Leandro Busatto: "La diferencia entre el peronismo en Córdoba y Santa Fe es que en Córdoba se emanciparon de lo nacional"
El precandidato a gobernador de Santa Fe criticó el liderazgo de Omar Perotti y opinó sobre la interna del PJ. "La sobreabundancia de candidaturas se contrapone a la escasez de ideas y de propuestas", afirmó.
Leandro Busatto |
EL Ciudadano
Leandro Busatto, precandidato a gobernador de Santa Fe, planteó que uno de los principales problemas santafesinos es la seguridad y el narcotráfico. “Uno va a un barrio y la gente piensa que la policía es parte del problema, no parte de la solución”, reconoció en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Esta semana se produce el cierre de listas a nivel nacional. ¿Cómo impacta en la provincia de Santa Fe que Unión por la Patria no haya conseguido un candidato único?
Nosotros estamos acostumbrados, de alguna manera, a tener diferentes listas. No nos resulta ajeno el hecho de que no se haya logrado un candidato único. De hecho, el sistema de PASO a nivel nacional se implementó después de que tuviera un precedente en la provincia de Santa Fe en 2007, y fue adoptado por Néstor Kirchner a partir de ese momento, demostrando ser efectivo.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
El problema que enfrenta el Frente de Todos, o Unión por la Patria, y el peronismo en general, no radica tanto en las diferencias entre los dirigentes, sino más bien en la necesidad de generar un programa que se ajuste a las expectativas de la gente.
Es crucial obtener resultados positivos, en términos sociales y económicos, para que estas disputas internas pasen a un segundo plano. El verdadero problema es que la agenda de los dirigentes no siempre coincide con las necesidades de la gente.
Desde la provincia de Santa Fe, mi aspiración es contribuir a que Unión por la Patria pueda generar un programa que despierte expectativas en los santafesinos y en muchos argentinos que esperan un gobierno que priorice mejorar la calidad de vida de los trabajadores y productores.
¿Nos podría hacer una especie de “cuadro sinóptico” para entender el peronismo santafecino?
El peronismo llegó a la provincia después de 12 años en 2019, mediante un proceso de unidad fuerte que permitió a Omar Perotti, quien había sido candidato dos veces anteriormente, ganar las elecciones y asumir como gobernador en 2020.
Después de una gran elección en 2017 por parte de Unidad Ciudadana, liderada por Agustín Rossi, creímos que era importante crear nuestras propias candidaturas en función de la necesidad de unidad. En aquel momento, estuve cerca de competir como precandidato a gobernador, pero no lo logré, así que decidimos acompañar a Perotti.
Perotti asumió en 2019 con la idea de no solo gobernar la provincia, sino también liderar el conjunto del peronismo. Sin embargo, optó por un peronismo que reflejara su imagen, dejando de lado la diversidad que le había permitido convertirse en gobernador y aprovechar el potencial de todos los sectores del peronismo. Tres años y medio después, esta atomización y fragmentación se reflejan hoy, claramente, en el armado de listas.
En las elecciones actuales, hay cuatro candidaturas a gobernador del peronismo: Marcelo Lewandowski, quien está en una virtual alianza con el gobernador y representa una continuidad de su gestión; Eduardo Toniolli, del Movimiento Evita; Marcos Cleri, de La Cámpora; y yo, como candidato de la Corriente Nacional de la Militancia, históricamente vinculado a Agustín Rossi.
Ante la falta de conducción del gobernador hacia el conjunto del peronismo, hemos decidido avanzar en esta nueva etapa, discutiendo algunas características importantes. Una de ellas es la aparición de un recambio generacional incipiente, donde yo, con 43 años, y otros dos candidatos menores de 45 años, representamos un cambio.
Además, estamos empezando a discutir no solo los problemas presentes, sino también trabajar en soluciones futuras. Asimismo, buscamos conformar un peronismo mucho más heterogéneo, donde la diversidad sea una condición valorada y favorable.
La comparación entre el peronismo cordobés y santafecino
¿Qué relación encuentra entre el peronismo cordobés, exitoso electoral y gubernamentalmente, y el peronismo de Santa Fe, que se comporta de manera más errática teniendo, podríamos decir, condiciones de producción y de producto bruto muy parecidas?
El peronismo cordobés funcionó primero como una alianza estratégica entre De la Sota y Schiaretti, que solo se quebró el día que murió De la Sota.
Un espacio político que logró vertebrar un andamiaje de poder institucional muy fuerte en la provincia, lo cual le permitió también construir una política de estado a partir de una serie de reformas significativas.
La diferencia de Santa Fe es un manejo mucho más acertado en la seguridad, entre otros aspectos. A diferencia de Santa Fe, el peronismo cordobés tiene un manejo mucho más federal de la obra pública y defiende claramente los intereses de la provincia, alejándose de lo que ocurre a nivel nacional en Argentina.
Yo creo que eso es muy difícil, nosotros no creemos que a Santa Fe le pueda ir bien si le va mal a la Nación. Lo que sí creemos es que la idea de construir un nuevo federalismo, pendiente desde la reforma constitucional del '94, es una asignatura pendiente de la política en general. Y obviamente, hay una puja política económica de intereses para que Argentina deje de ser un país macrocefálico, viviendo solo para y por Buenos Aires.
De todos modos, la diferencia entre el peronismo en Córdoba y Santa Fe es que en Córdoba se emanciparon de lo nacional, mientras que nosotros nos seguimos considerando parte de un proyecto nacional y popular.
El kirchnerismo, que ha sido parte del andamiaje y la conexión que ha tenido el peronismo con el proyecto nacional,no ha tenido mucha incidencia en el electorado cordobés.
En Santa Fe, sin embargo, ha tenido más incidencia, principalmente debido a la experiencia histórica, especialmente de la mano de Agustín Rossi, quien ha sido siempre un factor de desequilibrio en la balanza. Aunque no le ha permitido gobernar, nos ha permitido tener muy buenas elecciones y obtener un porcentaje de representatividad importante dentro de la interna del peronismo.
Las elecciones en Chaco
El norte de Santa Fe se emparenta un poco más con la vecina provincia del Chaco. ¿Cuál es su reflexión de las elecciones en esa provincia?
Ayer hubo una primaria. Las primarias posicionan determinadas coyunturas, pero no califican ni el trayecto de un gobierno ni el trayecto de un dirigente político. El gobernador actual fue el más votado en la interna del Frente de Todos y el más votado en general. Pero obviamente, hay una lucha muy competitiva en Juntos por el Cambio, por lo que me da la impresión de que va a ser una interna muy reñida hasta las elecciones generales.
El norte santafesino, como usted menciona, tiene características muy similares al Chaco. Lo que necesitamos hacer también es empezar a mirar el país con la vocación de respetar la fisonomía y los procesos identitarios de cada espacio, tratando de darle a esos lugares una mayor presencia del Estado para corregir algunas asimetrías.
Santa Fe es una provincia muy diferente al resto de las provincias en Argentina, ya que tiene cuatro o cinco regiones bien diferenciadas con problemáticas muy puntualizadas y necesidades muy diferentes.
No es lo mismo, como usted mencionó, vivir en el norte donde falta industria, luz, gas, agua y conectividad, que vivir en la Pampa húmeda al sur, donde hay una importante actividad agropecuaria y una fuerte presencia de la industria metalmecánica, o en las ciudades portuarias como Rosario o San Lorenzo, donde hay más actividad económica y un crecimiento industrial incipiente.
Me parece que en este momento de la política lo que debemos hacer es entender esas singularidades para no errar en el diagnóstico y, principalmente, en las propuestas.
Creo que el peronismo en general, y esto es una crítica constructiva, en los últimos años no ha tenido tanto respeto por las autonomías ni por la fisonomía de cada provincia o territorio, y cuesta encontrar una versión federal en serio.
Lo digo con mucho respeto, a veces pesa más, en el peronismo nacional, un intendente del Gran Buenos Aires que un gobernador de una provincia del interior, y eso, al menos para mí, no está bien.
Claudio Mardones (CM): Repasando un poco las coyunturas en algunos distritos, hasta en que el peronismo se presentó con una multiplicidad de candidatos fue en las PASO mendocinas, el resultado fue una de las peores elecciones en su historia.
En el caso de Santa Fe, salvando las distancias y considerando que, a diferencia de en Mendoza, allí son gobierno, ¿qué perspectivas tiene usted respecto a esta multiplicidad de candidatos? El resultado en Mendoza imagino que fue preocupante. ¿Cómo lo vivieron en Santa Fe?
También lo vivimos con preocupación. Yo valoro la idea de que las elecciones y las PASO deben servir para motivar más a la militancia y generar competencia saludable en cuanto a quiénes proponemos y cómo lo haremos.
A mí me parece que la sobreabundancia de candidaturas se contrapone a la escasez de ideas y propuestas, y creo que el gran problema de la política en este momento es dejar de ser simplemente un lugar cómodo para los dirigentes y volver a ser un lugar cómodo para la gente.
Después, si eso se expresa en dos, tres o cuatro listas, es anecdótico. No veo que el problema esté en la cantidad de listas que se presenten, sino en la falta de un proyecto político con un programa de gobierno contundente, que haga sentir a la gente que la política puede transformar su vida para mejor. Y en mi opinión, lo digo con mucha humildad, probablemente cuando estás en la oposición como en el caso de Mendoza, eso te cuesta mucho más.
En el caso de Santa Fe, estas PASO deben servir para reafirmar lo que el gobierno provincial y el gobierno nacional han hecho bien y, fundamentalmente, comprometernos con los santafesinos para transformar aquellas cosas que se han hecho mal, como es el caso de la seguridad.
La seguridad es lo principal, pero creo que tenemos un proceso de deterioro en materia de seguridad pública que data de hace 15 años en la provincia de Santa Fe, y si no cambiamos los métodos, difícilmente obtengamos resultados diferentes.
Mi valoración es la necesidad de esta interna y la importancia de que sea una interna propositiva.
CM: Hay un tema central que usted nos venía diciendo, no solamente el tema de la seguridad, sino qué hacer con la policía de Santa Fe, una policía cuyo estatuto data de 1975, especialmente este año, con las críticas que se han hecho a la institución.
¿Cree que el panperonismo que compite pueda aunar, aunque sea, una plataforma única en materia de seguridad?
Yo creo que el problema de la seguridad en Santa Fe es un problema principalmente político. Quiero ser contundente en algo: el narcotráfico y el consumo de estupefacientes lamentablemente existen en todos los lugares de Argentina y el mundo.
Sin embargo, lo que no se encuentra en todos los lugares son los niveles de violencia inusitada que vivimos en la ciudad de Rosario y que se han extendido a otros focos de la provincia de Santa Fe. El problema más grave es que la política ha subestimado este tema, y creo que es momento de abordarlo desde otra perspectiva.
Hace aproximadamente un año y medio, Cristina Fernández de Kirchner mencionaba en La Plata la necesidad de trabajar en un plan de Seguridad Ciudadana. En Santa Fe,esta necesidad sigue siendo relevante.
Cada gobierno, desde los tres del Frente Progresista Cívico y Social hasta el gobierno de Perotti, ha seguido su propio libreto y ha fracasado con él. Han intentado construir una política de gobierno hablando únicamente con aquellos con los que se sienten cómodos, ignorando a los actores con los que se sienten incómodos.
Creo que debemos cambiar el método y construir una política de Estado. La política de Estado exige dialogar tanto con aquellos que piensan como uno mismo como con aquellos que piensan diferente. En ese diálogo, debemos proponer cuatro o cinco reformas que se mantengan a lo largo del tiempo, al menos durante 5 o 10 años.
Una de esas reformas debe ser normativa, como lo mencioné anteriormente. La ley de la policía de Santa Fe, del año 1975, es una locura. La ley del servicio penitenciario es de 1978, y no contamos con una ley marco de seguridad pública como ocurre en Buenos Aires o Mendoza. Además, el sistema de Asuntos Internos, que regula la vida interna de la policía, sigue siendo totalmente obsoleto, corporativo y alejado de las expectativas de control ciudadano.
Es necesario reformar la propia policía. Aquí hay un tema que quiero destacar porque me parece crucial: el peronismo, probablemente debido a su experiencia traumática durante la última dictadura cívico-militar, se retiró durante mucho tiempo del debate en materia de seguridad y no supo qué hacer con la policía en casi 40 años.
Creo que es momento, en democracia, de intentar volver a asignarle un lugar a la Fuerza de Seguridad, una que en Santa Fe tiene un proceso de deslegitimación tremendo. Cuando uno va a un barrio, la gente piensa que la policía es parte del problema y no de la solución.
Hay que volver a conocer la policía, hay que reformarla y hay que decir las cosas como son. Tenemos 25,000 hombres y mujeres policías, y nadie va a creer que 1,500 efectivos federales podrán hacer el trabajo que realizan 25,000.
Lo que sucede es que les falta modernización, recuperar las formaciones de seguridad pública, equiparlas con más tecnología y mejorar sus salarios. Esa es una reforma policial que debemos llevar a cabo y construir con aquellos que piensan de manera diferente.
Y luego, hay dos temas más. Debemos elaborar un plan quinquenal de inversiones en áreas culturales, educativas y deportivas. En los barrios, debemos volver a abrir los clubes y las organizaciones vecinales, y trabajar en colaboración con las escuelas en ese sentido. Ahora bien, eso requiere inversión, no ocurre mágicamente.
Estoy proponiendo crear una política deportiva sin precedentes para la provincia de Santa Fe, con la creación de un ministerio y un gran desarrollo en la masificación deportiva, para que los jóvenes pasen más tiempo en los clubes y menos en la calle.
Además, propongo gravar a las cerealeras con ingresos brutos y crear una tasa sobre las exportaciones e importaciones portuarias. Con un 1%, lograríamos financiar7,500 millones de pesos, en valores actuales, destinados exclusivamente al deporte.
Y por último, es necesario llevar a cabo una reforma integral de la Justicia. Santa Fe cuenta con un sistema acusatorio que se vendió como si fuera una Ferrari, una copia del sistema chileno. Sin embargo, no nos dijeron que funcionaba con un montón de Fiats 600. Aún tenemos fiscales en Rosario vinculados a casos de juego clandestino y fiscales en Santa Fe relacionados con problemas delictivos.
Debemos volver a poner a la justicia de cara a la sociedad, porque en la actualidad está de espaldas y se encuentra mercantilizada. Si tenés dinero y un buen abogado, recibís un trato favorable en el sistema judicial, pero si sos hijo de un trabajador y no contás con recursos económicos, probablemente te encuentres deambulando por los pasillos de los tribunales sin obtener ninguna respuesta.
