Pablo Ceriani, titular de Aerolíneas Argentinas, sostuvo que desde el fin de la pandemia se convirtió en un fenómeno global que la gente quiera recuperar los viajes. “Venimos interactuando con Sergio Massa desde el inicio de la gestión, así que es un fortalecimiento de esa relación”, declaró sobre el acto por la reestatización de Aerolíneas que compartieron, en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Nos podrías hacer un repaso de los fondos que el Tesoro Nacional le dio a Aerolíneas Argentinas desde que eras vicepresidente hasta hoy?
La compañía, desde que se reestatizó, venía con una situación comprometida, porque cuando la tomamos hace 15 años estaba prácticamente desmantelada y hubo que reconstruirla de cero. Eso llevó tiempo, amén de las distintas vicisitudes que atraviesa una aerolínea a la que hacen estar siempre con problemas financieros.
En lo que fue la época del 2015 al 2019, lo que se registra son aportes del Tesoro del orden de los 300 millones de dólares, menores a los de antes, que eran del orden de los 400 o 500 millones, en promedio, de 2009 a 2015.
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¿Podríamos hacerlo por año?
Está en la página web de Aerolíneas, no lo tengo acá presente.
¿En números aproximados?
450 millones de dólares por año, en esos años. En la época de Macri bajó a 300 millones por año (algunos años menos, otros más), pero con un crecimiento muy importante de la deuda. En los años que estábamos nosotros los aportes eran mayores pero había más inversión y reducción de deuda, y en los años de Macri había menos aportes, más deuda y menos inversión.
Cuando nosotros llegamos, el nivel de deuda era muy alto. Después nos tocó la pandemia, y ahí nos quedamos sin ingresos durante un año y medio, o con ingresos muy reducidos.
En 2020 tuvimos aportes que habrán sido por 500 millones de dólares, en 2021 un poco más (600 o 650), en 2022 ya bajan a 350 millones, y en lo que va del año hemos consumido 30 millones de dólares.
¿Cómo cambiaste de 300 a 30 millones de dólares?
La industria es así, es muy volátil la cuestión del ingreso. Nos tocaron años muy buenos, donde pudimos acumular reservas, la temporada alta fue muy buena. Desde octubre del año pasado tenemos buena demanda, y lo más importante fue que pudimos poner a volar los aviones con una oferta importante como para captar ese mayor ingreso.
Todavía estamos en una ola muy fuerte, en lo doméstico, pero sobre todo en los vuelos internacionales, porque esa oferta todavía estaba bastante detrás de la oferta pre pandemia, entonces los pocos vuelos que hay tienen tarifas muy atractivas desde el punto de vista de la rentabilidad.
Aparte, todo lo que es el turismo receptivo, que se paga en divisas, nos rinde más que lo que es el turismo interno o de argentinos comprando pasajes, porque ahí tenemos el impuesto país.
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¿Es un fenómeno especial que se da en Argentina o es general que la gente decidió recuperar los viajes?
Es un fenómeno global, que tiene que ver con que hay una crisis en la cadena de suministros que hace que la oferta no pueda acompañar a la demanda. En la región y en todo el mundo, pasa que la demanda es mayor que la oferta, y eso se traduce en tarifas mejores y en una situación de mayor rentabilidad de todas las aerolíneas.
¿Aquellas que competían y quebraban llegaron a la conclusión de que subiendo los precios solucionaban el problema de todas?
Sí, eso sería una manera razonable de verlo, ojalá fuera todo a nivel consciente, pero no es tan así. Con la pandemia se redujo la oferta, algunas aerolíneas desaparecieron y las que quedaron redujeron mucho su oferta por efecto de la pandemia.
¿Y aumentaron los precios?
Claro, cae la oferta y eso hace aumentar los precios. Y ahora todos queremos aumentar la oferta, porque los precios son muy atractivos, y no podemos porque la cadena de suministro de la industria nos impide crecer, porque la producción de aviones a nivel mundial está muy desacelerada.
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¿Sería como si se hiciera una OPEP de todas las aerolíneas donde se pusieran de acuerdo en no volver a aumentar tanto la oferta como para que sea necesario volver a bajar los precios y dentro de unos años terminen todas perdiendo?
Sí, tal cual, pero no es el caso porque es imposible que nos pongamos todas de acuerdo.
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El acto de ayer, junto a la Vicepresidenta, ¿se preparó con anticipación? ¿Tuvo alguna modificación en función de la coyuntura política? ¿Hubiese sido distinto si Sergio Massa no hubiera sido candidato?
Fue un acto muy importante para nosotros porque es, de alguna manera, una reivindicación de una política pública y una concepción del Estado muy fuerte dentro de nuestra fuerza. Y para nosotros, en particular, por nuestra historia personal de haber vivido todo este tiempo y haber asumido nuestro rol a instancias de Cristina Kirchner, y todo el apoyo de ella durante su presidencia, para nosotros era de una significación muy especial.
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Desde el punto de vista del candidato, el Ministerio de Transporte está al mando de funcionarios que vienen del Frente Renovador. Nosotros venimos interactuando con el Frente y con Sergio Massa desde el inicio de la gestión, así que es un fortalecimiento de esa relación con la que nosotros venimos funcionando muy bien.
Era una síntesis perfecta de la sinergia que tenemos con el Frente Renovador, con Sergio en particular, y de la potencia que tiene esta fórmula desde punto de vista electoral y político.
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Alejandro Gomel (AG): Se suele decir que Aerolíneas debería concentrarse en la conectividad dentro del país y dejar un poco los viajes al exterior que son los más caros. ¿Qué se responde a eso?
Buenísimo, entonces los vuelos rentables se los dejo a los demás y yo me quedo con los otros. Ese tipo de cuestiones parten de un desconocimiento de la industria, ya que una empresa se maneja en un concepto de red, donde es una red interconectada de vuelos domésticos con internacionales. Con lo cual, mucho de lo doméstico son pasajeros del exterior que hacen conexión con vuelos internacionales.
Eso le haría daño a la compañía y terminaría generando que tenga más problemas financieros, o sea que es contradictorio con el discurso de que genera mucho déficit.
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Por otro lado, una de las cuestiones importantes que genera Aerolíneas, y está generando ahora gracias al balance de turismo que tenemos, es lo que tiene que ver con traer divisas del exterior. Si las empresas fueran extranjeras esas divisas no entrarían al país, sino que quedarían en sus casas matrices, o sea que sería contraproducente también.
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Primero, las low cost vuelan más ahora que en la época de Guillermo Dietrich y Mauricio Macri, y con más rentabilidad porque no hay guerra de tarifas. Están bastante contentas con la manera en que están operando, lo están haciendo en Aeroparque y sé que lo prefieren antes que al Palomar.
Es verdad que tienen que dividir su operación entre Aeroparque y Ezeiza, pero nosotros también lo tenemos que hacer. Por otra parte, en Ezeiza hay mucha capacidad operativa disponible.
Tener un tercer aeropuerto implica más déficit, porque por si solo es deficitario, entonces lo tienen que subsidiar las tasas aeroportuarias que se ganan en Aeroparque y Ezeiza. Con lo cual, es algo antieconómico y contradictorio con el discurso de mayor eficiencia en los recursos públicos.
MVB JL
