Una economía distorsionada: una pizza vale lo mismo que 200 boletos de tren

Las distorsiones pendientes en los precios, producto de la intervención del Gobierno Nacional en el mercado, a partir de las diversas medidas económicas, "serán un verdadero problema para el próximo presidente y para todos los argentinos", advirtió la consultora Focus Market en un reciente informe.

El documento revela que, debido a los altos niveles inflacionarios y la regulación de precios de la economía, se pueden dar importantes desfasajes en múltiples aspectos, algunas con diferencias que, a simple vista, pueden impactar: por ejemplo, que una pizza valga lo mismo que 200 boletos de tren, o bien, que con lo que sale un kilogramo de yerba se pueda pagar una boleta de luz o que conseguir 20 litros de nafta súper tenga el mismo costo que un kilogramo de uvas.

"Argentina viene tomando como política pública hace más de 15 años la intervención en el mercado con la regulación de precios. Esto ha llevado a menos mercado con más altos precios sin abordar las causas fundantes de la suba de precios en nuestro país. Ningún bien que se lo desee en cantidad y calidad puede ser ofrecido a un precio por debajo de su valor ni subsidiado por encima de las posibilidades del gasto público", sostuvo Damián Di Pace, Director de la entidad.

El escrito habla de "distorsiones pendientes" ya que, tarde o temprano, éstos perderán su regulación actual y sufrirán una actualización relativa a los valores y al IPC real mientras, valga la redundancia, estuvieron intervenidos total o parcialmente, dependiendo el caso. Allí, sus precios pegarán un salto significativo, impulsado la ya alta inflación en Argentina, de dos dígitos mensuales en dos de los últimos tres meses.

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Diferencias entre Precios Justos y los valores reales de mercado

Uno de los puntos claves en este sentido pasa por el programa Precios Justos, impulsado por el Gobierno para garantizar la venta de ciertos elementos de consumo masivo a un valor fijo o con una variación de incrementos previsible.

En este sentido, la distorsión artificial creada por la iniciativa "nos deja una brecha de más del 100%" entre productos dentro y fuera de la misma, aclaró el escrito.

Para tomar de ejemplo, un paquete de fideos o una tapa de asado tiene un valor, en Precios Justos, de $196 y $1616, respectivamente, mientras que en el supermercado de barrio se pueden encontrar a $439 y $3409, mostrando así diferencias de 127% y 111% entre un punto de venta y otro.

"Desde 2014, con diferentes nombres fantasías, se viene interviniendo en los precios de los bienes de consumo masivo. Sin embargo, la inflación acumulada en ese mismo período fue de 4659%", explicó Di Pace.

"Mientras se intentó ajusticiar a los precios, la emisión monetaria, que tiene como contrapartida la pérdida de valor de nuestra moneda, no encontró en el equilibrio fiscal un socio que termine con la inflación y los cepos, en forma sostenida, han generado escasez de dólares y mayor pérdida de valor del peso frente a la divisa norteamericana", agregó.

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Distorsiones que afectan también a servicios: gas, luz, prepagas y alquileres

Aunque esta desfiguración de valores no solamente afecta solo a los bienes, sino también a los servicios.

Por mencionar, se encuentra el gas, con una tarifa subsidiada en $2000 por parte del Estado, mientras en un hogar en donde se paga la plena tiene un valor de $9800 por el mismo consumo. En la luz, por su parte, mientras un hogar con subsidios por ingresos bajos abona $3.051 por el consumo de 300 KWH, una casa sin ese aporte estatal tiene que 'gatillar' $11.533 por la misma cantidad de energía.

A su vez, integra la lista las prepagas, con aumentos regulados por el Gobierno que han generado, a raíz de esto, múltiples complicaciones, como dificultades en el financiamiento de la cadena de suministro a, por mencionar, las farmacias que atienden a este tipo de servicios privados, o la aplicación de copagos por parte de médicos. En este caso, mientras algunos están pagando $31.315 por su obra social, otros abonan $43.319 por el mismo servicio.

Se suman los alquileres, con una Ley de Alquileres recientemente modificada vía Congreso, y que también sufren una fuerte distorsión de precios entre el precio de una vivienda en alquiler frente al valor que requiere una renovación de contrato, "producto de los riesgos y pérdidas para el propietario que genera la misma", aclara el informe.

Tomando el caso de un departamento de dos ambientes, con el retraso de la Ley de Alquileres 'obtener las llaves' equivale a un valor de $120.000, mientras que si se intenta renovar el contrato del mismo haría falta desembolsar $250.000. Es decir que la brecha actual equivale a más del 100%.

RS / LR