciales, Nación instrumentará un mecanismo para subsidiar a las empresas del sector a fin de evitar el virtual quebranto de la cadena de pagos del sector. Es que pese al aumento de las boletas de gas aprobado en abril del año pasado, distribuidoras y transportistas –un grupo integrado por Metrogas, Camuzzi, Gas Natural BAN, TGN y TGS, entre otras– acumulan una deuda de más de $ 1.500 millones con los productores. Las principales perjudicadas son YPF, Total, Wintershall y Pan American Energy (PAE). El subsidio intentaría cubrir ese rojo.
A raíz de eso, y en una medida ajena al protocolo kirchnerista, muy poco ameno con las comunicaciones por escrito e institucionales, las petroleras enviaron el lunes pasado una carta al Gobierno en busca de una solución. Algunas empresas incluso barajaron iniciar acciones en la Justicia contra distribuidoras para reclamar el cobro del dinero adeudado.
Frente a ese contexto, el Ministerio de Economía, que conduce Axel Kicillof, ya dio el visto bueno para habilitar una mejora en la remuneración que reciben las firmas gasíferas. En la práctica, se terminará subsidiando a las distribuidoras sin tocar al cliente. Se trata de un camino similar al implementado hace algunos meses para las distribuidoras eléctricas, cuando se fijó un nuevo cuadro tarifario cuyo pago corre por cuenta del Estado.
La medida alcanzaría también a las transportistas de gas, TGN y TGS, que atraviesan una situación económica delicada porque, a diferencia de las distribuidoras, el año pasado no recibieron ninguna mejora en sus cuadros tarifarios. “En los próximos días se publicará en el Boletín Oficial una resolución del Enargas (ente regulador) y otra del Ministerio de Economía que explicarán la metodología”, aseguró a PERFIL una fuente gubernamental. El subsecretario de Combustibles, Gastón Ghioni, un funcionario de confianza de Kicillof, fue el encargado de analizar los números del negocio gasífero.
Una situación que afecta a YPF
La deuda de distribuidoras y transportistas con los productores se empezó a tornar inmanejable desde fines del año pasado cuando –por la fragilidad de su caja– algunas distribuidoras dejaron de pagar el gas adquirido a productores. Metrogas, la mayor distribuidora del mercado, que es controlada por YPF, dejó de abonar el noviembre del año pasado la factura a favor de algunos productores. Ecogas y Litoral Gas son otras de las compañías complicadas. Gas Natural BAN y Camuzzi Gas Pampeana están en una situación un tanto más controlada.
Es una situación similar a la que viven también las distribuidoras eléctricas, que acumulan hace meses deuda con la coordinadora del mercado eléctrico mayorista (Cammesa), y que las obliga a pedir con frecuencia ayuda al Estado, sobre todo cada vez que tienen que cerrar sus balances.