Es importante reflexionar sobre el término “pornografía infantil” y el mal uso de la palabra “pornografía”. Es un término que se naturalizó, pero que al referirse a la infancia se refiere a un delito que penaliza no solo la distribución sino la tenencia de pornografía infantil, según lo sancionado en la Ley 27.436, modificatoria del Art. 128 del Código Penal de la Nación. Antes de esta ley la simple tenencia era considerada una acción privada. Y ¿por qué penar la tenencia? Indudablemente el que colecciona pornografía infantil, colecciona imágenes y videos de menores de edad en conductas sexuales explícitas, y cada vez quiere más, más y más. La demanda genera la oferta, la oferta genera la necesidad de producción y la producción lleva al abuso sexual. La tenencia de una imagen de un niño que está siendo abusado sexualmente es claramente una violación a la integridad sexual del menor. Cuanta más demanda, más se genera indirecta y directamente el abuso sexual infantil.
Para investigar primero hay que conocer de qué se trata, es muy difícil investigar si desconocemos a qué nos enfrentamos.
Los pedófilos poseen su propia simbología para identificarse ante su comunidad, para dar a conocer sus preferencias sexuales, indicar el menor “disponible” o el material al que puede dar acceso. Cada símbolo tiene un significado diferente, aunque todos transmiten el mensaje subliminal de algo grande que contiene algo pequeño. A partir de una investigación del FBI (Agencia Federal de Investigación e Inteligencia de Estados Unidos) se elaboró una guía de estos símbolos. Un triángulo azul que contiene otro triángulo azul representa el “amor por los niños”, si las líneas son finas preferentemente niños pequeños y si no, más grandes. Un corazón rosado conteniendo un corazón más pequeño representa el “amor por las niñas” pequeñas. Una mariposa de cuatro corazones bicolor representa el “amor por las niñas y niños” en cualquier rango de edad sin importar su género sexual. Sin dejar de lado el símbolo universal del pedófilo representado por una figura de un oso de color café que representa cariño, llamado “pedobear”.
Orgullo. Como si fuera poco tienen un día de festejo, desde 1998 se convoca al Día Internacional del Amor por los Niños, también conocido como Día del Orgullo Pedófilo. Festejo cuya información podrán encontrar sin necesidad de acceder a lo más profundo de la web, simplemente haciendo una búsqueda en Google. La fecha fijada es el primer sábado después del solsticio de verano, teniendo en cuenta los dos hemisferios, la celebración se realiza dos veces al año, donde se organizan como minoría sexual y no autores de un delito. En Argentina esto pasa entre el 23 y 24 de diciembre, mientras todos se preparan para celebrar la próxima Navidad en familia y amigos, en internet se están distribuyendo grandes volúmenes de pornografía infantil.
Los pedófilos tienen sus técnicas, tácticas, estrategias, pertenecen a comunidades en la red donde se aconsejan sobre cómo acceder, distribuir o producir dicho material e incluso cómo tratar o generar proximidad con sus víctimas para lograr el material deseado. Los pedófilos no solo consumen, no basta con mirar online o descargar el material. Existen organizaciones de delincuentes dedicados a la producción y comercialización de material de pornografía infantil. Nos enfrentamos a delincuentes que se capacitan y especializan día a día, migrando de tecnologías continuamente.
Forman comunidades especiales cuya membresía involucra el envío de material innovador no existente en la red, comercializan el material a través de la venta con criptomonedas, aplican técnicas para ocultar las imágenes o manipularlas para no ser detectadas a simple vista o técnicas de falsificaciones dentro de videos y utilizando palabras claves o tecnologías para lograr su anonimato.
Dark web. Existe un gran mercado de material en sitios de pornografía infantil que no se encuentran fácilmente en internet. Sino que utilizan la dark web la que comprende contenido anónimo y cifrado al que se accede mediante redes, como Tor, I2P o FreeNet, que posibilitan la navegación anónima ocultando la ubicación, identidad y evitando que gobiernos o empresas puedan rastrear e identificar a la persona desde dentro de esta red. En este punto es importante diferenciar con la deep web, que se refiere a todo el contenido que no está indexado en los buscadores habituales Google, Yahoo, Bin. La dark web es un término que suelen confundir con la deep web, pero que básicamente es una parte de ella. En la dark web existen mercados negros de todo tipo, donde se venden de forma ilegal variedad de productos y servicios, drogas, armas, datos personales, tarjetas de créditos, servicios de hackers, trata de personas y pornografía, entre otras modalidades delictivas.
Una modalidad que están utilizando los pedófilos, es volver a utilizar las redes de intercambio de archivos P2P, redes “peer to peer”, entre pares, en lugar de los sitios de descarga directa. Programas como eMule, eDonkey o Torrent, que funcionan contactando a los usuarios de una red con los contenidos que los demás tienen en sus propias computadoras, las cuales forman una red de nodos de contenidos sin roles fijos, pudiendo ser tanto receptores como proveedores de material.
Whatsapp. Aun así, en la actualidad existe material de pornografía infantil que se intercambia a través de redes sociales conocidas, a través de las cuales los pedófilos comparten enlaces (links) de acceso a material de pornografía infantil, utilizando combinaciones de palabras claves o accesos encubiertos en videos. A medida que esos links dejan de estar disponibles, colaboran entre sí para ir pasándose nuevos links, incluso a enlaces de grupos de Whatsapp, a los cuales con un solo “click” se accede, migrando así también a los servicios de mensajería instantánea.
La gran mayoría de los casos de pornografía infantil que llegan a la Justicia argentina lo hacen a través de la ONG estadounidense Ncmec (The National Center for Missing & Exploited Children), con el objetivo de ayudar a prevenir y disminuir la explotación sexual infantil a través del uso de la tecnología. En EE.UU. existe una Ley Federal que obliga a todas a las empresas proveedoras de servicio de internet a reportar y denunciar los casos donde sus clientes suben material de pornografía infantil, fotos o videos de un niño siendo abusado y deben reportarlos a esta ONG. Se reciben reportes de Google, Microsoft, Whatsapp, Facebook, Twitter, Instagram, etc.
El Ncmec tiene convenio con muchísimos países del mundo para poder poner inmediatamente en conocimiento cuando ocurren estos incidentes de tráfico y distribución de pornografía infantil. Argentina tiene un convenio con dicha ONG desde el año 2013, por lo cual se reciben reportes del Ncmec con los casos de circulación de pornografía infantil que involucran a nuestro país, es decir originados por el accionar de usuarios localizados dentro del territorio argentino.
Los reportes de Ncmec tienen categorías que permiten advertir la urgencia de los casos, según se pueda presumir que el menor está en situación de peligro, por ejemplo, si está siendo abusado en un video en vivo, si el menor está o no al alcance o en contacto con el pedófilo o son denuncias de las prestadoras de contenidos de internet.
Fiscalías. El Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires institucionalmente ha firmado este convenio para la recepción de estos reportes por parte de los Cuerpos de Investigaciones Judiciales, quienes los reciben, comienzan los primeros pasos de la investigación y lo derivan para su investigación de acuerdo con la competencia jurisdiccional que corresponda. Desde octubre de 2014 se creó la Red 24/7, es una red de puntos de contactos distribuidos en todo el país, que funciona las 24 horas los 365 días del año, que se encarga de la derivación de casos a otras jurisdicciones fuera de la Ciudad de Buenos Aires, en especial aquellos en que las medidas de protección de las víctimas menores resultan urgentes.
Por otro lado, también se reciben denuncias directas de pornografía infantil en las fiscalías, las cuales son realizadas por personas vinculadas directa o indirectamente a menores afectados o que han recibido algún tipo de material de pornografía infantil, entre otros casos.
Se debe considerar la cifra negra existente, que son esas denuncias que nunca llegan a la fiscalía, no se judicializan, quedan en el núcleo de la familia o personas de confianza, por desconocimiento, porque no creen en la Justicia o simplemente porque quieren “guardar el secreto”.
Cada uno de los reportes del Ncmec informan el número de IP (Protocolo de Internet) desde donde se transmitió el contenido, junto con la fecha, la hora exacta y la ubicación aproximada. Los investigadores verifican a qué proveedor de internet pertenece esa IP y se comunican con el proveedor para que le aporte datos del usuario de la IP registrada y conseguir la dirección física asociada. Si bien la dirección IP es un número que identifica de forma única el acceso que un proveedor da a un dispositivo para acceder a internet, esta asignación en la mayoría de los casos es dinámica y por eso para identificar el dispositivo de acceso es fundamental contar con la fecha y hora exacta de conexión.
Bajo el acuerdo de autoridades de diferentes países se generó el Proyecto VIC a través del cual se mantiene una base de datos única de información y material de pornografía infantil actualizada. El proyecto utiliza tecnologías innovadoras de empresas como Netclean y Microsoft PhotoDNA y otros para permitir a los investigadores clasificar material conocido. Las imágenes son identificadas unívocamente a través de un Hash, una cadena alfanumérica de longitud fija que solo puede volver a crearse con esa misma imagen, posibilitando la búsqueda de una copia exacta de una imagen. Cualquier mínima modificación de la imagen, variará su hash. En ese caso, Microsoft PhotoDNA brinda una tecnología que posibilita la búsqueda de imágenes por similitud, permitiendo detectar imágenes que hayan sufrido variaciones a partir de la imagen original.
Evidencias. Posteriormente a los allanamientos, comienza el análisis del contenido de los equipos secuestrados, sean computadoras de escritorio, notebooks, celulares, etc. En la actualidad abundan los discos, tarjetas MicroSD, pendrives y celulares de gran capacidad conteniendo Giga o Tera Bytes de información los que deben ser analizados y categorizados. Un solo terabyte podría tener miles de fotos y videos, según la calidad, tamaño y formato de los archivos. En ese sentido existen programas especializados para el tratamiento de la evidencia digital de delitos sexuales a menores, que permiten procesar eficientemente grandes volúmenes de imágenes, identificar material relevante, categorizar y relacionar imágenes y videos de pornografía infantil, imágenes de víctimas, de lugares, objetos o personas vinculadas. Las categorías se basan tanto en el rango de edad de la víctima como el nivel de desnudez de la imagen. Estos programas permiten integrar sus búsquedas con bases de datos de pornografía infantil.
La disponibilidad, integración y uso de estas tecnologías colaborativas son indispensables para la asistencia en la clasificación a través de un software, aunque de todos modos para determinar si una imagen contiene o no pornografía infantil siempre implica un trabajo y una verificación manual de manera de evitar resultados equivocados. No existe la automatización completa y ese es el motivo por el cual las investigaciones involucran un gran tiempo de análisis.
Para enfrentar este tipo de delitos se necesita un trabajo en equipo y multidisciplinario donde abogados, peritos, investigadores y diversos profesionales trabajan para dar con la ubicación e identidad de los delincuentes aplicando los procedimientos de tratamiento de la evidencia digital que cumplan con los requisitos legales para que no sean cuestionables en un juicio, como también para la identificación de las víctimas. Se debe tener tener muy presente que, si se cometen errores en la investigación o las pericias informáticas realizadas, un menor puede no tener justicia.
*Especialista en Criptografía y Seguridad Informática y en Informática Forense.